Se acabó el tour de Francia y a los ciclistas colombianos no les fue como esperábamos. Y enseguida salieron los “odiadores” profesionales a destruirlos como deportistas, diciendo que están acabados y que no deben correr más.
Esto no me sorprendió, porque ha hecho carrera entre nosotros los colombianos desconocer el esfuerzo de los otros y hacer los peores juicios contra los compatriotas que no satisfacen las expectativas que nos hacemos de ellos.
No se trata de negarnos a la crítica, ni negar que hay errores y que seguro se puede dar más. Se trata de evaluar las acciones sin hacer juicios destructivos contra las personas, de analizar los hechos sin pontificar sobre las intenciones y las capacidades de los demás.
Ahora, no pasa sólo con los deportistas, sino que se ha vuelto un ejercicio nacional no reconocer el esfuerzo, la disciplina, la entrega de los demás en sus actividades; cada vez nos caracteriza más esa actitud caníbal que nos lleva a no aceptar que los otros tienen virtudes. No sé si es envidia, triunfalismo, maldad, ignorancia o simplemente querer llamar la atención.
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Cuando vi las fotos de cómo estaba el cuerpo de Nairo con heridas, raspones y hematomas, solo pude admirar su temple para seguir montado por tres y cuatro horas diarias en la bicicleta en ese estado.
No sé si muchos de nosotros podríamos aguantar esa presión. Me indigna que las críticas vengan de quienes están sentados en las poltronas de sus casas y no han hecho ningún esfuerzo deportivo.
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Y es que no es fácil. Recuerdo que en el seminario algún día caí en una mata de pringamosa y estuve incapacitado 4 días por la hinchazón. Nairo cayó en una ortiga y siguió corriendo, para mí es ejemplo de un campeón, de alguien al que hay que admirar.
También hay quienes sufren porque a James le está yendo bien en el comienzo de la premier, porque apostaban por verlo fracasar. Debemos tener claro que no podremos desarrollarnos equitativamente como sociedad si no nos liberamos de esa actitud de destruir lo nuestro.
Insisto, no se trata de perder la capacidad crítica, debemos tenerla y usarla, de lo que se trata es de dejar de ser personas que se alegran por el dolor, el fracaso y la desdicha de los otros. A veces escucho decir a algunos: “Los buenos somos más”, pero cuando veo estas actitudes, tengo mucha duda de tanta bondad.
Escuche la opinión y la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:
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