Este martes podría llegar al país el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, tras permanecer cerca de 16 años detenido en cárceles de Estados Unidos.
El regreso de Mancuso convertido en gestor de paz, beneficio concedido por parte del gobierno del presidente Gustavo Petro, implica una serie de desafíos para el Estado colombiano:
Debe haber claridad sobre las funciones que desempeñará Mancuso en el marco de la paz total, teniendo en cuenta que le corresponde a la oficina del Alto Comisionado de Paz, definir los límites de las gestiones del exjefe paramilitar.
La justicia tendrá ante sí un reto enorme con el regreso de Salvatore Mancuso al país, primero porque el exjefe de las AUC tendrá que responder ante cuatro tribunales distintos y porque la JEP tendrá que recibir con suma prudencia, lo que este hombre revele ante sus magistrados, sobre todo teniendo sumo cuidado frente a dos temas: evitar que las verdades de Mancuso sean incontrastables y se puedan convertir en herramienta política contra algunas personas o sectores.
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La otra clave es que la justicia evalúe en detalle el listado de señalamientos de Mancuso, teniendo en cuenta que el exjefe paramilitar ha venido declarando permanentemente ante diferentes tribunales desde hace cerca de 20 años, ante lo cual, quedan dudas sobre si hay verdades que el exjefe paramilitar no haya manifestado.
El regreso de Salvatore Mancuso al país se produce en medio de la tensión entre el Gobierno del presidente Gustavo Petro y la JEP, tras las críticas que ha hecho el ejecutivo al funcionamiento de la Jurisdicción Especial de Paz, entre otras cosas, por cuenta de la posición firme de los magistrados frente a solicitudes de exjefes paramilitares, no solamente Mancuso, sino también alias 'Macaco'.
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A esto se suman las dos cartas que han enviado los exintegrantes del secretariado de las Farc en las que desafían a la JEP y anuncian que acudirán a tribunales internacionales para denunciar supuestos incumplimientos del acuerdo de paz por parte de esa jurisdicción.