La ludopatía o adicción al juego, es una problemática
que afecta profundamente a individuos y sociedades. En Colombia, esta realidad ha cobrado relevancia en los últimos años, evidenciando la necesidad de abordar sus consecuencias y las estrategias para enfrentarla.
Un estudio reciente realizado con 2.809 universitarios de los 32 departamentos del país, reveló una prevalencia del trastorno de juego patológico que oscila entre el 6,05 % y el 8,9 %. Este dato es alarmante, considerando que la población universitaria representa una franja etaria en formación y desarrollo, lo que indica una vulnerabilidad significativa entre los jóvenes colombianos
.
A nivel global, se estima que alrededor de 80 millones de adultos presentan ludopatía o una relación problemática con el juego. Aunque no se dispone de una cifra exacta para Colombia en 2024, la tendencia mundial sugiere un incremento en los casos, especialmente con la proliferación de plataformas de juego en línea y apuestas deportivas digitales.
La adicción al juego tiene repercusiones que trascienden al individuo, afectando su entorno familiar, social y laboral. Entre las complicaciones se encuentran problemas financieros severos, deterioro de las relaciones interpersonales, disminución del rendimiento académico o laboral y, en casos extremos, conductas delictivas para sostener el hábito.
Además, la ludopatía está asociada con trastornos de salud mental, como ansiedad, depresión y estrés. Para combatirla se recomienda:
- Implementar programas educativos que informen sobre los riesgos del juego compulsivo, especialmente dirigidos a jóvenes y adolescentes. La concienciación temprana puede prevenir el desarrollo de comportamientos adictivos.
- Intervención de profesionales de la salud mental es crucial. Terapias conductuales y cognitivas han demostrado eficacia en el tratamiento de la ludopatía. Además, el apoyo familiar y comunitario refuerza el proceso de recuperación.
- La regulación y el control del juego: es imperativo que las autoridades implementen políticas que regulen el acceso a juegos de azar, tanto presenciales como en línea. Esto incluye restricciones en publicidad, establecimiento de límites de apuestas y mecanismos de autoexclusión para personas en riesgo. Así como fomentar actividades alternativas.
La lucha contra la ludopatía requiere un enfoque integral que combine educación, intervención profesional, regulación efectiva y promoción de estilos de vida saludables. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos mitigar los daños asociados a esta adicción y construir una sociedad más consciente y resiliente.