La elección de Miguel Efraín Polo como magistrado de la Corte Constitucional es una victoria política del presidente Gustavo Petro sobre la oposición y podría traer consecuencias incluso de cara a las elecciones de 2026.
Para garantizar la elección de Polo Rosero, el presidente se la jugó a fondo para revivir la coalición que le garantizó el triunfo en las urnas en las elecciones de 2022: se unieron todo el Pacto Histórico, la mayoría de senadores del Partido Liberal, la mayoría del Partido de la U, los conservadores petristas, algunos integrantes de la Alianza Verde y hasta la mayoría de los cristianos.
En 24 horas, el gobierno y sus aliados, lograron “voltear” a seis senadores para que votaran a favor de su candidato a la Corte, sumado al voto de uno de los congresistas viajeros, que no estuvieron en la sesión del lunes y llegaron a la sesión del martes, se dice en los pasillos del Senado que ese voto lo habría depositado el senador de la U José David Name. Por supuesto, esa cuenta perjudicó a la candidata de la oposición Claudia Dangond, quien perdió tres votos en menos de 24 horas.
En medio de la sesión, incluso hubo polémica porque algunos senadores habrían intentado o incluso habrían logrado tomarle foto al voto, planteando dudas sobre el motivo de esa actuación y hacia quién iría dirigida la fotografía.
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Como la política es dinámica, pocas semanas después de haberse reelegido como director del partido Liberal bajo la bandera del antipetrismo, el expresidente César Gaviria y su hijo Simón Gaviria terminaron siendo aliados del Presidente Petro para elegir a Miguel Polo, no sin el apoyo del codirector del partido de la U, Alexander Vega, quien en público también asegura ser crítico del gobierno Nacional. No se descarta incluso que algunos senadores de Cambio Radical hayan cambiado su voto de Dangond a Polo Rosero. En el listado de aliados del gobierno en la elección, se suma el procurador electo Gregorio Eljach, muy activo durante este proceso.
Sin duda es un golpe de autoridad del presidente Petro en el Senado, obviamente con costos muy altos, pero que deja en evidencia que si el gobierno acelera un poco, puede tener mayorías en la Cámara Alta para sacar adelante sus proyectos, como la ley de financiamiento, la reforma a la salud y la reforma laboral.
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Por otra parte, los repentinos cambios de posición de líderes políticos opositores e independientes como César Gaviria y Alexander Vega, inevitablemente producen desconfianza que puede dinamitar la posibilidad de unir a los partidos Conservador, Liberal y la U para buscar un candidato único a las elecciones presidenciales de 2026, aunque, nunca hay que olvidarlo, la política es dinámica.
Dejando de lado la política, hay que darle un compás de espera a Miguel Polo Rosero hasta que tome posesión en febrero de 2025 y comience a ejercer su papel como magistrado de la Corte Constitucional, para saber si el apoyo político del gobierno del presidente Petro se verá o no reflejado frente a decisiones trascendentales como el futuro de la reforma pensional.
Incluso algunos líderes opositores como el expresidente Iván Duque esta mañana dice que el gobierno Petro estaría buscando ampliar su mandato a seis años, lo cual necesitaría respaldo de la Corte Constitucional.
Polo Rosero aseguró que fue ternado por el Consejo de Estado y fue elegido por el Senado de la República y que no es el magistrado del Gobierno. Antiguos jefes de Miguel Polo lo catalogan como un hombre serio y ponderado. Por el bien del equilibrio de poderes, el país espera que actúe de esa manera a partir de febrero próximo.
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