Mi abuela insistía en que vivir atentos al qué dirán nos aseguraba una vida inestable. Ella decía que la opinión de los otros siempre es muy cambiante. Por eso, nos manifestaba, los motivos para actuar no deberían ser los aplausos de la mayoría, sino los principios y los valores que nos definen como seres humanos.
Parece que ese consejo de mi vieja abuela en la actualidad, en el imperio de las redes sociales, tiene mucha mayor validez, porque las redes sociales han logrado que lo que mueva a los usuarios no sea exponer opiniones o expresar sus valores de vida, sino el conquistar el mayor número posible de ‘Me gusta’ o ‘likes’.
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Es decir, las redes lograron que los usuarios vivieran de los ‘like’. Podríamos decir que el número de los ‘like’ define el nivel de autoestima de los usuarios.
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Los ‘like’, el número, ocasiona euforia o depresión. Es tanto el efecto, que Facebook está realizando pruebas para dejar de publicar el número de ‘me gusta’ que acumulan las publicaciones en esa red social. Con ello se busca disminuir la presión por ganar aprobación con imágenes, videos o comentarios; para, en cambio, conseguir que la gente se concentre en el contenido de las publicaciones. La idea es que solo los dueños de la cuenta puedan ver el número de ‘me gusta’ que tiene su publicación.
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Ojo, sin amor propio no se puede ser feliz. Cada uno de nosotros es invaluable, el valor que cada quien posee no depende del parecer de los demás.
Escuche esta importante reflexión del padre Alberto Linero: