Uno de los propósitos que tengo para este año es reducir mi exposición ante las pantallas . Es decir, depender lo menos posible de la tecnología. Sin duda su uso me genera mucha comodidad en algunas tareas, me permite esforzarme menos y tener más tiempo. Creo que es una gran herramienta en mi desarrollo personal. Pero también se apodera a veces de mi atención, de tal manera que terminó alienado, haciendo lo que no es productivo y me distancia de las personas que están físicamente a mi lado. Aunque creo que tengo una buena salud mental, no desconozco que algunos estudios alertan sobre los efectos negativos generados por el exceso del uso de la tecnología.
Enfermedades como la depresión, la ansiedad, el estrés, el agotamiento emocional, el sedentarismo o peor calidad de sueño están asociadas con el manejo desmedido de los dispositivos electrónicos. Aunque se ha idealizado el llamado “detox” digital o ayunos prolongados de tecnología, los estudios demuestran que hacerlos no cambia los hábitos que hemos adquirido, por ello se recomienda más bien hacer desconexiones puntuales que permitan descansar la mente, romper la rutina, crear espacios de interiorización y reflexión, entre otros consejos. Lo importante es no depender absolutamente de ella, ni atragantarse de información, ni de atrofiar habilidades necesarias por la comodidad de la tecnología.
Si deseamos obtener resultados verdaderamente significativos, resulta fundamental mantenernos alerta y comprometernos en la creación de una serie de hábitos perdurables que transformen nuestra conducta en el ámbito digital. Es imperativo tomar conciencia sobre cómo el uso constante de la tecnología en nuestra vida diaria impacta negativamente nuestra capacidad de autorregulación. Esta circunstancia nos lleva a estar menos concentrados y a tomar decisiones desfavorables. Otra recomendación que dan los expertos en el tema es el uso de aplicaciones de bienestar digital, esas que nos ayudan a determinar cuánto tiempo pasamos conectados en el smartphone o a registrar con qué frecuencia utilizamos cada aplicación. Aunque siempre lo mejor será gestionarse a uno mismo para vivir con libertad.
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