Un gran desafío tiene ante sí la justicia colombiana para investigar y determinar si lo dicho ante la JEP por el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, es cierto o es falso.
El viernes pasado, Mancuso fue admitido en la Jurisdicción Especial de Paz, según dijeron los magistrados, porque sus confesiones sobre el alcance de la penetración del paramilitarismo en todos los estamentos de la sociedad, fueron efectivas y reveladoras para encontrar a los máximos responsables de los crímenes más graves en el marco del conflicto.
Simultáneamente, la JEP reveló apartes de las confesiones hechas en las últimas semanas por Salvatore Mancuso, en las que salpicó a más de 300 personas, la mayoría de ellos civiles, entre expresidentes, exgobernadores, exalcaldes, exministros, empresarios y otros, cuyos nombres formaron parte de la compulsa de copias que hizo la Jurisdicción Especial de Paz a la justicia ordinaria para que determine si hay méritos para ser investigados.
Sin duda el nombre más importante de ese listado es el del expresidente Álvaro Uribe, que según las recientes declaraciones del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, tuvo pleno conocimiento de dos graves crímenes cometidos por las autodefensas: la masacre de al menos 12 personas en El Aro, zona rural de Ituango, Antioquia y el asesinato del defensor de Derechos Humanos, Jesús María Valle.
Publicidad
Llama la atención el cambio de versión de Mancuso en torno a la responsabilidad de Uribe en esos dos crímenes, porque en diligencias judiciales rendidas varios años atrás, había entregado una versión completamente distinta sobre esos hechos.
Una vez conocidas las acusaciones de Mancuso, el expresidente Álvaro Uribe se pasó todo el fin de semana desvirtuando en sus redes sociales sus señalamientos, recordando lo dicho por el exjefe paramilitar ante otros tribunales, lo cual es distinto a lo que ahora mencionó, Uribe anunció que ampliará la denuncia por calumnia contra Mancuso y la emprendió en contra de la JEP, a la que acusó de adelantar una persecución en su contra.
Publicidad
Ante ese escenario, es fundamental que la justicia ponga en blanco y negro las más recientes declaraciones de Salvatore Mancuso, con el fin de determinar cuáles son las pruebas que tiene para sustentar las acusaciones en contra de muchas personas relevantes en el ámbito empresarial, político y militar.
Por supuesto es clave desenmarañar la verdad sobre el paramilitarismo, y si se demuestra la veracidad de lo dicho por el exjefe paramilitar, los acusados deben pagar su responsabilidad, pero si no se demuestran las acusaciones, se debe dar plena claridad sobre ese particular a la opinión pública frente a la inocencia de los inicialmente mancillados y tendría que emprenderse una sanción contra Mancuso por posible falso testimonio.