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Los celulares no destruye relaciones de pareja, la destruyen los actos que cometemos

Creo que los teléfonos celulares forman parte de nuestra privacidad y autonomía, pero también que no deberían contener nada que no pudiéramos decirle a nuestra pareja mirándola a los ojos.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

La discusión se tornaba acalorada. Ella había revisado el WhatsApp de su esposo y había descubierto mensajes que evidenciaban una posible relación con otra mujer. Él intentaba justificarse, pero las pruebas eran irrefutables.

La situación llegó a tal punto que no pudieron seguir conviviendo, pues ella afirmaba haber perdido la confianza, mientras que él aseguraba no querer compartir su vida con alguien que invadiera su privacidad y no respetara sus espacios. Al final, todo culminó en una separación. Con cierto cinismo, el esposo me comentó: “¡Bendito celular, acabó con mi matrimonio!” Yo me reía y le recordaba que, en realidad, la causa había sido su infidelidad.

Esta experiencia, que viví en más de una ocasión como acompañante espiritual de algunas parejas, vino a mi mente al leer una noticia en la que se recordaba que revisar el celular de la pareja sin su consentimiento puede considerarse una violación a la privacidad y, según el Código Penal colombiano (artículos 269A y 269F), incluso tipificarse como delito.

Sin embargo, creo que más allá de lo legal, se trata de comprender que una relación de pareja debe basarse en la confianza, la verdad y el respeto a los compromisos asumidos al decidir construir un proyecto de vida en común. No tiene sentido mantener una relación en la que se deba estar constantemente probando que el otro dice la verdad. Esto no solo es agotador, sino que también genera un ambiente que, tarde o temprano, se llenará de hastío.

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El amor que sustenta el matrimonio nace de la autonomía y la admiración. Forzar a alguien a permanecer a nuestro lado o a ser fiel es negar uno de los actos más libres que tenemos los seres humanos: amar. Además, solo merece la pena compartir la vida en pareja con alguien a quien admiramos, y descubrirlo como embustero o mentiroso erosiona esa admiración, llegando incluso a provocar lástima.

Creo que los teléfonos celulares forman parte de nuestra privacidad y autonomía, pero también que no deberían contener nada que no pudiéramos decirle a nuestra pareja mirándola a los ojos.

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