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Las razones de los jóvenes para no tener hijos; no es una tendencia solo en Colombia

Cuando hablo con jóvenes acerca de su decisión de no tener hijos, suelen dar sus razones. Algunos mencionan la economía: "Cuesta mucho criar a un hijo, su manutención es una gran responsabilidad"

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

El más reciente reporte de las estadísticas vitales del DANE evidenció un descenso del 15,2% en los nacimientos, el peor registro de la década. Esta cifra es la más baja desde que se llevan estas estadísticas. En los primeros siete meses del año se han registrado 255.055 nacidos vivos, lo que representa 45.819 nacimientos menos en comparación con el mismo periodo del año anterior. Según los análisis, esta tendencia a la baja ha ido en aumento desde la pandemia. Sin embargo, esta no es una situación exclusiva de Colombia ; a nivel mundial, cada vez más jóvenes deciden no tener hijos.

Este fenómeno ha llegado a tal punto que incluso el papa Francisco, en su discurso antes del rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, se dirigió a los esposos diciendo: “Para los esposos es esencial estar abiertos al don de la vida, de los hijos, que son el fruto más hermoso del amor, la bendición más grande de Dios, fuente de alegría y de esperanza para cada hogar y para toda la sociedad. ¡Tengan hijos!”

Cuando hablo con jóvenes acerca de su decisión de no tener hijos, suelen explicarme sus razones. Algunos mencionan la economía: "Cuesta mucho criar a un hijo, su educación, su salud, su manutención; es una gran responsabilidad". Otros se refieren al cambio climático: "Este planeta no tiene futuro, no se puede ser irresponsable trayendo a un hijo a estas circunstancias". También me encuentro con un argumento de carácter más individualista: "Quiero realizarme personalmente, alcanzar mis sueños, y en ellos no está ser padre o madre".

Como sociedad, es fundamental analizar esta situación. Aunque se trata de una decisión profundamente personal, tiene un impacto significativo en la economía, el mercado laboral y otros aspectos de la vida colectiva.

La invitación del papa, más que un análisis económico, es una exhortación a la esperanza, una emoción que considero crucial en estos tiempos. En mi caso, la decisión de no tener hijos fue fruto de mis circunstancias personales. Cuando decidí no ejercer más el ministerio presbiteral, sentí que ya era mayor para ello, pero eso no me impide reconocer la validez del mensaje del papa y la importancia de su invitación.

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