Uno de los cambios que experimenté al dejar de ejercer el presbiterado fue el ritmo y la forma de trabajar. Antes, mi labor se centraba en un ejercicio evangelizador, y todo lo que hacía respondía a ese objetivo. No había tiempo para el descanso; todo giraba en torno a cumplir la misión. Creo que el trabajo es una experiencia que desarrolla y dignifica al ser humano, por lo que es esencial dar lo mejor en cada tarea que se nos exige. Es decir, el trabajo es un medio, nunca un fin en sí mismo. Por ello, es necesario saber armonizar y equilibrar esta dimensión con las otras áreas de la vida, como la familia, el descanso, la formación, entre otras.
Una de las quejas que más escucho en algunas familias es la adicción al trabajo, que se define como una condición en la que una persona siente una necesidad compulsiva de estar laborando, a pesar de las consecuencias negativas que esto pueda tener en su salud, relaciones personales o vida social. Al igual que otras adicciones, el trabajo se convierte en una vía de escape de problemas o en una búsqueda de realización personal, pero a costa de otros aspectos importantes de la vida.
Es fácil detectar si se está cayendo en esa adicción. Lo que encuentro en las personas adictas al trabajo es una obsesión constante con él: los pensamientos sobre el trabajo dominan gran parte de su tiempo libre, y les resulta difícil desconectar, incluso en momentos de descanso o durante las vacaciones. Además, algunos manifiestan su adicción a través de una necesidad excesiva de reconocimiento y éxito laboral, que se convierte en una prioridad absoluta, llevándolos a descuidar sus relaciones personales, actividades sociales, hobbies y responsabilidades familiares. En casos extremos, esto puede derivar en estrés, ansiedad, insomnio, trastornos alimentarios y problemas de salud cardiovascular. Algunos incluso buscan trabajar cada vez más horas para sentirse satisfechos, y cuando intentan reducir su carga laboral, pueden experimentar síntomas de ansiedad, irritabilidad o depresión.
Gracias a mi ser caribe, no caigo en la tentación de la adicción al trabajo, porque me gusta divertirme, descansar y disfrutar de la vida. Sin embargo, creo que es importante estar atentos para no caer en ella.