Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

La importancia del respeto: nuestros valores no pueden depender de los valores de otros

Además, al cerrarte a personas que inicialmente no te muestran respeto, puedes perder la oportunidad de conocerlas mejor y aprender de ellas.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

"Respete para que la respeten", le decía con mucho enojo una señora a otra en el Transmilenio. No entendí cuál era la situación, pero me quedé pensando si la afirmación de la señora era cierta. La verdad, creo que el respeto es una decisión personal que no depende de las actitudes y el comportamiento de los demás. Nuestros valores no pueden depender de los valores de otros, eso nos haría dependientes y previsibles. Si entendemos los valores como fuerzas interiores constantes que nos impulsan a comprender y reaccionar ante la realidad, debemos reconocer que nos pertenecen únicamente a nosotros. Por eso he decidido comportarme con respeto hacia los demás, incluso si son los peores seres humanos, porque cuando actúo como ellos, tengo sus mismos valores.

Además, al cerrarte a personas que inicialmente no te muestran respeto, puedes perder la oportunidad de conocerlas mejor y aprender de ellas. Si solo respondes al respeto con respeto, puedes caer en un círculo vicioso de negatividad con personas que no te respetan. Es claro que las personas no siempre son consistentes en su comportamiento, y alguien que te falta al respeto en un momento, puede ser capaz de ofrecerte respeto en otro.

Personalmente, lo que hago es tratarme con respeto, incluso cuando los demás no lo hagan. Esto me da la fuerza y la confianza para defenderme asertivamente cuando sea necesario. Dejo claro a los demás cómo espero ser tratado, de manera amable, firme y sincera, sin agresividad. Si alguien me falta al respeto, le pongo un límite claro y firme, haciéndole saber que su comportamiento no es aceptable. Los años me han enseñado que no vale la pena luchar por el respeto de todos. A veces, lo mejor es simplemente alejarse de las personas que me tratan mal.

Por elección de vida, trato de ser empático y comprender por qué alguien podría faltarme el respeto. Tal vez esté pasando por un momento difícil o simplemente no sepa comportarse de otra manera. Lo que no es negociable es que siempre quiero ser respetuoso con los demás, incluso con aquellos que no me respeten. Esto puede animarlos a cambiar su comportamiento.

Publicidad

  • Publicidad

Publicidad