La historia de Anthony Ginac, que bajo el disfraz de un sultán árabe estafó a casi medio mundo nos deja varias enseñanzas. El caso, que parece cómico, debe enseñarnos que debemos usar de manera correcta nuestras habilidades. Así mismo, que tenemos que ser críticos y cuidadosos frente a las ofertas que nos hacen.
No nos olvidemos lo que dicen las abuelas: de eso tan bueno no dan tanto.
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