El glifosato es solo una herramienta más contra los cultivos ilícitos
La erradicación de cultivos de hoja de coca sigue siendo una materia pendiente de Colombia en la lucha contra el narcotráfico.
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En las últimas horas, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, presentó desde el Bajo Cauca, los aviones y la estrategia que se utilizará una vez se cumplan los requisitos impuestos por la Corte Constitucional para la aspersión con glifosato.
Según las cifras del Gobierno Nacional, en los primeros diez meses del año se han erradicado más de 98 mil hectáreas de hoja de coca, lo que se traduce en el 73 por ciento de la meta prevista para el 2020, que está ubicada en la erradicación de 130 mil hectáreas.
Recientemente, un fallo de un juez de Nariño dio vía libre a la socialización sobre el uso del glifosato por medio de la fumigación aérea de los cultivos de hoja de coca, dos meses después de haber ordenado medidas cautelares para que el gobierno avanzara en la entrega de información a las comunidades.
Tras ese pronunciamiento judicial, el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, dijo que el gobierno se encuentra ultimando detalles para retomar esa herramienta que, según el ejecutivo y de acuerdo con lo que han dicho recientemente Estados Unidos, es fundamental para avanzar en la lucha contra el narcotráfico.
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El Estado no puede dejar toda la responsabilidad de la erradicación de cultivos de uso ilícito en manos de la controvertida fumigación con glifosato. Esa es apenas una de las herramientas que deben usarse, además de la sustitución voluntaria y el apoyo para que los campesinos que son víctimas de los grupos de narcotraficantes y que quieren abandonar ese camino, puedan regresar a la legalidad.
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