Constantemente nos estamos preguntando cómo ser felices. Tanto, que por momentos se vuelve una presión la felicidad . Y es que algunos creen que ella se encuentra en ese estado de euforia, de sonrisa, de algarabía o alegría constante, que es imposible de sostener en el tiempo. Otros creen que se trata de vivir siempre en el placer, lo cual no solo es impensable físicamente, sino que también haría la vida muy aburrida. Creo que la felicidad es esa vida con sentido y propósito, esa certeza de que lo que vivo vale la pena, y que se expresa en una armonía en todo el ser, que permite superar las adversidades de afuera por la conciencia que se tiene del propio valor.
Sobre esto hay una frase del filósofo español Fernando Savater que dice: "El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos complejos" cierro cita... eso explicaría por qué muchas personas terminan haciendo una vida insatisfactoria y triste, porque tienen un pensamiento que no es capaz de atrapar la complejidad de la realidad, pero tienen unos gustos realmente muy difíciles de satisfacer.
Es necesario aprender a ser feliz en lo sencillo. En este contexto me encontré el libro “La felicidad de lo simple”, que me llamó mucho la atención. Su autora Olga Vilchez insiste en que luego de haber vivido un duro momento nació la idea fundamental del libro, la cual tiene que ver con entender que las cosas simples y sencillas son la clave para conectar con personas, con las propias metas y demás, pero en especial, en sus propias palabras: Para lograr hacer que la suma de esas cosas haga de lo ordinario algo extraordinario.
Para conseguir esto hay que evitar vivir en automático y mantener los ojos siempre abiertos para dejarnos sorprender por las cosas que suceden y que se nos vuelven paisaje. La sonrisa de los seres que amamos, la canción que más nos gusta, ese libro que leemos una y otra vez… es allí donde podemos encontrar felicidad, construir una vida con sentido.
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