Desde niño he practicado deporte: primero baloncesto, luego fútbol, tenis y ahora, de mayor, boxeo. Siempre he tratado de evitar una vida sedentaria, manteniéndome activo. Me sienta bien el cansancio ocasionado por el ejercicio continuo e intenso. Disfruto exigirme físicamente, y creo que esto me ayuda a mantenerme saludable integralmente.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe alarmante que indica que un tercio de los adultos a nivel mundial, es decir, 1.800 millones de personas, no realizan la actividad física suficiente para mantener una buena salud. Exactamente el 31,3% de las personas llevan una vida sedentaria, es decir, 2 de cada 3 personas.
"La inactividad física es una amenaza silenciosa para la salud mundial y lamentablemente no va en la dirección correcta”, comentó durante una conferencia de prensa el Dr. Ruediger Krech, director de promoción de la salud en la OMS, señalando una tendencia “opuesta a las esperanzas”.
Ante este panorama desalentador, la OMS hace un llamado urgente a los gobiernos, comunidades e individuos para que tomen medidas inmediatas y aumenten la actividad física en todo el mundo. El informe propone una serie de recomendaciones:
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• Implementar políticas que promuevan la actividad física en todos los sectores, incluyendo la educación, el transporte, la planificación urbana y el deporte.
• Crear entornos que faciliten la práctica de actividad física regular, como espacios verdes seguros, instalaciones deportivas accesibles y opciones de transporte activo.
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• Educar y sensibilizar a las personas sobre los beneficios de la actividad física y cómo pueden incorporarla en su vida cotidiana.
• Invertir en programas que fomenten la actividad física, como programas de promoción de la salud, campañas de concienciación e iniciativas comunitarias.
La OMS recalca que la actividad física no es un lujo, sino una necesidad básica para la salud y el bienestar. Invertir en aumentar los niveles de actividad física a nivel mundial no solo salvaría vidas y reduciría la carga de enfermedades, sino que también generaría beneficios económicos considerables al reducir los costos de atención médica y aumentar la productividad. La OMS recomienda a los adultos al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana (caminar, nadar, andar en bicicleta) o 75 minutos de actividad intensa (correr, deportes colectivos, etc.).