En redes sociales se hizo viral un video en el que se ve a una señora ‘de bien’ insultando a una pareja de venezolanos. La verdad no me quedó claro cuál fue el motivo del insulto, lo que sí me quedó claro es la manifestación de xenofobia y clasismo en ese corto video.
Cuando escucho expresiones como “no me diga en mi país que lo respete veneco hijue…. ”, siento dolor y tristeza, porque tengo la seguridad de que nadie emigra, que nadie se va de su país y deja a su familia por actos de diversión, sino siempre buscando una oportunidad de estar mejor.
También me impresiona un grafiti escrito en la avenida Caracas con calel 72 donde se lee, con error de ortografía incluido: “Fuera venezolanos ruidozos”.
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Creo que es el momento que es mostrar nuestra condición humana. Es el momento de entender quienes somos: un mestizaje de razas. Cuál purismo si somos una mezcla.
Hay que demostrar que podemos ser empáticos con quienes están en peores condiciones que las nuestras.
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El rechazo no es al extranjero, sino al pobre, pura aporofobia. No niego que existan situaciones complejas de delincuencia que merecen una respuesta puntual desde la justicia, pero no por ello se debe generalizar y producir ese sentimiento de odio.
Vea aquí: Murió bebé de dos meses en los brazos de caminante venezolana en Colombia
No olvidemos que hasta hace poco éramos nosotros los colombianos que huyendo de la violencia teníamos que ir a otros países pidiendo que nos aceptaran. Recuerdo lo que Dios le dice al pueblo de Israel: “No oprimas al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros y ya saben lo que es vivir en otro país”.
Escuche esta columna del padre Linero en Mañanas BLU:
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