“Amen, Padre, por todas esas oraciones y la confianza está puesta en Dios y su Santísima Madre”. Estas fueron las últimas palabras que Kenneth Torres me compartió por WhatsApp, revelando su fe y la forma en que enfrentó su enfermedad. Siempre le aseguré mis oraciones y lo animé a seguir adelante en su lucha. Ayer, al enterarme de su partida definitiva de esta dimensión, me quedé con varias emociones y reflexiones profundas en el corazón.
Sentí tristeza por su ausencia y por el dolor que su partida causa a sus seres más cercanos. Elevé una oración por ellos, pidiendo a Dios que les dé la paz y el consuelo que ninguna palabra humana puede ofrecer. Es un momento de vacío que solo la fe y el amor pueden llenar.
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Pensé en la fragilidad de la vida, una verdad que no debería llenarnos de temor, sino de urgencia por vivir con mayor intensidad. Cada día es un regalo, una oportunidad para hacer algo significativo: reír, amar y dar lo mejor de nosotros. Muchas veces posponemos la felicidad, esperando un "momento perfecto" que quizás nunca llegue. Pero la vida no espera. Nos invita a disfrutar el presente, a encontrar la belleza en lo cotidiano y a ser agradecidos incluso en medio de las dificultades. Kenneth nos dio una gran lección: enfrentó sus días con valentía y esperanza, y nosotros también podemos elegir cómo vivir: con entusiasmo, con propósito y con amor.
Reflexioné sobre la fe, esa decisión profunda de creer y confiar en que la muerte no es el final, sino un paso hacia la trascendencia. Esto no es algo que se pueda demostrar en un laboratorio, pero sí una apuesta existencial que nos compromete a vivir con sentido y a confiar en lo eterno.
Creo que la mejor forma de honrar su memoria es vivir con la pasión que él nos mostró. Trabajemos con entrega, amemos sin reservas y celebremos cada pequeño instante. Porque, aunque la vida sea frágil, también es inmensamente hermosa, y depende de nosotros hacer que valga la pena.
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Desde nuestro equipo en Blu Radio, enviamos nuestro cariño a su esposa Catalina, a sus padres y hermanos, junto con nuestra solidaridad en su dolor y nuestra manifestación de fe.