Javier Hernández Bonnet por hinchas colados en Miami: "No supimos educar a nuestro hijos"

Durante el empalme de los programas de Blog Deportivo y Voz Populi, Javier Hernández Bonnet hizo una reflexión sobre el comportamiento de algunos colombianos que se colaron a la final de la Copa América en Miami, pues se estima que son 8.000 personas, de las cuales, 7.000 ya estarían identificadas.

El director de Blog Deportivo afirmó que su generación no cumplió al educar de mejor manera a los hijos y por eso se ven estos tipos de comportamiento.

"La generación nuestra, la que yo represento, no le dejo a Colombia el país que Colombia necesitaba, porque no supimos educar a nuestro hijos, a nuestros descendentes. Les dimos todo cuando nosotros tuvimos que recolectar todo. Les dimos todo. ¿Qué quiere? Tome. ¿Quiere fiesta? Tome. ¿Paseo? Tome. Esa es la consecuencia que estamos viviendo", opinó el reconocido periodista.

Ante esto, el analista Pedro Viveros añadió que esa generación es también la que le tiene "miedo a los papás y a los hijos".

Desorden y colado en la final de la Copa América

Los desórdenes del domingo 14 de julio por la noche en las entradas del estadio Hard Rock de Miami, donde se disputó la final de la Copa América, se debieron en parte a fallos organizativos que no controlaron adecuadamente el acceso al recinto, según relataron algunos colombianos presentes.

Miles de aficionados sin boleto se agolparon alrededor del estadio, provocando una avalancha y forzando una de las puertas, lo que sobrepasó a los miembros de seguridad.

Estos incidentes obligaron a los organizadores a retrasar el comienzo del partido en una hora y 22 minutos. Finalmente, el encuentro, en el cual Argentina se coronó campeona al derrotar a Colombia por 1-0 en la prórroga, transcurrió sin más incidentes, ya que los 90 minutos terminaron empatados a cero.

Carolina Calkins, una colombiana que estuvo en el lugar, relató a Mañanas Blu que "todo fue caótico" . A pesar de llegar dos horas antes del partido, la organización tardó en abrir las puertas y la multitud permaneció esperando bajo una temperatura de 32 grados, lo que resultó desesperante. "Cuando abrieron las puertas, la gente simplemente entró en estampida. Al llegar a mi asiento, noté que había personas sin boleto, ya que había hasta tres personas en una silla", añadió.