De las experiencias emocionantes que he tenido con la tecnología ha sido el uso de laInteligencia artificial en algunas de las actividades de mi trabajo. Hay herramientas que uso para sintetizar, elaborar, traducir y analizar textos, todo ello si logramos formular buenas preguntas, de acuerdo con lo que necesitamos.
Es una realidad que hay que saber aprovechar y usar de manera responsable. Teniendo claro que apenas está en esa etapa en la que trabaja con la información que se ha producido, aunque pronto tendrá la posibilidad de crear conocimiento y hacer invenciones genuinas y, tengamos claro que la actitud ante ella no puede ser la de tenerle miedo y satanizarla, pero tampoco puede ser la de desconocer sus peligros.
Por eso ayer me pareció muy pertinente el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2024, que se celebrará el próximo 1 de enero, sobre el tema de las nuevas tecnologías. En su mensaje, el papa propone a la comunidad internacional que "trabaje unida con el fin de adoptar un tratado internacional vinculante" para regular el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas, teniendo en cuenta la voz de todas las partes interesadas, incluidas las marginadas en el debate global.
Francisco pone su atención sobre algunos de los posibles riesgos de la inteligencia artificial, como la desinformación y el control social, resaltando la “necesidad de un desarrollo responsable, de regular y supervisar las tecnologías de la IA, para que estén al servicio de la familia humana y de la protección de la casa común”.
Publicidad
Esos límites tienen que venir desde la dignidad humana, la justicia, la seguridad y la capacidad del autocontrol de las personas. Se hace necesario que se tenga conciencia de las posibilidades y los riesgos que propone. Se asume su rol, pero se entiende que siempre tiene que ser un instrumento, un medio y nunca un fin absoluto.
Publicidad