Lo decimos rápido y fácil, pero creo que no somos tan conscientes de todo el peso que tiene la frase: “La pandemia nos está cambiando la vida”.
Son muchas las consecuencias de esta en la cotidianidad. Algunas las podemos valorar positivamente por los efectos que tienen, por ejemplo, el teletrabajo o la vuelta a algunas prácticas de juegos y diversiones en familia, pero también hay otras que nos han impactado negativamente, tales como todas las afecciones y trastornos en nuestra salud mental y emocional.
Tenemos que estar atentos a los signos que nos alertan sobre algunos cambios dañinos en estas áreas de la existencia.
Entre otras cosas, me impresiona recibir muchos comentarios de personas que están teniendo dificultades con el sueño, más exactamente con el insomnio.
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Al buscar información, encontré que es una situación que no sólo está afectando a los colombianos, sino a muchos en el mundo.
De hecho, un estudio del Reino Unido, realizado por la Universidad de Southampton en agosto del 2020, mostró que la cantidad de personas que experimentan este problema aumentó de una de cada seis, a una de cada cuatro en tiempo de pandemia, y en Colombia algunos expertos han informado que por lo menos el 50% de la población lo habían sufrido en los últimos cinco meses debido a la ansiedad, la depresión y el miedo generado por el virus.
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La pregunta es: ¿cómo enfrentarlo? En algunos casos se requiere ayuda profesional y se debe visitar al médico, pero unas pautas que te puedo plantear son:
1. La llamada higiene del sueño, es decir, evitar actividades que te aceleren y te generen mucha concentración; un ejemplo es no trabajar en la cama con el computador.
2. Generar rituales como el tipo de ropa, la oscuridad, entre otros, que ayuden a que tu cerebro, desde su ciclo circadiano se disponga a dormir, a descansar.
3. Experiencias espirituales de meditación, de oración, que te liberen de cualquier ansiedad y te lleven a la contemplación y a la paz.
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Es necesario aceptar que algo no está funcionando bien y enfocarnos en trabajar para mejorarlo.
Recordemos que no sólo es importante la cantidad de tiempo que dormimos, sino la calidad de nuestro sueño. Hacerlo bien nos permite recuperar las fuerzas invertidas en el día y nos ayuda a pensar claramente, reaccionar rápido y asentar nuestra memoria.
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Escuche el análisis y la opinión de Alberto Linero en Mañanas BLU: