El caso del secuestro, tortura y violación de la periodista Jineth Bedoya a manos de paramilitares y presuntamente con apoyo de integrantes de la Policía, cometido hace más de 20 años, generó una aguda polémica en la audiencia que se realiza ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Bedoya, aguerrida reportera judicial, relató de nuevo entre lágrimas ante los seis magistrados de la CIDH, el horror que vivió el 25 de mayo de 2000, cuando por recomendación de la policía, ante las amenazas que venía recibiendo por parte de los paramilitares, fue a la cárcel La Modelo de Bogotá a hablar con los detenidos cabecillas de esa organización que estarían ordenando las intimidaciones.
Bedoya recordó que la cita fue una trampa, porque ella fue secuestrada frente a una patrulla y va más allá, tras afirmar que luego de tener que investigar su caso, ha logrado concluir que la orden para cometer los crímenes en su contra la dio un general de laPolicía , que aunque ya no está en servicio activo, maneja una amplia red de oficinas de vigilancia privada en el país.
Además, Bedoya pidió a laJEP que abra cuanto antes un nuevo caso relacionado con el uso de la violencia sexual como arma de guerra por parte de todas las partes involucradas en el conflicto colombiano.
Publicidad
En medio de las preguntas que le hacían los magistrados a Jineth Bedoya, en la audiencia pública del caso para determinar posibles responsabilidades del Estado por acción o por omisión en estos hechos, sorprendió la actitud del director de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez, quien decidió retirarse de la audiencia, luego de que la propia CIDH decidiera que no iba a resolver en la audiencia, la recusación que interpuso contra cinco de los seis magistrados de esa entidad.
Según Gómez Alzate, quien dijo que respetaba profundamente a Jineth Bedoya y repudiaba lo que le sucedió, cinco magistrados prejuzgaron al Estado colombiano, teniendo en cuenta las preguntas que le hicieron a la víctima durante la audiencia.
Publicidad
No se recuerdan antecedentes de una actuación similar de un Estado, en el sentido de retirarse de una audiencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en todo caso, la diligencia continuó sin el Estado colombiano y hoy se debe dar a conocer si se aceptan o no las recusaciones interpuestas por el representante de nuestro país.
Escuche el análisis y la opinión de Ricardo Ospina en Mañanas BLU: