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Hay una gran diferencia entre hablar por hablar y saber hacer silencio para ser líder

El silencio actúa como un catalizador para la reflexión, la innovación y la conexión profunda con el equipo, el líder no tiene todas las respuestas y debe callar.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

Mientras analizábamos la carta de Shakira en relación con su situación con Hacienda Española , un amigo comentó: "Hay que saber guardar silencio". De inmediato, pensé en el Qohelet, que dice que hay un tiempo para todo: para hablar y para callar, para reír y para llorar. Aunque en ese momento defendí el derecho de expresar lo que uno siente, me quedé reflexionando sobre la importancia del silencio en el ejercicio del liderazgo.

Después de leer varios textos, tengo la certeza de que, a pesar de la creencia popular de que un buen líder siempre debe estar hablando, el silencio es fundamental en muchas situaciones. Se podría decir que el silencio actúa como un catalizador para la reflexión, la innovación y la conexión profunda con el equipo. A veces, simplemente, el líder no tiene todas las respuestas y debe callar; o quizás ha experimentado una frustración, y en lugar de dar excusas apresuradas, puede optar por el silencio.

Cuando los líderes crean espacios de silencio, invitan a sus equipos a pensar de manera más profunda y crítica, lo que puede llevar a soluciones más creativas y a una mejor comprensión de los problemas. Considero que esto es precisamente lo que falta en nuestro contexto nacional, donde nos dejamos llevar por las emociones y los fanatismos. Un líder que confía en sí mismo no siente la necesidad de llenar cada pausa con palabras. El silencio puede transmitir confianza y autoridad. La sabiduría radica en saber que el silencio a veces dice más que cualquier palabra, porque cuando los líderes callan, están demostrando que realmente valoran lo que otros tienen que decir, fomentando así un ambiente de confianza y respeto.

Recuerdo un diálogo que tuve con el maestro de la narración deportiva, Andrés Salcedo, quien me decía que un buen narrador no llena todo el tiempo con palabras, sino que sabe cuándo debe hacer una pausa de silencio para permitir que los oyentes den rienda suelta a su imaginación. Un silencio bien colocado puede enfatizar un punto importante o crear un momento de impacto. En un mundo lleno de distracciones, el silencio ayuda a los líderes a filtrar el ruido y concentrarse en lo que realmente importa.

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Ojalá los líderes que me escuchan sean dueños de su silencio, para que no se conviertan en esclavos de sus palabras.

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