A pesar de que la Jurisdicción Especial de Paz abrió sus puertas al público el pasado 15 de marzo, realmente comenzó a recibir un volumen importante de expedientes como insumos para sus decisiones en las últimas horas.
Como se ha venido contando, los magistrados José Luis Barceló y Luis Antonio Hernández, dos de los hombres fuertes de la Corte Suprema de Justicia, llevaron una cantidad muy grande de folios, de expedientes y de evidencias que fueron entregadas a la presidenta de la JEP, Patricia Linares.
Se trata de un asunto de la mayor importancia, porque entre los 18 expedientes entregados, quedaron claras varias cosas: se trasladaron casos que tienen que ver con exintegrantes del Secretariado de las Farc que estaban por definirse en casación en la Corte Suprema, además del envío de procesos contra dirigentes políticos que habrían cohonestado crímenes de la guerrilla y hasta espías que lograron infiltrar a las Fuerzas Militares.
En el caso del antiguo secretariado de las Farc, se conoció que se envió el voluminoso expediente relacionado con el asesinato en el distrito de Aguablanca en Cali en una lluviosa noche de marzo de 2002 de monseñor Isaías Duarte Cancino.
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Aunque en segunda instancia fueron absueltos exintegrantes de las Farc, hay varios testimonios que involucran directamente a Pablo Catatumbo, hoy senador electo por la Farc, e indirectamente al resto del secretariado con la orden de asesinar al prelado, supuestamente por su cercanía con el extinto jefe paramilitar Carlos Castaño.
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En el caso del asesinato de la familia Turbay Cote entre Caquetá y Huila, el 29 de diciembre de 2000, la JEP tendrá que definir la situación del excongresista Luis Fernando Almario, hoy detenido, quien habría instigado ese asesinato.
Sobre la infiltración de la guerrilla en las Fuerzas Armadas, la JEP conocerá el increíble caso de Marilú Ramírez Baquero, la voluptuosa espía que se infiltró en la Escuela Superior de Guerra y habría sido clave para el atentado con carro bomba en octubre de 2006.
Pero la JEP tendrá que llorar por los dos ojos: la Corte Suprema remitió expedientes muy voluminosos contra altos oficiales de la Fuerza Pública investigados por ejecuciones extrajudiciales.
Quedó por fuera, como estaba previsto, siendo un elemento tranquilizador para algunos sectores políticos, que los casos contra expresidentes como Álvaro Uribe que cursan en la Corte Suprema, no fueron remitidos a la JEP, por su condición de exjefes de Estado.
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En este punto, vale la pena pedirle a Pablo Catatumbo, a ‘Timochenko’ y a Iván Márquez, que le cuenten al país la verdad sobre el asesinato de monseñor Duarte Cancino y de la familia Turbay Cote, así como de todos sus crímenes.
A la JEP hay que pedirle que actúe, en sus manos está una verdadera posibilidad de reconciliación en Colombia.
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