Hay que aprender desde la humildad a formar parte de los buenos equipos de la vida

Para ser feliz, es esencial aprender a trabajar en equipo, ya que las dimensiones fundamentales de la vida se basan en relaciones de equipo. La pareja, la familia, los amigos y, por supuesto, el proyecto laboral están determinados por estas relaciones. El ególatra que cree que puede ser feliz como un “lobo solitario” pronto enfrentará las consecuencias de su vulnerabilidad y limitación. Es el equipo el que fortalece a los seres humanos y les permite crecer.

Por eso, en este momento, quiero insistir en la necesidad de trabajar en las habilidades personales que nos permitan construir relaciones respetuosas, funcionales y emocionantes en los equipos a los que pertenecemos. Al fin y al cabo, se trata de sumar las diferencias tras un objetivo que satisfaga a todos, descubriendo siempre las posibilidades de complementariedad requeridas.

Está claro que un grupo es simplemente un conjunto de personas que están juntas, pero no necesariamente tienen un objetivo común ni trabajan juntas para lograrlo. Un equipo, en cambio, sí tiene un objetivo común y trabaja de manera coordinada para alcanzarlo. Para crear un equipo eficaz, se requieren unas condiciones muy importantes, y quisiera proponer algunas bien concretas:

• Definir el objetivo común: El primer paso es definir claramente el objetivo que el equipo quiere alcanzar.

• Seleccionar a los miembros del equipo: Es importante seleccionar a los miembros que tengan las habilidades y la experiencia necesarias para alcanzar el objetivo común.

• Crear un plan de trabajo: El equipo debe crear un plan que describa las tareas a realizar y cómo se van a dividir entre los miembros.

• Establecer normas de comunicación: El equipo debe establecer normas de comunicación que aseguren que todos los miembros puedan comunicarse de manera efectiva.

• Fomentar la confianza y el respeto: Es crucial fomentar la confianza y el respeto entre los miembros del equipo.

• Reconocer y recompensar el éxito: Es importante reconocer y recompensar el éxito del equipo para motivar a los miembros a seguir trabajando duro.

Aprender desde la humildad a formar parte de los buenos equipos de la vida te garantizará vivir en felicidad, porque podrás ir más lejos de lo que irías tú solo.

Escuche aquí a Alberto Linero: