El Gobierno del presidente Gustavo Petro decidió “jugar duro” intentando sacar adelante la reforma a la salud antes del próximo 20 de julio, a pesar del hundimiento de su proyecto inicial, que duró más de 14 meses tramitándose antes de su fracaso definitivo en la Comisión Séptima del Senado.
El hecho que llevó al presidente a ordenarle a sus ministros “hundir el acelerador” fue el acuerdo con las EPS sobrevivientes luego de la intervención de Sanitas y de Nueva EPS, para asumir 12 funciones para transformarse en Gestoras de Salud y Vida.
Para sacar adelante en menos de 12 semanas, la estrategia del Gobierno y del Pacto Histórico, primero, consistió en retirar la apelación con la que pretendían revivir la reforma a la salud de Carolina Corcho, para dejar despejado el camino para radicar el nuevo proyecto, con mensaje de urgencia, buscando disminuir el número de debates que deben surtirse antes de convertirse en ley.
Aunque el proyecto que prepara el Gobierno para ser radicado en las próximas horas tiene apenas 48 artículos, cerca de una cuarta parte de los que tenía la reforma que se hundió, su trámite por el Congreso de nuevo afrontará problemas relacionados con la falta de socialización y de consenso con otros actores del sector salud distintos a las EPS, que es la misma queja de los congresistas que desde la Comisión Séptima, hundieron la denominada Reforma Corcho.
De hecho, los ocho senadores que fueron fundamentales para hundir el primer proyecto de reforma a la salud, dijeron que analizado el borrador del nuevo texto que pretende radicar el Gobierno, “insiste en desconocer la voz de los pacientes y usuarios, del talento humano en salud, la academia y expertos en la materia”.
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Agregan que el borrador de la nueva reforma a la salud “es un resumen de la reforma inicial, no desarrolla una ruta clara para resolver los desafíos de nuestro sistema de salud, continúa sin tener los estudios técnicos adecuados y representa un riesgo para el derecho fundamental a la salud de millones de colombianos”.
En materia política, también corre un gran riesgo el Gobierno nacional. De hecho, algunos congresistas como la senadora Angélica Lozano advirtieron que en caso de radicarse con mensaje de urgencia una nueva reforma a la salud, podría llevar al hundimiento de la reforma pensional, debido a que los tiempos legislativos están muy precisos y se terminaría congestionando la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes.
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