Está bien que reclamemos acciones del Estado, pero es el momento de ayudar a quienes sufren

Las imágenes devastadoras de casi todas las edificaciones destruidas, las historias de cómo sobrevivieron ante el paso del Huracán, los momentos de encuentro alegre con los que estaban desaparecidos y el relato de la pérdida de Rogino Livingston luego de ayudar a los suyos a resguardarse, son algunas de las imágenes que nos llegan de nuestro archipiélago de San Andrés y Providencia, invitándonos a la solidaridad.

El Estado tiene una deuda histórica con este territorio insular y esperamos que esta sea la oportunidad para tratar de ponerse a paz y salvo con ellos, pero entiendo que no solo es una cuestión del Gobierno, sino que todos hemos sido llamados a ser solidarios. Y quiero destacar que ha habido muchas respuestas -aunque falten muchas más-, se ha demostrado lo generosos que somos los colombianos, por ejemplo, en Santiago de Cali se recolectaron 4 toneladas de ayudas.

Según Carlos Martínez, secretario de Turismo de esa ciudad, en diálogo con Noticias Caracol, se logró recoger todo tipo de auxilios.

“Van más de 250 mercados, 15 mil tapabocas, 500 kilos de comida para mascotas, 100 kilos de arroz, 95 kilos de café, 100 kilos de atún, 1.500 pañales, tejas, 30 kilos de puntillas”, afirmó.

También en la ciudad de Cartagena, la exreina de San Andrés Jacqueline Howard, ha estado al frente una Gran Cruzada Solidaria Nacional, buscando que la gente done alimentos no perecederos, agua en botella, ropa, toallas y sábanas nuevas, y claro, un juguete para alegrar la vida de los niños y niñas de los albergues de las islas.

A veces nos quedamos solo con todo lo malo que hacemos, pero también vale la pena destacar manifestaciones de bondad y solidaridad que nos tienen que hacer creer en nosotros mismos. Debemos entender que no somos solo violencia y corrupción, sino que tenemos muchos valores que son posible destacar.

Espero que sigamos siendo solidarios con la isla y con otros tantos hermanos que por culpa de esta ola invernal han perdido todo en departamentos como el Chocó y la Guajira. Está bien que nos quejemos y reclamemos acciones del Estado, porque sin duda es su deber, pero también es el momento de generar dinámicas que nos ayuden a transformar la realidad de esos hermanos que sufren. Todos tenemos que colaborar, ya que nadie es tan pobre como para no tener nada que dar a los que más están necesitando.