A pesar del vehemente pronunciamiento del presidente Gustavo Petro en Ciudad Bolívar, Bogotá, intentando desmarcarse del escándalo de corrupción en la Unidad de Gestión de Riesgo, atribuyéndolo exclusivamente a un sector del Partido Verde, todavía quedan muchas preguntas sin responder frente a la eventual responsabilidad del Gobierno en este indignante episodio.
Lo primero que se desprende de lo dicho por el presidente Petro y la posterior aceptación de la renuncia que le presentó la alta consejera presidencial para las Regiones, Sandra Ortiz, es que el jefe de Estado les da credibilidad a las acusaciones de Olmedo López y Sneyder Pinilla en contra de la exfuncionaria, militante del partido Verde, en presuntas actuaciones ilícitas.
Sin embargo, el presidente guarda silencio frente a otros altos funcionarios de su círculo cercano, como el actual director de inteligencia Carlos Ramón González, también del Partido Verde, así como frente al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco; y el secretario anticorrupción, Andrés Idárraga, quien de manera sorpresiva logró que el presidente se echara para atrás de su decisión de despedirlo, que había tomado el viernes pasado, para ratificarlo en su cargo este lunes.
También llama la atención el silencio del presidente de la República frente a la posible participación en el escándalo del presidente de la Cámara de Representantes, Andrés Calle, uno de sus más firmes aliados, perteneciente al Partido Liberal y quien según aseguró Sneyder Pinilla, le habría entregado personalmente un maletín con mil millones de pesos en efectivo para que facilitara el trámite de las reformas del Gobierno.
Publicidad
Pero lo que más llama la atención del escándalo y la lectura que hizo el presidente Gustavo Petro, es que él considera que la delación de Olmedo López y de Sneyder Pinilla, forma parte de la estrategia del golpe que pretenden darle a su gobierno.
Ante este escenario, que incluye la implosión de los verdes que ahora son mayoritariamente petristas tras las renuncias de Antanas Mockus y Claudia López, la prueba ácida de la capacidad de gobernabilidad del Ejecutivo se verá a partir de este martes en el Congreso, en donde se espera que pronunciamientos esperados como el del presidente del Senado, Iván Name, también salpicado por el escándalo, marquen el ritmo y el futuro de las reformas que ha intentado sacar adelante el Gobierno, en particular frente a la reforma pensional, que tiene los tiempos muy apretados para salir adelante en dos debates que le restan en la Cámara de Representantes, antes del próximo 20 de junio.
Publicidad
La clave del escándalo, además de la arista política, es fundamentalmente judicial y está en manos de la Fiscalía, que entre hoy y mañana tendrá dos citas clave con Olmedo López y Sneyder Pinilla, para determinar si existe la posibilidad de iniciar una eventual negociación de beneficios penales a cambio de que ellos entreguen todos los elementos con los que demostrarían sus graves acusaciones. Ojalá los dos presuntos delincuentes: López y Pinilla, asistan a sus diligencias y dejen de tomarle el pelo a la justicia.
Escuche la entrevista completa en el siguiente enlace: