De lo que más me ha gustado de lasjugadoras de la selección colombiana de fútbol es su fortaleza mental consecuencia de su amor propio. Ellas saben quiénes son, qué talentos tienen, sus reales posibilidades. Y eso es fundamental para poder triunfar en la vida. Durante muchos años se confundió el amor propio, el orgullo con la soberbia, que son dos actitudes bien diferentes.
A algunos les hicieron creer que la humildad era no amarse y no asumir todas las cualidades que se tienen.
El amor propio lo podemos definir como tener un buen autoconcepto, autoestima y autoeficacia. Esto es, se percibe como alguien valioso, teniendo una buena opinión emocional de sí mismo y creyendo que es capaz de hacer las cosas que se propone. Es amarse desde la propia realidad, conociendo lasa capacidades y habilidades que se tiene sin olvidar las limitaciones y carencias. Sin esta sana relación consigo mismo es muy difícil que cualquier ser humano pueda alcanzar los objetivos que se propone.
La soberbia por su parte es una actitud de superioridad ante los demás, es creer que se tiene privilegios sobre los otros simplemente las características propias. Son los que se sienten que todos lo merecen y que su dignidad es mayor que la de los demás humanos. Algunos autores creen que es una manera de compensar los sentimientos de inferioridad que sienten. Las personas soberbias normalmente buscan descalificar a los otros para sentir que son más que ellos.
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A veces creo que a varios de nuestros deportistas les hace falta creer que son capaces y trabajar desde esa convicción un proceso disciplinado que les permita triunfos sostenidos en el tiempo. Los ganadores creen en sí mismos y no tienen miedo de reconocerlo y decirlo. No sé cómo le termine yendo a la selección Colombia, pero lo que sí sé es que está formada por mujeres con mucho amor propio y eso me hace creer que puede salir adelante. Ámate para que puedas amar de verdad a otros.