En 1960, la tasa de fecundidad en Colombia era de 6,74 hijos por cada mujer, en1990 había caído a 2,9 y en 2018 bordea 1,8. Ese dato está ligado a la irrupción, en el buen sentido, de las mujeres en el mercado laboral: las ocupadas –con relación a las económicamente activas- pasaron de ser 7,8 por cada 10 en el año 2001 a 8,6 en 2019, aunque esta proporción depende de los ciclos económicos.
Otra cifra, quizás imprecisa, pero que redondea la idea sobre el más importante hecho socioeconómico de las últimas décadas es que, en 2001, porcada cien mujeres había 29 ocupadas y en 2019 ya son 38. Pese a lo anterior, el desempleo afecta más a las mujeres y en particular a quienes se encuentran entre 15 y 26 años con bajo nivel educativo.
Ese incremento no ha ido acompañado de equidad y la diferencia en salariosen todos los niveles está entre el 15% y el 20% con respecto a hombres que desempeñan el mismo puesto. Deben sumarse los acosos de todo tipo en ambientes laborales y espacios públicos compartidos, con cifras escandalosas y con las mujeres como víctimas primeras.
Pero si en el aspecto laboral las cosas son tan inicuas, en el terreno político el asunto es más grave. Solo una por cada cinco hombres participa en Colombia, por debajo del promedio mundial, desde la presencia en altos cargos públicos o representativos hasta el activismo social o sindical. En Bogotá, por ejemplo, solo hay 9 entre 45 concejales; en Pereira fueron elegidas dos entre 19 y, lo peor, en Barranquilla una entre 21. A contramano, en estas elecciones de 2019 por cada 100 personas inscritas hay 38 candidatas y una de ellas, Claudia López –faltando menos de dos semanas para las elecciones- tiene altísimas posibilidades de ser alcaldesa de Bogotá, algo que nunca ha ocurrido.
Publicidad
Convierta a BLU Radio en su fuente de información preferida en Google Noticias.
Claudia es expresión palpable de la reivindicación de las mujeres, no solo por su figura sino por las esencias de su programa, que ataca el más grave problema que padece Bogotá: ser la tercera ciudad más desigual en el octavo país más inequitativo del mundo y esa tarea hay que emprenderla desde su raíz: la iniquidad de género. Es la única expresión que confronta en cierta medida las secuelas del modelo donde estructuras de poder –representadas por Galán y Uribe Turbay– le infligen a la Capital graves daños hace décadas, profundizados más aún por el gobierno impopular e ineficiente de Peñalosa II. El otro candidato, Morris, con bajísimas credenciales, es apenas la manifestación personalista de Petro, su mentor.
Publicidad
Le puede interesar: Renuncia uno de los polémicos candidatos a la Alcaldía de Cali
Nueva nota política de 2019 es la oleada de jóvenes estampando una generación de relevo, en especial, en concejos municipales. En la Capital se destaca quien fuera el “concejal revelación”, Manuel Sarmiento, y es estimulante ver a Natalia Moreno, promotora de las batallas contra los impuestos sexistas o dirigentes feministas como Adriana González en Pereira o a quienes fueron líderes universitarios como Amaury Núñez en Medellín o Marcel López en Cali o Melissa Aníbal en Barranquilla o Yeni Mariño en Bucaramanga o Julián Rodríguez en Ibagué o David Mora en Villavicencio u otros más, saltando de tales ámbitos a unos más amplios donde harán valer mandatos políticos con base en equidad, democracia verdadera y respeto al patrimonio público.
Sirve reiterar lo de la autenticidad porque ahora casi todo el que se inscribe por firmas, aunque le haya empeñado el alma al diablo, posa de “independiente” o, peor aún, con el genérico y muy de moda, “alternativo”, denominación que permite “meter gato por liebre” en casi todos los casos. Pase lo que pase el 27 de octubre en los 1.122 municipios, estos hechos marcarán un hito en la política nacional y local.
El tiempo se encargará de refrendarlo.
Publicidad
Adenda: En 30 partidos o más del campeonato profesional de fútbol femenino, no hubo una sola tarjeta roja. Ellas juegan limpio…