Todos los días, al llegar al canal, trato de saludar amablemente a todas las personas con las que me encuentro. Provengo de una región del país donde es costumbre saludarnos con calidez y alegría . Tanto es así que, en muchas ocasiones, ese simple gesto termina generando una relación de conocidos.
He vivido experiencias interesantes con esta práctica. La mayoría de las personas responde con amabilidad, pero me llama la atención cuando algunas lo hacen de manera automática. Incluso, hay quienes me preguntan "¿cómo estás?" y, antes de que pueda responder, ya han seguido su camino. Otros simplemente no contestan o reaccionan con un leve movimiento de cejas.
Esto me lleva a cuestionarme: ¿cuál es el verdadero sentido del saludo? Este gesto humano, aunque simple, tiene un significado profundo y cumple varias funciones:
1. Reconocimiento: Saludar a alguien es reconocer su presencia y darle importancia. Es una forma de decirle: "Existes para mí, valoro tu existencia en este mundo que compartimos".
Publicidad
2. Conexión: Es el primer paso para establecer o fortalecer una relación. No somos islas; necesitamos a los demás. Un saludo puede ser el inicio de futuras sinergias.
3. Cortesía: Es una muestra de respeto y buenos modales hacia los demás. Un saludo cordial crea un ambiente de amabilidad que favorece las relaciones humanas.
Publicidad
4. Comunicación no verbal: El tono de voz, la expresión facial y los gestos que acompañan al saludo transmiten mucho sobre nuestras intenciones y emociones.
Hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre cómo saludamos. Es importante hacerlo de manera consciente, proyectando las mejores emociones a la otra persona. Un buen saludo incluye contacto visual, gestos sinceros como una sonrisa, un tono de voz amable y seguro, y siempre respetando la privacidad del otro.
En este Día Internacional del Saludo, hagamos conciencia sobre este acto, que es un elemento básico y fundamental de la comunicación humana. Es una muestra de cercanía y cortesía que nos conecta con el mundo entero.