El hombre no es el centro del planeta: la verdadera felicidad nace de la conciencia ecológica

Cada vez más se pone en duda la expresión de Santo Tomás “Ver para creer”. Estamos en la sociedad en la que algunos ven y no creen. Son esos negacionistas de verdades evidentes.

Esos que niegan que el hombre puso un pie en la luna, que Elvis Presley murió, también los antivacunas de estos días, y otros son los que niegan el calentamiento global. Este lunes se dio a conocer el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, quienes luego de estudiar 14.000 artículos científicos sobre el tema, han dado unas conclusiones que todos tenemos que entender y dejar que nos movilicen a acciones concretas, tanto en sociedad, como individualmente.

El informe insiste en que el calentamiento global es peor y más rápido de lo que se había previsto durante mucho tiempo. Se deja claro que la temperatura va a aumentar en 1.5 grados más o menos hacia el año 2030, y que claramente esto tendría unas consecuencias devastadoras para la salud del planeta: canículas, incendios devastadores y enormes inundaciones.

Por ejemplo, se dice que el mar aumentaría su nivel por lo menos medio metro más de aquí al 2100. También vimos hace poco un estudio que predice que ciudades como Santa Marta quedarán bajo el agua por culpa de este problema.

Hay que hacer algo. Los gobiernos tienen que tomar decisiones concretas, como, por ejemplo, poner fin inmediato al uso del carbón y de las energías fósiles.

Necesitamos hacer realidad las estrategias para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero -sobre todo del dióxido de carbono (CO2)- que son uno de los principales responsables del calentamiento global.

Individualmente tenemos que tomar conciencia de que este no es un problema del futuro, sino del presente. Ya nos está afectando. Prueba de ello es la ola de calor que se ha vivido en algunos lugares.

Tenemos que ser capaces de reutilizar y no desechar, de recolectar y reciclar, aprender a racionar los recursos no renovables y reducir el uso del plástico. Es decir, asumir también la responsabilidad personal de toda esta catástrofe.

Abandonemos esa idea de que el hombre es el centro del planeta y entendamos que, la única manera de sobrevivir es saber que somos un sistema, en el cual cada elemento tiene su importancia y debe ser cuidado. La verdadera felicidad nace de la conciencia ecológica, y solo son espirituales los que cuidan el planeta.

Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU: