Uno de los escenarios más controvertidos en el primer mes de gobierno del presidente Gustavo Petro tiene que ver con el manejo de la política exterior.
Además de la polémica por su mensaje en Twitter asegurando que la victoria contundente de los chilenos que rechazaron la nueva constitución promovida por el presidente Gabriel Boric, significa revivir a Pinochet, el Presidente Petro y su gobierno se han visto envueltos en otras controversias:
La más delicada pudo haber sido la relacionada con la decisión inédita de Colombia de ausentarse de la sesión de la OEA en la que se buscaba un rechazo unánime contra las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.
Luego del desconcierto por esa ausencia, Blu Radio y Noticias Caracol confirmaron que la decisión fue tomada directamente por el canciller Álvaro Leyva argumentando razones confidenciales y estratégicas en las relaciones binacionales.
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Luego se supo que entre otras cosas, el gobierno colombiano busca ser mediador para la liberación de un grupo importante de presos políticos detenidos por el régimen de Daniel Ortega.
La otra movida diplomática polémica de Gustavo Petro se dio tras haber firmado una carta conjunta y abierta en rechazo a la petición de un fiscal para llevar a juicio por corrupción a la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, afirmando entre otras cosas que se trata de una “injustificable persecución judicial”.
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El común denominador de todos estos episodios es que el presidente Petro pareciera seguir opinando en Twitter como si no fuera el responsable de la política exterior de todos los colombianos, incluso llegando a cruzar límites que pueden rayar en la injerencia en asuntos de otros países.