Este jueves se marcó un hito muy importante en la astronomía del mundo: el Rover Perseverance pisó Marte. Esta llegada sin duda es importante porque de alguna manera permitirá testear un posible viaje tripulado por humanos al planeta rojo.
Suena increíble que cada vez estemos más cerca de poder llegar, y por qué no, colonizar este planeta. Pero tengo que decir que en medio de todo esto, hay algo que me emociona aún más, y es que esta historia está dirigida por una mujer colombiana, ella es Diana Trujillo , una caleña que llegó a los Estados Unidos siendo muy joven, sin haber aprendido inglés y sin mucho dinero en los bolsillos; sin embargo, poco a poco, con su inteligencia, esfuerzo y dedicación, logró abrirse campo en el mundo de la astronomía, hasta llegar a laNASA, donde dirigió esta misión que hoy nos llena de alegría.
Esto me hace sentir muy orgulloso de la inteligencia humana y especialmente de ser colombiano. La historia de vida de Diana es una fuente de inspiración para aquellos que creen que los sueños no se pueden cumplir. Se requieren hombres y mujeres que sepan que quieren en la vida y luchen con todos los valores para realizarse. Sabiendo que nada es fácil y requiere lo mejor de nosotros.
Pero también, necesitamos dinámicas sociales que impulsen a todos a tener mayores posibilidades de alcanzar esas grandes metas, y para ello es necesario que construyamos una sociedad justa y equitativa.
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Trabajemos para que en un futuro no muy lejano, puedan ser muchos más los colombianos que contribuyan con su trabajo e inteligencia a la realización de grandes hazañas para la humanidad. Esa debe ser una apuesta personal y de nuestra sociedad. Hay que trabajar para ello, nada se hace mágicamente.
Me alegro mucho por Diana y espero que esta misión les abra las puertas a nuevos descubrimientos; que ella pueda seguir triunfando, pero sobre todo, que siga siendo el ejemplo para muchos que sueñan con llegar en algún momento a la cúspide de sus vidas y proyectos personales; que puedan entender, a partir de esta motivadora historia, que el camino se hace paso a paso.
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Hoy más que nunca me lleno de esperanza y de optimismo, y quiero terminar recordando que no hay dificultad que no se pueda superar cuando las ganas están de por medio; y no hay sueño más imposible, que aquel que no decidimos hacer realidad. ¡Vamos hacia adelante!
Escuche la reflexión y la opinión de Alberto Linero en Mañanas BLU: