En medio de un nuevo escenario de agitación social que han conllevado actos de vandalismo y denuncias de posibles excesos de integrantes de la Policía, se conocieron dos decisiones judiciales relacionadas con casos emblemáticos en los que dos estudiantes murieron en medio de protestas.
La primera decisión se conoce 16 años después del asesinato del joven Nicolás Neira, en las marchas del primero de mayo de 2005, a manos del patrullero de la policía Néstor Julio Rodríguez, quien ayer fue condenado en primera instancia a una pena de 17 años de cárcel.
Según la juez del caso, el patrullero Rodríguez accionó la escopeta que dispara gases lacrimógenos e impactó en la cabeza de Nicolás Neira, sin que hubiera una orden de sus superiores y sin seguir los protocolos que prohíben expresamente accionar esas armas de frente hacia la multitud.
El otro caso es la muerte del joven Dilan Cruz , quien murió luego de ser impactado en la cabeza por una Bean Bag, disparada por el capitán del Esmad Manuel Cubillos en pleno corazón de Bogotá, el 19 de noviembre de 2019.
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En las últimas horas, la Corte Suprema determinó que las investigaciones contra Cubillos deberán continuar siendo adelantadas por la Justicia Penal Militar y no por la Fiscalía.
El pronunciamiento de los magistrados se dio en respuesta al trámite de una acción de tutela interpuesta por la familia de Dilan Cruz, que insistía en que este caso fue un homicidio y no tiene relación con las actuaciones del capitán Cubillos relacionadas con su cargo.
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Escuche el análisis de Ricardo Ospina en Mañanas BLU: