De manera coincidencial, mientras en Alexandria, Estados Unidos, David Murcia, el “cerebro” detrás de la “pirámide” DMG, se subía en un avión que lo traería deportado a Colombia a pagar una pena de 22 años de cárcel, el “fantasma” de lo que en su momento él expandió y que puso en aprietos la economía del país, sigue atrapando incautos o simplemente a personas sin escrúpulos que terminan promoviendo diferentes modalidades de este tipo de estafa.
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A Murcia lo recordamos por ser el joven asistente de camarógrafos que comenzó con su modelo DMG en La Hormiga, Putumayo, en donde corrían por esa época raudales de efectivo producto del narcotráfico y de otros negocios ilegales y que súbitamente, terminó manejando más de dos mil millones de dólares de personas que le apostaban diariamente, de manera increíble, a creer en la figura bíblica de la multiplicación de los peces y los panes, pero con su dinero.
Murcia Guzmán alcanzó a tener un centro comercial en el norte de Bogotá, tuvo canal de televisión, quiso formar parte de la farándula criolla y expandió su negocio a Panamá y Ecuador, hasta que, como suele ocurrir en estos modelos de estafa basados en el modelo Ponzi, la plata comenzó a escasear, ante la mínima sospecha de incertidumbre o de ilegalidad.
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El hombre de la “familia DMG” fue detenido en Panamá, las filas de personas estafadas frente a sus sedes eran interminables y de manera simultánea, nos enteramos de que esa no era la única pirámide, pues hubo otras que también se “reventaron” y causaron hasta problemas de orden público como DRFE.
Murcia fue condenado en 2009 a 22 años de prisión por lavado de activos y captación masiva y habitual de dinero, en el juicio en su contra se supo que entregó dineros incluso a varios políticos como el expersonero de Bogotá Francisco Rojas Birry y fue extraditado en enero de 2010.
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Pero la verdad es que nunca desaparecieron las “pirámides” de Colombia: hemos tenido esquemas de todos los colores, sabores y olores, pasando por las de estrato seis como Interbolsa, hasta las más recientes, ahora en la mira de Supersociedades y la Fiscalía, que se hacen llamar ‘telar de sueños’ y ‘mandalas de la prosperidad’, por no mencionar los volantes con la foto de David Murcia que hoy impulsan increíblemente el recaudo de bajas sumas de dinero vía Whatsapp a cambio de supuestos beneficios que nunca llegan.
Nueve años después, tras pagar una pena por lavado de activos en Estados Unidos, David Murcia regresa a Colombia, pretende rebajar su pena, pero DMG todavía debe más de 800 mil millones de pesos a sus víctimas y no pareciera haber dinero para pagarles a los estafados.
Aunque se han presentado casos de “pirámides” en varios países del mundo, llama la atención el éxito que tienen en Colombia, y muchos se preguntan si esto forma parte de la cultura maldita del dinero “fácil” que nos ha dejado el narcotráfico. Así suene a lugar común, siempre hay que decirlo: de eso tan bueno, no dan tanto.
Escuche la editorial de Ricardo Ospina en Mañanas BLU aquí:
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