Los principales desafíos del nuevo ministro de Defensa, Diego Molano Aponte, son: avanzar en la disminución de las hectáreas de cultivos ilícitos, cerrar el paso a los grupos ilegales dedicados al narcotráfico, neutralizar los objetivos de alto valor, entre ellos los cabecillas del ELN y de las disidencias de las Farc, proteger la vida de los líderes sociales y frenar las masacres que siguen desangrando a varias zonas del país.
El escenario que recibe Molano es complejo en materia de orden público: en los últimos días se reporta la matanza de tres mineros en Tarazá, Antioquia, hubo dos masacres en Policarpa y Roberto Payán, Nariño, que dejaron nueve personas asesinadas, también se reportó la muerte violenta de tres personas en el Valle del Guamuez, en Putumayo, además del secuestro de dos colombo-extranjeros en Cauca y de dos soldados en El Carmen, Norte de Santander.
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Molano tiene la tarea de sacar adelante, luego de un tortuoso camino, el regreso de la fumigación aérea de cultivos de hoja de coca con glifosato, que según algunos expertos podría servir para frenar la expansión del narcotráfico, aunque tendrá que hacerlo teniendo en cuenta los lineamientos de la Corte Constitucional.
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Sobre los cabecillas de los grupos ilegales, tiene la tarea de dar con alias Otoniel, escurridizo jefe del Clan del Golfo y aunque luego de su primera reunión con la cúpula militar lanzó un advertencia a Iván Márquez y Jesús Santrich, no tendrá una tarea fácil para ubicarlos y capturarlos, mientras Nicolás Maduro mantenga el poder en Venezuela y les brinde protección no solamente a los cabecillas de las disidencias de las Farc, sino también a los jefes del ELN.
El nuevo ministro de Defensa también tendrá en sus manos, junto con el ministerio del Interior y otras entidades del gobierno y del Estado, la protección efectiva de líderes sociales, que lamentablemente siguen siendo hostigados y asesinados.
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Finalmente, el ministro Diego Molano tiene en sus manos la responsabilidad de reforzar el respeto por los Derechos Humanos entre los miles de integrantes de las Fuerzas Armadas, luego de casos como el asesinato de Javier Ordoñez a manos de dos policías y el incendio aparentemente provocado por dos uniformados en un CAI en Soacha, en donde perdieron la vida ocho detenidos.
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