Apoyo la prohibición de la práctica de cortarles orejas y cola a animales, es un acto de crueldad

Para ser feliz es necesario tener una mente flexible, capaz de adaptarse a las circunstancias sin perder las opciones fundamentales del propio proyecto existencial. Van cambiando las dinámicas humanas, los paradigmas de comprensión de la realidad y necesariamente nuestros hábitos y comportamientos.

Por ejemplo, hoy desde una mirada menos antropocéntrica y más geocéntrica, se ha entendido el valor de los animales y se tiene con ellos una relación más respetuosa de sus características. Y es que según una encuesta realizada por Fenalco el año pasado, 43 % de los hogares colombianos dicen tener animales con ellos, tanto así que algunos hablan de que hay 3.5 millones de mascotas en Colombia.

Muchas prácticas que en el pasado se creían válidas con los animales, actualmente se tiene claro que son una autentica manifestación de maltrato. Por eso, me parece importante que la Corte Constitucional, luego de recibir una demanda que pide eliminar la práctica de cortarles las orejas y la cola a los animales, se disponga a discutir el asunto, ya que no faltan los que consideran que se trata de una cuestión estética para sus mascotas.

De hecho, recordemos que el Estatuto Nacional de Protección de los Animales establece una serie de excepciones para “remover, destruir, mutilar, o alterar cualquier miembro, órgano o apéndice de un animal vivo”, y entre esas está la ‘estética’.

Realmente creo que es un acto de crueldad y maltrato, los animales son seres sintientes y merecen protección. Decir que es estético exige preguntarse para quién lo es, y si eso valida causarle dolor y maltratar a un animal. Creo que es una oportunidad para una reflexión que ubique el valor estético en el lugar correspondiente en la escala axiológica. Siempre estará por debajo de la protección y el cuidado.

Seguro que la Corte será coherente con otras de sus sentencias y prohibirá este tipo de acciones. Y nosotros tendremos que seguir en el proceso de abrir la mente y adaptarnos a los distintos procesos que vamos comprendiendo, sobre todo a aquellas situaciones que buscan evitar el sufrimiento y tener una mejor relación con el entorno.