En Colombia, un país con una población de más de 52 millones de habitantes, aproximadamente 1.4 millones de personas no tienen acceso a un baño dentro de su hogar, según datos de Unicef Esta situación es alarmante, ya que no solo afecta su calidad de vida, sino también su salud y bienestar. Aunque para muchos tener un baño es algo cotidiano, para un gran número de colombianos esta es una realidad distante que pone en riesgo su salud y seguridad.Las causas de la falta de acceso a un baño en casa en ColombiaLa razón principal de esta problemática radica en la desigualdad en el acceso a los servicios básicos. En zonas rurales y apartadas, especialmente en comunidades vulnerables, las infraestructuras de saneamiento son insuficientes o inexistentes. Esto se debe a la falta de inversión en proyectos de infraestructura básica, la pobreza, y la ineficiencia en la gestión pública de estos recursos.Además, en muchas áreas, el sistema de saneamiento está obsoleto o no ha sido actualizado para atender a una población creciente, lo que aumenta las barreras para el acceso a baños adecuados en los hogares. A pesar de los esfuerzos del gobierno y organizaciones no gubernamentales por reducir la brecha, el progreso es lento, y millones de colombianos siguen sin acceso a lo más básico para garantizar su salud.Los riesgos de vivir sin baño: enfermedades y problemas de saludLa falta de acceso a un baño adecuado tiene serias consecuencias en la salud de las personas. Los sistemas de saneamiento deficientes o inexistentes provocan que los desechos humanos no se gestionen de manera segura, lo que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades graves. Las personas que carecen de un baño en casa suelen recurrir a métodos insalubres como la defecación al aire libre, lo que aumenta la posibilidad de que sus desechos contaminen el agua y el entorno, propagando infecciones.Principales enfermedades relacionadas con la falta de un baño adecuadoCólera: esta enfermedad infecciosa se transmite principalmente por el consumo de agua contaminada con bacterias fecales. La falta de acceso a instalaciones sanitarias adecuadas aumenta la posibilidad de brotes de cólera, especialmente en áreas con infraestructura deficiente.Fiebre tifoidea: esta enfermedad bacteriana se propaga por el contacto con agua o alimentos contaminados por heces infectadas. Es común en zonas donde el saneamiento es precario, y la falta de un baño aumenta el riesgo de contaminación.Hepatitis A: esta enfermedad hepática viral se transmite por agua o alimentos contaminados con heces. La falta de acceso a un baño adecuado, sumado a una higiene deficiente, incrementa la probabilidad de transmisión del virus.Diarrea: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diarrea es una de las principales causas de muerte en niños menores de cinco años. La contaminación fecal de alimentos y agua es una de las principales causas de esta enfermedad. La falta de acceso a un baño adecuado es un factor clave en la propagación de enfermedades diarreicas.“Cada día, más de 700 niños menores de cinco años (aproximadamente uno cada dos minutos) mueren de diarrea debido al uso de agua no potable, saneamiento deficiente o la falta de higiene, según Unicef”, Felipe Gómez, director de negocios de Familia Institucional.La falta de acceso a un baño adecuado no solo afecta la salud, sino también el bienestar emocional y social de las personas. Las personas que viven sin un baño en casa experimentan un mayor nivel de estrés, vergüenza y aislamiento social. Esto puede afectar su autoestima y contribuir a la perpetuación de la pobreza, ya que las personas en estas situaciones enfrentan mayores dificultades para acceder a educación y empleo.A nivel económico, la falta de acceso a servicios básicos como un baño en casa incrementa los costos de atención médica debido al tratamiento de enfermedades transmitidas por el agua. Además, la productividad de las personas disminuye al enfrentarse a problemas de salud recurrentes.
Al menos 100 niños y niñas sufren algún acto de violencia al día en Colombia, 53 de ellos violencia sexual, alertó Unicef este miércoles en el lanzamiento de su campaña 'Trátame al derecho', que busca crear conciencia y movilizar a la sociedad para tomar acciones de cara a garantizar una vida sin violencia para la niñez y adolescencia.La organización lamentó que esta cifra solo representa los casos atendidos por el Instituto Nacional de Medicina Legal, lo que significa que son "especialmente graves" y suponen un subregistro.En el Día Mundial de la Infancia, que este año conmemora los 35 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, Unicef lanzó esta campaña para "amplificar" las voces de los niños y adolescentes, que "exigen" que sus derechos sean respetados y que sus escuelas y comunidades sean entornos donde puedan crecer en el respeto y la protección.Según datos compartidos por la organización a partir de las cifras de Medicina Legal, en 2023 en Colombia se atendieron 35.339 casos de violencia hacia niños, niñas y adolescentes, entre ellos 607 homicidios, 6.369 casos de violencia intrafamiliar y 19.192 casos de violencia sexual.En este sentido, Unicef alertó que "la niñez y la adolescencia representan el 81 % del total de reportes de violencia sexual" en el país.La iniciativa consiste en una página web que facilita información, cursos, tests, recursos pedagógicos sobre la crianza de los niños y niñas y cuenta con un portal de donaciones para la prevención de la vulneración y la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia en Colombia.Además del portal 'Trátame al derecho', la organización cuenta con diferentes aliados de todo el país que iluminarán las fachadas de sus sedes de color azul para sumarse a la iniciativa, como la Torre Colpatria y el Movistar Arena en Bogotá y monumentos nacionales como el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Las Lajas."Los derechos de los niños son derechos humanos", manifestó la representante de Unicef en Colombia, Tanya Chapuisat, y agregó que "queda mucho por hacer" porque "se sigue fallando a los niños en muchos frentes".Chapuisat recordó la Conferencia Ministerial Mundial para poner fin a la violencia contra la infancia, que tuvo lugar a principios de noviembre en Bogotá y en la que 91 estados "hicieron compromisos puntuales" para garantizar la protección de los derechos de la infancia de manera tangible.Por su parte, la directora del Instituto de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres, reivindicó que los niños indígenas y los niños afro sufren una especial discriminación y que la vulneración de sus derechos "genera consecuencias en su salud física y mental" y les acompaña durante toda su vida."Los niños del Amazonas viven en un tiempo distinto a los 35 años de la convención. Hay municipios a los que no ha llegado, Colombia es un país muy desigual en derechos del niño. Hay que lograr que esos 35 años lleguen al resto de niños. Ese es el reto", agregó.
Los días 7 y 8 de noviembre, Bogotá fue sede de un evento de relevancia internacional: la primera Conferencia Ministerial Mundial para la Erradicación de la Violencia contra la Niñez, realizada en el Centro de Convenciones Ágora. En este encuentro participaron más de 100 países, destacándose la presencia de organismos internacionales clave como la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, el Comité de Derechos del Niño y la Relatora Especial de Naciones Unidas para la Violencia contra la Niñez.Colombia, representada por la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, subrayó la importancia histórica de este evento. "Este es un encuentro global único, en el que 134 países se han reunido para definir acciones concretas contra la violencia infantil", afirmó Cáceres, quien resaltó la colaboración de Suecia y otros países, como Guinea Ecuatorial y Venezuela, con los que Colombia ha establecido acuerdos bilaterales sobre protección infantil.La conferencia se enfocó en varios compromisos clave, entre ellos el financiamiento de iniciativas para proteger los derechos de la niñez, el fortalecimiento de los sistemas de protección social y la creación de alianzas entre países para promover la prevención de la violencia. En este sentido, uno de los momentos más significativos fue la participación activa de niños y jóvenes, quienes, a través del Movimiento Mundial de Niños y Jóvenes para la Prevención de la Violencia, tuvieron un espacio para influir directamente en la toma de decisiones. "Los niños han sido protagonistas de este evento, participando en mesas de diálogo con viceministros y líderes de diferentes países", agregó Cáceres.Uno de los temas centrales que emergió durante la conferencia fue el alarmante impacto de la violencia contra los niños en Colombia. Según las cifras presentadas, 342 menores de edad han perdido la vida este año a causa de la violencia, un descenso respecto al año anterior, pero aun una cifra inaceptable. En este contexto, Cáceres hizo un llamado urgente a la acción, destacando que el ICBF trabaja actualmente en 40,000 casos de restitución de derechos de niños en situación de riesgo.Compromisos y avances de la conferenciaEn cuanto a los avances concretos, la conferencia impulsó varias iniciativas. En la agenda de trabajo se discutieron las mejores prácticas de protección de la niñez, con énfasis en el fortalecimiento de políticas públicas que promuevan la prevención y erradicación de la violencia. Entre los acuerdos bilaterales más destacados está la colaboración entre Colombia y Panamá para abordar temas de migración y protección de niños migrantes. Además, se resaltó el trabajo conjunto con Venezuela, donde se han logrado avances importantes en la creación de protocolos de protección.Un aspecto relevante de la conferencia fue la creación de una plataforma global de países “Pathfinding”, que trabajarán de manera coordinada en acciones para proteger a los niños y prevenir nuevos riesgos en el futuro. Este esfuerzo, impulsado por UNICEF, se complementará con una declaración conjunta que se espera firmar al final del encuentro, estableciendo compromisos globales más sólidos.Otro actor clave en este evento fue el Ministerio de Educación de Colombia, representado por el ministro encargado, Ricardo Moreno. Desde esta cartera, se han implementado políticas orientadas a la formación integral de los estudiantes, con programas enfocados en la educación emocional y la reconciliación. "Nuestra labor está dirigida a crear comunidades educativas más seguras y pacíficas, brindando herramientas a maestros y estudiantes para prevenir la violencia desde las aulas", comentó Moreno.Expertos como John Tanagho, de la Misión Internacional de Justicia, resaltaron que lucha contra esta violencia requiere un esfuerzo conjunto y coordinado entre gobiernos, organizaciones internacionales y el sector privado.En este contexto, Tanagho propuso dos soluciones clave. La primera es mejorar la respuesta del sistema de justicia, asegurando recursos, capacitación e infraestructura para investigar y procesar los delitos de explotación sexual infantil en línea.Además, hizo un llamado a las empresas tecnológicas para diseñar sus plataformas de manera más segura, implementando mecanismos de detección y reporte efectivos para prevenir el daño desde su origen.Estas medidas buscan no solo sancionar a los culpables, sino también brindar apoyo integral a las víctimas, garantizando que el sistema de justicia sea realmente eficaz en su labor de protección.La conferencia concluyó con la firme esperanza de avanzar en la creación de un mundo más seguro para los niños, donde la violencia deje de ser una preocupación constante. Para Colombia, este evento no solo representa un logro significativo, sino un paso más en su compromiso de garantizar un futuro libre de violencia para las nuevas generaciones.
La violencia infantil sigue siendo una de las problemáticas más graves a nivel mundial. Según datos alarmantes presentados por Unicef, la magnitud de esta crisis es grave. En Colombia, como en muchos otros países, los niños, niñas y adolescentes sufren a diario las consecuencias de un entorno violento. Ana Azaryeva, representante adjunta de Unicef en Colombia, destacó que en el país cada día 53 menores son víctimas de violencia sexual y 100 niños requieren atención médica por lesiones relacionadas con actos violentos. Lo más desgarrador de estas cifras es que solo reflejan los casos que se denuncian, por lo que el número real es aún mayor.A nivel mundial, la violencia contra la niñez el número es alarmante. Cada cuatro minutos, un niño o niña muere a causa de un acto violento. Cerca de 90 millones de menores han sufrido violencia sexual, mientras que 650 millones de niñas y mujeres, una de cada cinco, padecieron abusos en su infancia. Las cifras sobre violencia física son igualmente aterradoras: entre 410 y 530 millones de niños varones y hombres han sido víctimas de agresiones sexuales, y más de dos tercios de los niños a nivel global sufren castigos violentos en sus hogares. La violencia, además le quitan vidas y también deja secuelas psicológicas irreparables que dificultan el desarrollo integral de los menores.Para enfrentar esta crisis, Unicef hace un llamado a los gobiernos y actores clave a intensificar los esfuerzos por erradicar la violencia infantil. En el marco de la conferencia ministerial que se va a realizar recientemente, la organización instó a un liderazgo político firme y a la implementación de políticas basadas en pruebas científicas. Además, destacó la importancia de garantizar el acceso universal a programas de apoyo a la crianza, la provisión de entornos escolares seguros y el fortalecimiento de servicios de respuesta y apoyo para todas las víctimas de violencia.En Colombia, aunque existen políticas y compromisos para proteger a la niñez, aún se requiere una implementación más efectiva de estas medidas.
Más de 370 millones de niñas y mujeres vivas en la actualidad, es decir, una de cada ocho, han sufrido violaciones o abusos sexuales antes de los 18 años, según informó UNICEF con motivo del Día Internacional de la Niña, que se conmemora este viernes.El organismo de Naciones Unidas para la infancia destaca que si se tienen en cuenta las formas de violencia sexual sin contacto físico, como el abuso verbal o en línea, la cifra de niñas y mujeres afectadas en todo el mundo se eleva hasta los 650 millones –una de cada cinco–, "un hecho que subraya la urgente necesidad de adoptar estrategias integrales de prevención y apoyo para hacer frente de forma eficaz a toda forma de violencia y abuso".“La violencia sexual contra la infancia es una mancha en nuestra conciencia moral. Esta violencia inflige traumas profundos y duraderos, a menudo causados por personas que los niños y las niñas conocen y en quienes confían, y en lugares donde deberían sentirse seguros”, afirmó la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.Por regiones el mayor número de víctimas de violencia sexual se registra en África Subsahariana, con 79 millones de niñas y mujeres afectadas (22%), seguido de Asia Oriental y Sudoriental con 75 millones (8%); Asia Central y Meridional con 73 millones (9%); Europa y América del Norte con 68 millones (14%); América Latina y el Caribe con 45 millones (18%); Norte de África y Asia Occidental con 29 millones (15%) y Oceanía con 6 millones de víctimas (34%).Al igual que la onegé Plan international, que hoy publicó un informe sobre el "Estado mundial de las Niñas 2024", Unicef hace hincapié que los riesgos de violencia sexual, entre otros, que corren la niñas y adolescentes en "los entornos frágiles", como los de los conflictos armados en curso, se multiplican,“Estamos asistiendo a horribles actos de violencia sexual en zonas de conflicto, donde la violación y la violencia de género se utilizan a menudo como armas de guerra”, dice.Aunque las niñas y las mujeres son las más afectadas y sus experiencias están mejor documentadas, los datos muestran que los niños varones y los hombres también son víctimas de abusos. Se calcula que entre 240 y 310 millones de niños y hombres –aproximadamente 1 de cada 11– han sufrido violaciones o abusos sexuales durante la infancia. Esta estimación se eleva a entre 410 y 530 millones si se incluyen formas de abuso sin contacto físico.Unicef anunció con motivo del Día de la Niña la celebración en noviembre en Colombia de la primera conferencia ministerial mundial para poner fin a la violencia contra niños, niñas y adolescentes, en la que participarán representantes de gobiernos y de la sociedad civil, incluidos activistas, supervivientes y jóvenes.El tema del Día Internacional de la Niña de este año es "La visión de futuro de las niñas"."La generación actual de niñas sufre de forma desproporcionada las consecuencias de las crisis mundiales del clima, de los conflictos, de la pobreza y del retroceso de los logros conseguidos con tanto esfuerzo en materia de derechos humanos e igualdad de género. A demasiadas niñas todavía se les niegan sus derechos, se restringen sus opciones y se limita su futuro", subraya la ONU en un mensaje con motivo de este día Internacional.Estos son alguno de los datos destacados por la ONU este día:-Casi 1 de cada 5 niñas no termina el primer ciclo de secundaria y casi 4 de cada 10 niñas no terminan el segundo ciclo de secundaria en la actualidad.-Alrededor del 90 % de las adolescentes y mujeres jóvenes no utilizan Internet en los países de renta baja, mientras que sus compañeros varones tienen el doble de probabilidades de conectarse.-En todo el mundo, las niñas de entre 5 y 14 años dedican 160 millones de horas diarias más al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los niños de la misma edad.-Las adolescentes siguen representando 3 de cada 4 nuevas infecciones por VIH en su grupo de edad.-Casi 1 de cada 4 adolescentes casadas o en pareja de entre 15 y 19 años ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida.-Antes de la pandemia de COVID19, 100 millones de niñas corrían el riesgo de contraer matrimonio infantil en la siguiente década y en el transcurso de los próximos años, hasta 10 millones de niñas más en todo el mundo correrán el riesgo de casarse siendo niñas.
La campaña 'Abraza tu mente', lanzada por Unicef, tiene como objetivo principal desafiar los estereotipos que existen sobre la salud mental en niños y adolescentes. En la actualidad, muchos jóvenes se sienten limitados para expresar sus emociones y buscar ayuda debido a estos estigmas.Según el Ministerio de Salud, el 44.7 % de los niños y adolescentes en Colombia experimentan algún tipo de afectación en su salud mental. El psicólogo César Reyes, líder de la campaña, explicó en Mañanas Blu, con Camila Zuluaga, la diferencia entre un problema de salud mental y un trastorno de salud mental. Mientras que un trastorno requiere de criterios específicos y rigurosos para su diagnóstico, los problemas de salud mental pueden ser causados por situaciones de estrés, violencia y otros factores que afectan la salud física y emocional de los jóvenes.Es fundamental prestar atención a las señales de alerta y no confundir necedad con problemas de salud mental. Los cambios en el humor, el sueño, la actividad física y el aislamiento pueden indicar la presencia de un problema de salud mental. Es importante establecer una buena conexión y comunicación entre adultos y jóvenes para comprender su mundo y evitar la estigmatización.En Colombia, los ataques de pánico y la ansiedad están afectando cada vez más a los jóvenes. Esto puede atribuirse a diversos determinantes sociales de la salud mental, como la violencia intrafamiliar, la falta de apoyo y los desafíos que enfrentan en sus entornos. El aumento en la apertura para hablar sobre estos temas también puede influir en la detección y el reporte de casos."Lo que nosotros, como adultos responsables, deberíamos hacer es prestarles atención, sin juzgarles, sin castigarles por ello, sin discriminar, tomando una pausa para escucharles. Y si vemos que es algo que nos preocupa, que no sabemos abordar, comenzar a acudir a redes de apoyo", aseguró.Muchos mitos existen sobre los problemas de salud mental en niños y adolescentes, como considerarlos débiles o que expresan sus emociones solo por llamar la atención. Romper estos estereotipos es fundamental para crear un entorno donde puedan buscar la ayuda que necesitan sin ser juzgados, según afirmó el psicólogo.
Casi 400 millones de niños menores de cinco años, aproximadamente el 60 % de ese grupo etario en todo el mundo, son disciplinados con métodos de violencia física o psicológica en el hogar, desde palmadas hasta insultos, informó este lunes Unicef.Estas nuevas estimaciones del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recopilan datos de 100 países entre 2010 y 2023, y abarcan tanto el "castigo físico" como la "agresión psicológica".Para Unicef, el maltrato psicológico incluye gritos o insultos como "estúpido" o "perezoso", mientras que el físico comprende zarandear, golpear o dar palmadas a un niño, o cualquier acción que le cause dolor o malestar, sin que se produzcan lesiones.De esos casi 400 millones de menores, unos 330 millones sufren castigos físicos, según la agencia de la ONU.Además, pese a que cada vez más países prohíben el castigo físico, cerca de 500 millones de menores de cinco años están desprotegidos legalmente contra esas prácticas.Según Unicef, más de una de cada cuatro madres o adulto responsable considera que los métodos de castigo físico son necesarios para educar adecuadamente a sus hijos.Tía de hermanos Mucutuy sobre cuidado de los niños: “Dilatan custodia por dinero que hay detrás”"Cuando los niños son sometidos a maltrato físico o verbal en su hogar, o cuando se les priva de cuidado social y emocional por parte de sus seres queridos, se puede minar su autoestima y desarrollo", dijo en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell."La crianza cariñosa y lúdica puede brindar alegría y también ayudar a los niños a sentirse seguros, aprender, desarrollar habilidades y navegar por el mundo que los rodea", completó.Por primera vez, Unicef publicó datos sobre el acceso que tienen los niños a las actividades lúdicas, con motivo del primer Día Internacional del Juego, el 11 de junio.Según las cifras de 85 países, uno de cada dos niños de cuatro años no puede jugar con la persona que lo cuida en casa y alrededor de uno de cada ocho menores de cinco años no tiene ningún juguete.Aproximadamente el 40 % de los niños de dos a cuatro años no reciben suficiente estimulación ni interacción significativa en casa, de acuerdo con el reporte.Además, uno de cada 10 no tiene acceso a actividades "cruciales para promover el desarrollo cognitivo, social y emocional, como leer, contar cuentos, cantar y dibujar", señaló Unicef."En el primer Día Internacional del Juego, debemos unirnos y renovar el compromiso de poner fin a la violencia contra los niños y promover cuidados positivos, cariñosos y lúdicos", dijo Russell.
Entre enero y abril de este año, 140 niños y adolescentes en Colombia se han suicidado, según datos de Unicef. Esta alarmante situación llevó a la organización a intensificar sus esfuerzos en la prevención y promoción del bienestar de los jóvenes.Para romper el silencio y los estigmas en torno a la salud mental, Unicef Colombia lanzó la campaña "Abraza tu mente: de salud mental sí hablamos". Esta iniciativa busca fomentar una conversación abierta y honesta sobre la salud mental de niños, niñas y adolescentes, un tema que afecta a un preocupante 44,7 % de esta población en el país.A nivel mundial, 168 millones de niños y adolescentes sufren de trastornos de salud mental, según Unicef. En Colombia, la situación es igualmente preocupante. Datos del Ministerio de Salud revelan que el 40 % de los niños y niñas en el país presentan problemas de salud mental. Estos problemas, que van desde la depresión y la ansiedad hasta la esquizofrenia y los trastornos alimenticios, son exacerbados por factores como la violencia, el conflicto armado y el acoso escolar.Unicef también lanzó "On My Mind (En mi mente)", un podcast en alianza con Spotify. Este recurso, disponible en español, está diseñado para ofrecer apoyo psicológico a quienes no pueden acceder fácilmente a servicios de salud mental. A través de este y otros medios, la campaña busca educar y apoyar a los jóvenes y sus comunidades, promoviendo un estado positivo de bienestar mental.
Uno de cada dos menores de 5 años en Ecuador ha sufrido maltrato físico o psicológico, alertó Unicef, que este martes presentó en Quito la campaña de concientización 'Corta la violencia' para hacer un llamado a identificar las situaciones de maltrato que sufren los niños y niñas en el país."Esta campaña ya fue lanzada a nivel regional porque América Latina y el Caribe es la región del mundo más violenta fuera de los países que están en guerra", aseveró la representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Ecuador, Luz Ángela Melo.Entre los datos aportados para evidenciar la urgencia de "sensibilizar a toda la sociedad sobre la importancia de proteger la infancia y adolescencia" en el país, destaca el aumento de un 700 % en los homicidios contra menores entre 2019 y 2023 en Ecuador.En total, el pasado año hubo 770 homicidios contra niños y adolescentes, y se registró además un aumento de asesinatos contra menores de 0 a 4 años (248) y en adolescentes de 15 a 19 (468), según cifras del Ministerio del Interior.Asimismo, se expusieron los resultados de una encuesta elaborada por U-Report (un sistema de recopilación de datos desarrollado por Unicef) en 2023, que reveló que 1.012 de 22.674 adolescentes encuestados afirmaron conocer personas cercanas reclutadas por grupos delincuenciales.El oficial de Protección a la Infancia de Unicef en Ecuador, José Luis Guerra, puntualizó que "un adolescente reclutado por una banda criminal es una víctima", pues "no hay reclutamientos voluntarios, siempre son forzados”.En este sentido, Melo solicitó a la ciudadanía y al Estado que no se criminalicen las infancias y adolescencias. "Subir las penas o bajar la imputabilidad penal es algo que puede ser atractivo, pero no es la solución", dijo la representante de Unicef en Ecuador.Desde la organización defendieron modelos de "penas alternativas", que reinsertan a los jóvenes en la sociedad para que no vuelvan a delinquir.La mayoría de los informes aportados por Unicef no recogieron datos desagregados, lo que dificulta conocer en mayor profundidad las violencias que sufren los niños y las niñas con base al género.Melo reconoció que es importante registrar este indicador para elaborar políticas públicas más eficientes, ya que, como afirmó, existen razones de género por las cuales "las niñas son menos víctimas de homicidios que ellos, pero la mayoría de las víctimas de violencia sexual son niñas".En efecto, se expuso que, cada día 6 niñas entre 10 y 14 años de edad dan a luz en Ecuador, y estos nacimientos son producto de la violencia sexual, conforme a datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).En palabras de Guerra, "el 60 % de la violencia sexual ocurre en el espacio íntimo" de los hogares y las comunidades.La Unicef también denunció que la violencia no ocurre de manera aislada, sino que es un “círculo” en el que se reproducen situaciones de vulnerabilidad, lo que limita el acceso a la educación, servicios sociales o salud.Es por ello que Guerra llamó al Estado a que redoble los esfuerzos para llegar a aquellas comunidades en las que las escuelas o los centros de salud se cierran ante los altos índices de violencia.Por último, en lo que respecta a la violencia física y psicológica como forma de disciplina en los hogares, Melo apuntó que es necesario un “cambio de comportamiento”, porque como reza la campaña presentada, "la violencia siempre es violencia. Que nada ni nadie la justifique".Para facilitar ese cambio, Guerra concluyó que “es importante que los padres, madres y educadores cuenten con herramientas de ecuación positiva”.
En Colombia se está careciendo de garantías integrales para sus derechos fundamentales. La pobreza, una sombra ominosa, envuelve a la mitad de la juventud colombiana, según el cálculo del Dane-Unicef, donde el 52.3 % vive en hogares empobrecidos, con 3 millones en situación extrema.Esta dura realidad subraya la urgencia de proteger a los más vulnerables, especialmente en su primera infancia, y abordar los desafíos persistentes en la educación inicial. Las cifras de cobertura son alarmantemente bajas, con solo el 53 %, 58 % y 62 % de niños de 3, 4 y 5 años respectivamente, recibiendo atención educativa adecuada.Estas condiciones de pobreza demuestran como se perjudica los estudios de a primera infancia y adolescencia, indicando que de cada 100 niños que se logran matricular, solo 44 culminan sus estudios. La pobreza no solo obstaculiza el acceso a la educación, sino que también incrementa la vulnerabilidad de los niños y adolescentes frente a la violación de sus derechos. Alarmantemente, el informe revela que 82 de cada 100 delitos sexuales tienen como víctimas a esta población vulnerable. Además, la mitad de ellos corre el riesgo de abandonar la escuela, truncando sus oportunidades de desarrollo y productividad futura.El conflicto armado y el reclutamiento forzado también acechan a la infancia colombiana, con casi 1.9 millones de niños, niñas y adolescentes registrados como víctimas. La magnitud de este problema es evidente, con el número de víctimas equiparable a la población de ciudades intermedias como Riohacha, Pasto y Cúcuta juntas. Además, la desigualdad en el acceso a la seguridad social en salud refleja disparidades significativas entre áreas urbanas y rurales, evidenciando la necesidad urgente de abordar la brecha en oportunidades de empleo y acceso a la educación formal.La nutrición no es un tema que se puede dejar atrás Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del Dane, (ECV), el porcentaje de personas afiliadas al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) llegó al 94,7 % en 2022, el nivel más alto de los últimos años. La información por áreas revela que el crecimiento se explica por la mayor afiliación al régimen subsidiado, especialmente en la zona urbana. Ahora bien, para los centros poblados y rurales dispersos, la afiliación total es del 95,7 %, pero de ellos, solo el 15,1% aporta al régimen contributivo, lo que nuevamente nos habla de oportunidades de trabajo formal, educación técnica o superior, aportes para una pensión, entre otros.La infancia en Colombia enfrenta una realidad compleja y desafiante, donde la pobreza, la violencia y la exclusión amenazan su bienestar y desarrollo. Este panorama busca evidenciar la necesidad de tener una inversión prevalente y continuada en la niñez.