En un lamentable y ya frecuente incidente, los habitantes del corregimiento de Tasajera, en Puebloviejo, Magdalena, aprovecharon un micro accidente para saquear un camión cargado de guitarras. Este incidente se ha vuelto una costumbre reprochable en la vía Santa Marta – Barranquilla, siendo este el séptimo camión saqueado en la misma ruta.Videos publicados en redes sociales muestran cómo una turba de personas corre hacia el camión, tomando las guitarras como si se prepararan para formar una banda musical. Este comportamiento ha sido fuertemente criticado por la comunidad, ya que refleja una grave falta de respeto y legalidad.El conductor del furgón, visiblemente afectado y con lágrimas en los ojos, narró cómo ocurrieron los hechos. “Yo venía despacio, y adelante estaba un bus y medio me pegó un carro por detrás, en ese momento empezó a llegar la gente, me abrieron el camión y se llevaron todo hermano, me dejaron endeudado con el banco, con las manos cruzadas, el camión estaba full”, expresó el conductor, quien ahora enfrenta deudas significativas debido a la pérdida de toda la mercancía.La Policía Metropolitana de Santa Marta ha informado que están utilizando los videos capturados por aficionados para identificar a las personas involucradas en el saqueo. Muchos de los participantes fueron grabados mostrando las guitarras con sonrisas en sus rostros, como si se tratara de trofeos.
El saqueo a un tractocamión de cervecería, la pérdida total de uno de los vehículos involucrados y dos personas lesionadas fue el saldo de un grave accidente de tránsito registrado en la vía que de Barranquilla conduce hacia Ciénaga, Magdalena, a la altura del corregimiento de Tasajera (Puebloviejo). Según la información entregada por el mayor Walter Ortiz, jefe de la Policía de Tránsito y Transporte de Santa Marta, el triple choque se presentó pasadas las 10:00 de la noche de este viernes, confirmándose que, entre los dos heridos, se encuentran el conductor de la camioneta pequeña y su copiloto, quien terminó aprisionado en el vehículo.Mientras las autoridades intentaban auxiliar a los lesionados, la comunidad de Tasajera aprovechó para saquear el camión."No tenemos situaciones graves, solo dos personas con lesiones mínimas que eran las que iban en el carro pequeño y, pues, desafortunadamente el vehículo tipo tractocamión quedó fuera de servicio y por eso alcanzan a llegar estas personas inescrupulosas y le roban parte de la mercancía". Los lesionados inmediatamente fueron trasladados hasta un centro asistencial para recibir atención médica, mientras que la Fiscalía y la Seccional de Tránsito de Santa Marta adelantan las investigaciones para esclarecer el accidente, toda vez que se habría generado por la imprudencia de uno de los tres vehículos."Anoche se hizo el levantamiento del accidente y las investigaciones las asumió la Fiscalía para establecer qué fue lo que ocurrió, pues el accidente, al parecer, se generó por la imprudencia de uno de los vehículos involucrados", dijo.Le puede interesar:
Un nuevo hecho de saqueo y oportunismo se vivió en el corregimiento de Tasajera del municipio de Puebloviejo, Magdalena. Tras presentarse un incidente automovilístico, donde el furgón perdió el control y terminó volcado en una cuneta de la vía que comunica a Ciénaga con Santa Marta.En video quedó registrado el momento en que los moradores de la zona, en vez de auxiliar a los ocupantes del camión que se encontraba transportando medicamentos, decidieron saquearlo y apoderarse de los fármacos que estaban en su interior.De acuerdo con las primeras versiones, el camión adscrito a la empresa 'Farmanorte' sufrió una falla técnica en una de sus llantas y terminó volcado a un costado de la vía nacional.Hasta el lugar llegaron unidades de la seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Metropolitana de Santa Marta, quienes se hicieron cargo de la situación; sin embargo, gran parte de la carga fue saqueada.Le puede interesar:
Múltiples han sido las quejas que se han dado a conocer en redes sociales, en las ultimas horas, por parte de viajeros y transeúntes entre la vía que conecta Barranquilla - Ciénaga, debido a los presuntos retenes ilegales que estarían apostados a la altura del corregimiento de Tasajera, en el municipio de Pueblo Viejo (Magdalena), para exigir sumas de dinero a viajeros y/o conductores a cambio de dejarlos transitar entre los departamentos del Atlántico y Magdalena.La situación, que pareciera no tener control, se tornó crítica en las últimas horas cuando encapuchados habrían sacado hasta piedras para amedrentar a los viajeros y obligarlos a pagar una cuota de dinero, entendiendo que muchos transeúntes se desplazan por la zona en medio de la temporada de vacaciones de mitad de año.Uno de los testimonios dados a conocer fue el de la abogada y analista política barranquillera, Ana María Abello, quien señaló a través de su cuenta de Twitter que "de un momento a otro la carretera la bloquearon, se detuvo todo el tráfico y nos vimos obligados a tomar vías alternas en el municipio de Ciénaga, pues los pobladores de la zona estaban exigiendo dinero para dejar pasar a los conductores". Sin embargo, el mayor Walter Ortiz, jefe de la Policía de Tránsito y Transporte de Santa Marta, aseguró que en medio de las verificaciones que se han hecho en la vía, no se tienen indicios —hasta el momento— de retenes ilegales ni mucho menos de encapuchados cobrando de manera extorsiva a viajeros y/o conductores.Argumentó, además, que los bloqueos se han dado por habitantes del corregimiento de Tasajera, quienes exigen a la alcaldía de Pueblo Viejo el suministro de servicios públicos. "Podemos decir que la comunidad se ha manifestado estos últimos días porque han durado varios días sin el servicio de agua potable, o dos o tres días sin el suministro de energía eléctrica, entonces se toman las vías de hecho y salen a bloquear esta importante vía nacional".En su momento, el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, explicó que los bloqueos estaban siendo desarrollados por líderes rurales con ocasión a los incumplimientos de la Alcaldía Municipal respecto al suministro de agua potable y a las afectaciones en la producción cafetera por cuenta de las intensas lluvias de las últimas semanas.Le puede interesar:
Un lamentable suceso volvió a enlutar a la comunidad de Tasajera, Magdalena. Bleyder de Jesús Mendoza Sandoval, de seis meses de nacido, y Michel Sandoval Jiménez, de ocho años, son los dos menores que murieron atrapados entre los escombros tras la caída de una pared.De acuerdo con el reporte entregado por las autoridades, el hecho ocurrió sobre las 8:00 de la mañana cuando el bebé y la niña se encontraban jugando con sus juguetes de Navidad en compañía de otra menor. El alegre momento fue interrumpido de manera sorpresiva por el alud de ladrillos que acabó con sus vidas.“Nos cuenta la mamá de Michel que estaba preparando los alimentos para poderles dar el desayuno a sus hijos. Había tres niños en el lugar de los hechos, uno se acerca a pedirle que le diera el desayuno y fue lo que evitó que no cayera también. Si hubiese sido así, hoy serían tres niños los que habrían perdido la vida”, explicó Jorge Suárez, comandante encargado del Distrito Tres de la Policía Metropolitana de Santa Marta.Tras ocurrido el accidente, los pequeños fueron auxiliados en el menor tiempo posible y llevados hasta la sala de urgencias del Hospital San José de Puebloviejo, donde, pese a los esfuerzos de los galenos de turno por mantenerlos con vida, fallecieron.Por otro lado, una de las primeras hipótesis que maneja la comunidad sobre la caída de la pared tiene que ver con la salina que hay en Tasajera, Magdalena, corregimiento de Puebloviejo, descartando que haya sido la brisa la causante de esta tragedia.“Hay que tener en cuenta que estas casas tienen bastante tiempo de haberse construido y este factor podría ser uno de los detonantes de la tragedia. Sin embargo, todo es materia de investigación por parte de las autoridades”, afirmó Fred de La Rosa, líder social.En el hecho, otra menor resultó herida, quien presenta una herida en uno de sus pies, se encuentra fuera de peligro y bajo observación médica.Le puede interesar:
En el kilómetro 47 de la vía Ciénaga- Barranquilla, entre flores artificiales que contrastan con la maleza, aún siguen plasmadas en un muro las fotografías de los 45 hombres de Tasajera que fallecieron tras la explosión de un camión cisterna.Dos años han transcurrido desde ese fatídico 6 de julio cuando decenas de pescadores y mototaxistas buscaron saquear el combustible de ese camión volcado a un lado de la carretera, pero una chispa desató las llamas y de frente encontraron la muerte.Otros 19 hombres sobrevivieron, entre ellos Eder Franco, quien a sus 26 años siente que más bien regresó de la muerte después de sufrir quemaduras en el 74% de su cuerpo."Duré 45 días en cuidados intensivos, tres meses más en recuperación. Los médicos dicen que me dieron tres paros cardíacos y duré tres minutos muerto", recuerda el joven.El saquear un camión con combustible algunos lo llamaron imprudencia. Otros, necesidad. Lo cierto es que a Eder, a quien le debieron poner hasta injertos de piel donados desde Estados Unidos, le basta con verse las cicatrices en sus manos, piernas, cabeza y espalda para saber que no repetirá algo como esto."Cuando estaba en UCI la primera promesa que le hice a Dios era que no volvería a hacerlo. Lo prometí por mi hija, de 8 años, ella fue la principal motivación para salir adelante", expresa.Y con él coincide Aldair Álvarez. Él también sobrevivió, a diferencia de su hermano de 16 años y sus 23 amigos del barrio, que no se salvaron de la muerte."Ese día iba a trabajar en la pesca, como siempre, pero vi el camión ahí volteado y me bajé aquí con mi hermanito. Cuando nos acercamos, nos prendimos. La verdad es que aprendimos la lección, yo más nunca vuelvo a hacer eso", dijo Álvarez.Fueron muchas las promesas que le hicieron a la población de Tasajera, pero la gente aún siente el abandono estatal después de la tragedia.Hasta el mural donde alguna vez se leyó un homenaje a las víctimas lo borraron para supuestamente restaurarlo, pero hoy son las mismas familias las que con brocha en mano intentan recuperarlo en lo que llaman una lucha diaria contra el olvido.Vea aquí más fotos:Escuche más de los podcast de Blu Radio aquí:
Hay indignación en Magdalena luego que se conociera un nuevo caso de saqueo a un camión volcado en el corregimiento de Tasajera.Según se pudo conocer, el vehículo cargaba varias toneladas de azúcar en bultos, los cuales fueron robados en minutos.Los reportes oficiales afirman que el siniestro ocurrió por la imprudencia del conductor de un camión que sobrepasó a un vehículo e invadió el carril contrario, lo que ocasionó el choque contra una tractomula.De acuerdo a un informe realizado por Noticias Caracol, tras el accidente, algunos heridos fueron atendidos, pero otros inescrupulosos aprovecharon para saquear parte del azúcar que el camión accidentado transportaba.Uniformados de la Policía hicieron presencia en el lugar para evitar alteraciones del orden público."Estos hechos vandálicos no se pueden seguir repitiendo en nuestro pueblo y por directriz del alcalde la situación está controlada. Por parte de la administración estamos prestos para esas personas que resultaron heridas", comentó Jonathan Roldán, secretario de Gobierno de Puebloviejo, Magdalena.Las autoridades hicieron un llamado a la cultura y la legalidad. Cabe resaltar que hace 13 meses, 48 personas fallecieron luego de saquear la gasolina de un camión cisterna que había colisionado en el corregimiento de Tasajera.Vea el reporte completo hecho por Noticias Caracol aquí:
Hay indignación en Santa Marta por el asesinato de Julieta, una manatí que recién había salido de un proceso de rehabilitación el pasado 7 de julio en el parque Tayrona. El animal habría sido atrapado por pescadores del corregimiento de Tasajera, Magdalena.Según denunció la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), la manatí fue perseguida desde el Puente de La Barra hasta Pueblo Viejo. Allí fue capturada y atacada con palos y machetes. Además, le amarraron su trompa para que no pudiera respirar.“Otros pescadores, decidieron oponerse a esta crueldad y denunciaron inmediatamente ante la entidad la situación”, se informó en un comunicado.De acuerdo con Corpamag, el ataque contra julieta es un grave delito que debe ser sancionado por las autoridades competentes y no quedar impune.Por su parte, los pescadores señalaron que ellos habían actuado en defensa, pues creyeron que se trataba de un caimán, ya que no era usual ver un animal de gran tamaño en ese sector.Y es que, a pesar del esfuerzo de una brigada de rescate, la manatí falleció mientras era trasladada, debido a las graves heridas que tenía.Julieta recién terminaba su proceso de rehabilitación en el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina, CAVR, de Corpamag.
Este 6 de julio toda Tasajera volvió a despertar envuelta en la nostalgia y la tristeza; nostalgia por los 45 hombres que hoy ya no están y la tristeza porque un año después de una tragedia poco o nada en el pueblo ha podido cambiar.Todos son familia en esta pequeña población pesquera al pie de la carretera que une a Santa Marta y Barranquilla, por eso, el 6 de julio de 2020, hace un año exactamente, el corregimiento entero descubrió que en medio de la miseria y la pandemia, el panorama puede ser aún más estremecedor como quedó comprobado con el incendio de un camión cisterna que los consumió.Esa mañana, decenas de personas, como Mauricio Martínez, no vieron un vehículo accidentado, sino una oportunidad de negocio.El joven de 26 años salió con pimpina al hombro a coger algo de combustible para venderlo y obtener los pesos que no había podido ganar desde que la pandemia lo dejó sin empleo. Él solo pensaba en darle de comer a su madre que estaba enferma."Un primo mío me vino a buscar, me dijo que se había volteado un carro y es tanta la necesidad que uno tiene aquí en este pueblo que uno cede a estas cosas. Cuando uno tiene a una persona ahí en cama, hace lo que sea por ella", narró.No hubo explosión, pero sí una bola de fuego que en segundos calcinó a siete personas y que en las semanas siguientes acabó con la vida de otros 38 habitantes de este corregimiento de Puebloviejo, en el Magdalena. Solo 29 lograron correr y salvar su vida, entre ellos Mauricio."Todos estábamos desesperados, corríamos a apagarnos, pero los carros no nos querían parar. Entonces, yo cogí mi moto así con mis manos quemadas, todo mi cuerpo quemado, y llegué hasta el hospitalito de Puebloviejo, de ahí me trasladaron a Ciénaga y luego a Bogotá", recordó.Tres meses hospitalizado estuvo este joven tras sufrir graves quemaduras en el 75% de su cuerpo. Con las cicatrices visibles dijo que es todo un milagro de vida."Los médicos me dijeron que estuve 10 minutos muerto, que era un milagro de Dios y todos estaban muy asombrados porque creían que yo era un caso perdido", expresó aún conmovido y con la mirada puesta en las huellas que le dejó la candela.10 familiares fallecidosÓscar Franco es otro joven de 25 años que sobrevivió a la tragedia de Tasajera. Recuerda como si fuese ayer cuando salió con varios primos y sobrinos a extraer del camión 10 pimpinas de combustible con las que esperaban ganarse unos 400.000 pesos."Llenamos las pimpinas y cuando estábamos de espaldas, que ya nos íbamos, nos cogió de sorpresa la candela. Al final no cogimos nada, todo se prendió", expresó Franco quien indicó que el episodio le arrebató a 10 familiares en un abrir y cerrar de ojos.Hoy aún padece necesidades, pero entiende que por dinero no vale la pena arriesgarse."Qué va, ya eso no se vuelve a hacer, quedó en el olvido", insistió.Y es que en ese entonces la tragedia puso los reflectores sobre la miseria de Tasajera. Promesas fueron y vinieron, pero nunca se cumplieron.Este martes, en medio ceremonias litúrgicas que se realizaron en la cancha sintética y en el mismo lugar del siniestro, las familias no solo recordaron a sus muertos, sino que lanzaron gritos de auxilio por quienes intentan sobrevivir en este rincón de Puebloviejo.María Márquez, esposa de Gilberto Fernandez Mejía, uno de los fallecidos, pidió que no la dejen en el olvido, pues sigue luchando por sacar adelante a sus cuatro hijos."Ellos no eran ladrones, ellos eran simplemente trabajadores que en una necesidad hicieron lo que hicieron, porque la necesidad apremia”, precisó.“Hoy necesitamos más, que nuestro municipio crezca, que nos den fuentes de empleo, tanto para las madres que quedaron solas, como para esos hijos que necesitan", manifestó entre lágrimas.En Tasajera, donde el agua llega solo dos veces a la semana y la luz se va cuantas veces quiera, sus habitantes continúan luchando contra la pobreza y aun siendo testigos directos de estos accidentes, que nunca cesan, inclusive, por el mal estado de la vía a la que poco a poco se traga la erosión costera.Por eso desde el kilómetro 48, donde ocurrió la tragedia, un mural con los rostros de los fallecidos también busca recordarles a los gobiernos de turno de que ahí, en medio de la nada, queda Tasajera.Escuche la crónica completa aquí:
A las 6:50 de la mañana del 6 de julio de 2020 la vida cambió para los habitantes del humilde corregimiento de Tasajera, en Puebloviejo (Magdalena), cuando el incendio de un camión cisterna con 5.900 galones de gasolina, volcado en el kilómetro 47 de la vía entre Barranquilla y Ciénaga, dejó 45 muertos y 19 personas heridas, en su gran mayoría, personas que extraían combustible del vehículo accidentado.Breyker Smith López, uno de los pocos que sobrevivió para contarlo, recuerda que no fue una explosión, sino que, cuando unos habitantes del pueblo intentaron llevarse la batería del camión, se produjo una chispa que originó el fuego. "Ciertamente el carro no explotó, sino que se incendió, porque si hubiese explotado ahí no hubiésemos quedado ninguno vivo. Yo venía por la carretera cuando vi a mis amigos saliendo todos quemados de ahí", recordó."Yo lo primero que hice fue apartarme de la candela y cuando ya bajó, cogí la moto y me llevé a uno de mis compañeros al hospital. Allá eso era un trajín, yo estaba nervioso, desesperado por ver a mis amigos cómo estaban todos quemados", añadió.Cecilia Fernández es hermana de uno de los fallecidos y recuerda como si fuera ayer el momento en que su familiar, de oficio mototaxista, fue convencido por un vecino que lo convidó a llenar las pimpinas. Se trataba de Gilberto Fernández Mejía, de 42 años de edad. "Cuando mi hermano recogió dos pimpinas con el muchacho se incendió el camión. Él duró una semana en la clínica y murió. Después de eso, las fundaciones les han colaborado a sus hijos, pero el Gobierno no", manifestó la mujer.En el corregimiento, sus pobladores continúan en la misma situación previa a la tragedia: en lamentables condiciones de vida y luchando contra la pobreza y la falta de oportunidades. Los accidentes en ese punto de la carretera han continuado, por lo que también le piden al gobierno que mejore la vía, la cual está siendo tragada por la erosión en varios puntos."Esta es una zona donde existen muchas curvas en la carretera y los camioneros a veces vienen trasnochados, a eso súmale que en el kilómetro 19 han hecho muchas cosas, pero nunca ves lo que se debería invertir y lo que se debe hacer, eso ahí es un riesgo latente", consideró Cecilia.