El robo de las joyas se dio en en el marco del aniversario 102 de la coronación de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá como patrona de Colombia. Tras su recuperación, la eucaristía en el santuario mariano será a las 11:00 de la mañana de este sábado.En ella está previsto que participen cerca de 40 obispos que viajaron en las últimas horas al municipio de Boyacá. Se hará una peregrinación que terminará con la restitución de las alhajas del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.“Vamos a concelebrar junto con el señor cardenal, Rubén Salazar Gómez. En la eucaristía también estará presente el señor Nuncio de su Santidad Monseñor Dalila Mariano Montemayor; concelebrará Monseñor Luis José Rueda Aparicio presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y Arzobispo Primado de Bogotá. Él será el encargado de poner una vez más las joyas que desde hace tantos años han engalanado en la imagen de la santísima Virgen María como signo de amor y de entrega de nuestra nación colombiana”, expresó el secretario de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Manuel Ali.Recordemos que un delincuente logró acceder al cuadro sagrado y se robó parte de las joyas que adornaban el cuadro colmadas de oro, diamantes, esmeraldas, perlas, rubíes y zafiros. Las dos coronas que tiene el lienzo en la Virgen y El Niño tuvieron que ser restauradas debido a los daños que sufrieron el día del robo.Debido al hurto, el rector de la basílica, expresó que cambiaron el mecanismo de seguridad para evitar que vuelvan a ser robadas las piezas.Escuche el podcast “Al Pelo con Tata” y conozca colores de moda que pueden sentarle bien a tu cabello:
El arzobispo de Popayán Luís José Rueda Aparicio será el arzobispo metropolitano de Bogotá y el primado de Colombia, luego de conocerse que el cardenal Rubén Salazar extendiera su renuncia al Papa Francisco. De acuerdo con el arzobispo de Cali, Darío Monsalve, Rueda será una figura importante dentro de la Iglesia en el país. “Excelente regalo del Santo Padre a la Iglesia de Colombia, nombrando para la sede primada de Bogotá, sucesor del cardenal Salazar, al actual arzobispo de Popayán, monseñor Luís José Rueda Aparicio. Mucho para dar tiene en su corazón este pastor, sencillo, místico y cercano”, escribió en su cuenta de Twitter.Durante 10 años, el cardenal Rubén Salazar representó al país en el Vaticano, desde el 8 de julio de 2010 fue arzobispo metropolitano de Bogotá y primado de Colombia tras su nombramiento por el papa Benedicto XVI.Vea aquí: “Hemos depredado la Tierra y puesto en riesgo nuestra existencia”: papa FranciscoEntre tanto, monseñor Rueda Aparicio fue nombrado por el papa Francisco el 19 de mayo de 2018 como arzobispo de Popayán, tiene 58 años de edad y es oriundo de San Gil, Santander. Es sacerdote hace 31 años, teólogo y licenciado en Teología Moral.
El cardenal colombiano Rubén Salazar aseguró que es "injustificable" no denunciar u ocultar los casos de abusos sexuales en la Iglesia y que "el enemigo está dentro", durante la reunión sobre la pederastia entre el clero que se celebra en el Vaticano."No hay ninguna justificación posible para no denunciar, para no desenmascarar, para no enfrentar con valor y contundencia cualquier abuso que se presente en el seno de nuestra Iglesia", declaró ante los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo reunidos hasta el domingo en el Vaticano para tratar ese tema.El arzobispo de Bogotá, uno de los relatores de esta primera jornada, sentado junto al papa Francisco, habló de la responsabilidad de los obispos ante esta lacra y denunció que los agresores están "dentro"."Tenemos que reconocer esta crisis a profundidad, reconocer que el daño no lo hacen los de fuera, sino que los primeros enemigos están dentro de nosotros, entre obispos, sacerdotes y consagrados, que no han estado a la altura de nuestra vocación", subrayó.Salazar dijo que "muchas veces" la Iglesia "no supo y todavía no sabe comportarse" ante estas situaciones, negando la dimensión de las denuncias, no escuchando a las víctimas, ignorando su daño, "comprando" silencios o trasladando a los agresores a otros sitios.Vea también: Papa cita a presidentes de conferencias episcopales por casos de abusos sexualesY criticó una de las razones de esta crisis, el "clericalismo", es decir, el abuso de poder de una autoridad eclesiástica, algo que se traduce también en "la mentalidad" de que la Iglesia "no tiene que estar sometida al poder de una autoridad civil".Ante el surgimiento de un posible caso de abuso sexual, monseñor Salazar recordó que un obispo "no está solo" y abogó por "un verdadero discernimiento comunitario" y por la implementación de un "deseable" código de conducta que diga "claramente" cómo proceder.Ante los "sacerdotes abusadores", instó a los obispos a "enfrentar enseguida los procedimientos que están indicados tanto en el derecho canónico como en el derecho civil de cada nación"."Hoy tenemos claro que cualquier negligencia por nuestra parte nos puede acarrear penas canónicas, incluso la remoción del ministerio, y penas civiles que pueden llegar hasta ser condenados a prisión por encubrimiento o complicidad", advirtió ante los asistentes.En cuanto al proceso canónico, Salazar defendió que el acusado debe ser escuchado y apostó también por su reinserción, para la que "la cercanía bondadosa de su obispo" puede suponer "un primer paso hacia la recuperación del culpable".Vea también: Papa Francisco pide perdón por abusos cometidos por sacerdotes en Irlanda"No basta enjuiciar y condenar al denunciado, cuando se compruebe la falta, sino que es necesario mirar también hacia su tratamiento para que no reincida", sostuvo.El cardenal indicó que "uno de los pecados originales cometidos al inicio de la crisis" fue no escuchar a los denunciantes y dijo que atender sus denuncias "empieza por no minimizar el daño causado y el dolor producido".También opinó que las compensaciones económicas "muchas veces" son necesarias para que las víctimas traten sus traumas: "Está claro que estamos obligados a ofrecerles todos los medios necesarios, espirituales, sicológicos, psiquiátricos, sociales", zanjó.Salazar concluyó su alocución confiando que esta cumbre "lleve a una profunda renovación de toda la Iglesia" y contribuya a "erradicar la cultura del abuso en el mundo en que vivimos".