“Hemos desarrollado este proceso de cultivar piel, se inició en 2008 durante nuestra especialización de cirugía plástica buscando como tratar de una forma diferente a los pacientes que tenían defectos en la piel”, dijo. Los parches pueden ser utilizados en defectos por quemaduras, ulceras crónicas, que aparecen por problemas vasculares en las piernas, o por tumores o traumas. “En vez de tener que generarle una herida adicional al paciente con un injerto, nosotros creamos un método mediante el cual tomando una pequeña muestra de piel, que mide menos de un centímetro cuadrado, sacada de detrás de la oreja, y una muestra de sangre del paciente. La llevamos al laboratorio y de la piel sacamos unas células que empezamos a reproducir y a multiplicar; luego las alimentamos con una sustancias que sacamos de la sangre del paciente”, dijo. Luego de este proceso se cultivan las células del paciente para que sean utilizadas en él. El procedimiento elaborado por los doctores Rodrigo Soto, Juan Carlos Zambrano Burgl y Jennifer Cristina Gaona Silva es un aporte tecnológico colombiano significativo que también fue patentado en los Estados Unidos el 29 de diciembre de 2015.