La situación de los bloqueos en el campo de Gibraltar en Arauca ha generado una alerta a la industria energética en Colombia, puesto que hasta este fin de semana hay suministro de gas vehicular, mediante las reservas en Santander.Como medida de contingencia, Ecopetrol ha anunciado que traerá gas desde La Guajira para asegurar el suministro en el Departamento, que actualmente depende del campo Gibraltar, en Norte de Santander.Según Farid Jones, director ejecutivo de la Federación de Empresarios de Biocombustible y Energéticos de Colombia (Febecol), las reservas de gas solo alcanzan hasta este fin de semana, lo que "podría generar un incremento en el precio del gas vehicular. Se estima que el costo del metro cúbico subiría hasta 100 pesos si la planta de Gibraltar continúa siendo la principal fuente de abastecimiento".No obstante, el precio varía dependiendo de si es necesario activar el plan alternativo, y a esto se sumaría el incremento del trayecto.Este problema tiene repercusiones en varias regiones del país, especialmente en Santander, Norte de Santander y parte de Boyacá, que se abastecen del campo Gibraltar.La Federación de Empresarios de Biocombustible y Energéticos de Colombia manifestó su preocupación por un posible desabastecimiento, ya que las reservas actuales no son suficientes para garantizar el suministro a largo plazo.Los bloqueos son responsabilidad del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia, quienes exigen atención a la crisis humanitaria que enfrentan las comunidades del oriente colombiano, particularmente en Arauca.La situación ha generado tensiones no solo en el sector energético, sino también en las comunidades que trabajan directamente en la planta, pues no han podido ejercer sus funciones.Sumado al hecho de que las comunidades que protestan no han tenido respuestas claras frente a sus demandas.
La posibilidad de un racionamiento de gas en Colombia ha generado una gran incertidumbre en el país. Ante esta situación, es importante analizar quiénes serían los principales afectados por esta medida y cuáles serían las consecuencias para la población.Según la Asociación Colombiana de Grandes Consumidores de Energía (Asoenergia), en caso de que se implemente un racionamiento de gas, los primeros en ser afectados serían los generadores térmicos y la gran industria. Esto implicaría problemas de abastecimiento energético tanto para la industria como para la generación térmica.Así lo explicó en diálogo con Mañanas Blu con Camila Zuluaga, la presidenta de Asoenergia, Sandra Fonseca. Según precisó, en un contexto en el que los embalses se encuentran en niveles bajos y se busca que las termoeléctricas sean las principales proveedoras de energía en el país, gran parte del gas se destina a estas plantas."Si se declara racionamiento de gas, la prioridad que hoy está establecida implica que los primeros a los que se les raciona es a los generadores térmicos y a la gran industria. Después, seguiría ya los residenciales, el gas vehicular y otros consumos. Eso quiere decir que en la medida en que haya más restricciones, pues va a haber más problemas de abastecimiento energético para la industria y para la generación térmica”, detalló.“Ahora, como todos sabemos, estamos en una demanda amplia de generación por la falta de lluvias. Entonces, si el Gobierno le da prioridad a la generación térmica para tratar de ahorrar agua, pues seguramente el razonamiento de gas, sea por este mantenimiento o por lo que han dicho los productores, que a partir de diciembre no hay gas suficiente, va a afectar a todos los usuarios de gas del país", agregó.Sin embargo, la principal refinería del país, ubicada en Cartagena, entrará en un periodo de mantenimiento que podría afectar el suministro de gas. Ante esta situación, surge la pregunta sobre quién debería asumir los mayores costos y sacrificios en caso de un racionamiento de gas.Por un lado, dijo, el Gobierno niega la necesidad de esta medida y señala que no habrá racionamientos ni déficit. Por otro lado, los productores de gas advierten sobre la escasez y la necesidad de implementar un racionamiento.“El tema es muy complejo. Nosotros, como usuarios, somos grandes usuarios, tenemos una dicotomía acá porque los productores, transportadores de gas han anunciado que indefectiblemente va a haber un razonamiento a partir de diciembre por el tema del mantenimiento de la planta de regasificación. Eso, claro, que no se puede abastecer toda la demanda. Por el otro lado, el Gobierno primero dijo que no, luego dijo que de pronto había, que hacer una vaca, pero asegura abastecimiento pleno. Entonces, como usuarios estamos en una incertidumbre total, porque si no hay gas igual vamos a ser los primeros en sufrir por este desabastecimiento que debería estar garantizado por el Gobierno”, sentenció Fonseca.En este sentido, recalcó que es importante que el Gobierno controle los precios del gas para evitar abusos y garantizar un abastecimiento adecuado. Además, se hace necesario fomentar el ahorro de energía eléctrica y buscar alternativas de generación para reducir la dependencia del gas. Asimismo, indicó que es fundamental que los productores de gas optimicen su producción y pongan más gas en el mercado.
Las estaciones de servicio de Barranquilla y la región Caribe que se abastecen de gas vehicular con el suministro de Gases del Caribe, recibieron un parte de tranquilidad por parte de la compañía, en el sentido de que seguirán recibiendo el combustible, pese a la medida adoptada por Ecopetrol ante la contingencia energética que enfrenta el país. De acuerdo con lo que explica Ramón Dávila, gerente de Gases del Caribe, actualmente entregan un 10% de la oferta que hay en la región Caribe, lo que está garantizando a partir de otros proveedores y de otros contratos firmados. "Nuestros usuarios de gas tipo vehicular pueden estar absolutamente tranquilos. En el caso de la región, nuestra Costa Atlántica, que opera Gases del Caribe, no vamos a tener ningún tipo de afectación. Nosotros primero que todo que dependemos muy poco de Ecopetrol porque tenemos múltiples campos de contratación en Córdoba, en Sabanalarga, en El Difícil, en la Guajira, etcétera. Además, nuestros contratos son contratos en firmes, así que realmente con nuestros usuarios hemos sido muy serios y muy responsables en ese en ese tema", explicó Dávila. Señaló que actualmente tienen contratado lo suficiente como para atender dos años de demanda, en caso de que se extienda la suspensión de Ecopetrol, debido a la priorización que está haciendo la compañía para que sean las termoeléctricas las que usen este combustible, ante los bajos niveles de los embalses del país. "Nosotros tenemos ya para para los próximos dos años contratados totalmente, pues digamos nosotros le damos prioridad a la firmeza de que no haya estos estos sobresaltos y pues seguimos tratando de conseguir los mejores precios y y la firmeza que es esencial para que no haya este tipo de sobresalto", indicó. Frente al tema de Uchuva 2, el reconocido empresario del sector gasífero, reconoció su preocupación por las demoras que pueda generar la realización de consultas previas en el desarrollo del proyecto, teniendo en cuenta que los permisos de exploración fueron suspendidos temporalmente por un juez. "Este es un campo supremamente importante que le va a dar gas al país en general por los próximos entre 18 y 20 años. Realmente no entendemos que se le dé prioridad a un interés particular por encima del interés del interés general. Yo creo que el gobierno, el país, las comunidades mismas tienen que que todos unidos y apuntarle a que esto salga lo más pronto posible te recuerdo no se puede repetir son 115 consultas previas", comentó Dávila frente al fallo de tutela que pone en riesgo el proyecto de exploración de gas más importante de país.
La Asociación Colombiana del GLP emitió una seria advertencia sobre la situación de más de un millón de personas pertenecientes a los estratos 1 y 2 en Colombia, quienes podrían perder el subsidio para cargar los cilindros de gas licuado de petróleo (GLP), lo que podría desencadenar una serie de problemas que van desde complicaciones de salud hasta un aumento en la deforestación.Un presupuesto insuficiente: el origen de la crisisEn entrevista con Blu Radio, Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombiana de Gas, explicó las razones detrás de este riesgo inminente. Según Martínez, el problema tiene su origen en una doble falta de recursos. En primer lugar, el presupuesto general para el año 2024 no incluye los fondos necesarios para cubrir los subsidios del gas desde agosto hasta diciembre de este año. Además, desde marzo de 2023, el Ministerio de Hacienda no ha realizado los reembolsos correspondientes a los subsidios ya otorgados."Estamos hablando de un millón de personas que, si les quitan el subsidio, tendrán que volver a consumir leña", señaló el doctor Martínez, subrayando que esto no solo afectará el bienestar de las familias más vulnerables, sino que también tendrá un impacto significativo en la salud pública y el medio ambiente. La quema de leña en interiores puede causar graves problemas respiratorios, especialmente entre mujeres y niños, quienes suelen pasar más tiempo en las cocinas.El costo oculto de la leña: salud y deforestaciónCocinar con leña no es una solución "gratuita" como podría parecer. Martínez citó un alarmante estudio de la Asociación Mundial de GLP que indica que usar leña para cocinar es equivalente a exponer a una persona al humo de 100 cigarrillos al día. Esto se traduce en problemas respiratorios severos, particularmente en áreas rurales y suburbanas, donde las condiciones de ventilación suelen ser deficientes.Además del impacto en la salud, el regreso al uso masivo de leña implicaría un aumento en la deforestación. Las áreas rurales de Colombia ya enfrentan graves problemas de tala de árboles, y la pérdida del subsidio agravaría esta situación, dado que las familias buscarán fuentes de combustible más accesibles, aunque sean insostenibles a largo plazo.El impacto en el bolsillo de los más vulnerablesPara los hogares de estratos 1 y 2, el subsidio actual representa una reducción significativa en el costo de los cilindros de gas. Según Martínez, un cilindro de 14 kilos de GLP tiene un precio de mercado de aproximadamente 80,000 pesos, pero gracias al subsidio, las familias de estrato 1 solo pagan 40,000 pesos, mientras que las de estrato 2 pagan alrededor de 48,000 pesos. Sin el subsidio, estas familias se verían obligadas a pagar el precio completo, lo que sería una carga económica insostenible para muchas."Las personas creen que la leña les sale gratis porque no tienen en cuenta el costo de salud", destacó Martínez, dejando claro que, aunque la leña parece una alternativa accesible, sus repercusiones a largo plazo tanto en la salud como en el medio ambiente son devastadoras.Una incertidumbre alarmante: el futuro del GLP en ColombiaLa situación es especialmente preocupante si se considera que actualmente, cerca de 12 millones de colombianos dependen del GLP en cilindros para sus necesidades energéticas diarias. El GLP es utilizado principalmente en Antioquia, Cundinamarca, Bogotá, Nariño y Valle del Cauca, departamentos con altas concentraciones de población. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de los subsidios afecta directamente a los hogares más vulnerables, que dependen de este combustible para cocinar.El doctor Martínez también subrayó la importancia del GLP no solo a nivel residencial, sino también en otros sectores como la movilidad. A nivel mundial, el GLP es una alternativa importante a la gasolina, especialmente en el contexto de la transición energética. Sin embargo, en Colombia, el enfoque ha estado históricamente en el gas natural, lo que ha dejado al GLP en una posición menos favorable en comparación con otros países.La falta de desembolsos por parte del Gobierno Nacional, sumada a la ausencia de presupuesto para los próximos meses, coloca en una situación crítica a más de un millón de colombianos que podrían perder el acceso al gas subsidiado. Si no se encuentra una solución pronta, las consecuencias serán devastadoras para la salud de las familias, el medio ambiente y la economía de las regiones afectadas."Estamos haciendo todo lo posible, pero el riesgo es muy grande y la incertidumbre es inmensa", concluyó Martínez, evidenciando la urgencia de tomar medidas para evitar que los estratos 1 y 2 se vean obligados a retroceder en cuanto al acceso a energías más limpias y sostenibles.
La Asociación Colombiana del GLP (Gasnova) lanzó una alerta que afecta a más de un millón de familias colombianas pertenecientes a los estratos 1 y 2. Según Alejandro Martínez, presidente de la entidad, la falta de subsidios para la compra de gas licuado de petróleo (GLP), comúnmente conocido como gas propano en cilindros, podría obligar a estas familias a volver a cocinar con leña, lo que no solo generaría problemas de deforestación, sino también graves consecuencias para la salud.Falta de recursos en el presupuestoEn una entrevista concedida a Néstor Morales en Mañanas Blu, Alejandro Martínez explicó la situación crítica que enfrentan estas familias debido a la falta de recursos en el Presupuesto General de la Nación para el año 2024.“En el presupuesto no se apropiaron los recursos suficientes para pagar los subsidios desde agosto hasta diciembre de este año”, afirmó Martínez, quien destacó, además que, desde marzo, el Ministerio de Hacienda no ha realizado los reembolsos correspondientes a los subsidios ya otorgados.La situación es doblemente alarmante, ya que estos subsidios son esenciales para que las familias de bajos recursos puedan acceder al GLP a un costo más asequible. Martínez mencionó que las resoluciones del Ministerio de Minas y Energía que ordenan el pago de los subsidios ya se encuentran expedidas, pero hasta la fecha el Ministerio de Hacienda no ha girado los fondos necesarios.“Nos dicen que tienen un problema de caja, que se les bajaron los recaudos, y estamos a la espera de que la próxima semana empiecen a hacer los desembolsos”, comentó Martínez.El impacto en la salud públicaEl presidente de Gasnova no solo resaltó las implicaciones económicas de la falta de subsidios, sino también los graves riesgos para la salud que implica la vuelta a la cocina con leña.“Cocinar con leña equivale a estar en un espacio con el humo de 100 personas fumando cigarrillos”, advirtió Martínez a citar estadísticas de la Asociación Mundial del GLP. El uso de leña en las cocinas genera enfermedades respiratorias graves, afectando principalmente a mujeres y niños, quienes son los que pasan más tiempo en la cocina en los hogares de zonas rurales y urbanas marginales.Incremento en el precio del gas sin subsidioUno de los puntos más preocupantes de esta situación es el aumento que sufriría el precio del cilindro de gas sin el subsidio estatal. Actualmente, las familias de estrato 1 reciben un descuento del 50% en el costo del cilindro, mientras que las de estrato 2 gozan de un 40%. Esto significa que un cilindro de 14 kilogramos, cuyo precio es de aproximadamente $80,000, es entregado a las familias más vulnerables por solo $40,000 en el caso del estrato uno. Sin embargo, si el gobierno no gira los subsidios a tiempo, estas familias se verían obligadas a pagar el precio completo.“Las personas creen que la leña les sale gratis, pero no consideran los costos en salud”, enfatizó Martínez, al agregar que la situación aún no ha llegado al punto de colapso, pero el riesgo es muy alto. Las compañías que distribuyen el gas están soportando el peso financiero, pero no está claro hasta cuándo podrán mantener esta situación sin los desembolsos por parte del gobierno.El gas licuado de petróleo es utilizado actualmente por 12 millones de colombianos, principalmente en regiones como Antioquia, Cundinamarca, Bogotá, Nariño y Valle del Cauca. Aunque su uso se concentra en el ámbito residencial para la cocina, Martínez destacó el potencial del GLP en otros sectores, como la movilidad.“El AutogLP es el combustible alternativo más importante después de la gasolina y el diésel en el mundo entero”, aseguró.
“Esa teoría de que nos vamos a quedar sin gas, que es ideología, es que tenemos que salir de ahí y tenemos que salir del carbón", dijo el presidente Gustavo Petro, tras insistir en que Ecopetrol debe dejar de demandar gas y pasar a energías limpias. "Ya debería haber cero demanda de gas de Ecopetrol", agregó.Durante esa misma intervención, el presidente aseguro que la Creg debe cambiar normativamente porque, según él, no sirve, pero además fracasó “para que un grupo pudiera manipular el precio del mercado""Esa es una institución que, de acuerdo a como fue fundada, no sirve", dijo.El mandatario dice que no ha podido completar los comisionados de la Creg porque no encuentra personas independientes del sector privado que hayan tenido seis años de experiencia en cargos directivos del sector eléctrico, cuestionando la normativa para seleccionar a estos funcionarios y poniendo como ejemplo el caso de Omar Prias, a quien el Consejo de Estado le tumbo el nombramiento.Refiriéndose a las tarifas de energía, el mandatario lanzó una propuesta: cambiar de común acuerdo la fórmula de precios de la electricidad establecimiento dos grupos de generadores de energía, la limpia y la que no lo es y que incluye combustibles fósiles, gas, pero no carbón.
La presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas, reveló que el país se enfrenta a una inminente crisis de suministro de gas. En diálogo con Mañanas Blu, con Néstor Morales, explicó que el suministro local no es suficiente para cubrir la creciente demanda de hogares, comercios, vehículos e industrias. Incluso, dijo que, actualmente, los productores no tienen la suficiente cantidad para vender, bajo condiciones de firmeza, el gas que se requiere.Según detalló, para el año 2025, se espera que el déficit de suministro alcance el 7.5 % de la demanda total de gas. Además, para el año 2026, se estima en, aproximadamente, el 16 %. Esto significa, dijo, que el próximo año se comenzará a experimentar escasez de gas y será necesario importarlo de otros países. En ese sentido, recalcó que la “única manera de garantizar el abastecimiento y suministro del servicio es sumando a fuentes locales gas importado”."Necesariamente, porque de la información que presentó el Gestor del Mercado, que es una entidad que recolecta, consolida y publica la información que se requiere para comprar y vender gas, es evidente y que es de conocimiento público que la cantidad de gas que están disponibles para la venta en firme, no son suficientes para cubrir las necesidades de contratación de los dos años siguientes. ¿Eso qué quiere? Para atender la demanda esencial que es hogar, comercio y vehículos y la demanda industrial, los distribuidores tienen que comprar gas a los productores a través de contratos que garantizan la entrega de cantidades fijas durante el tiempo que se pacta", indicó.Murgas también se refirió a las declaraciones del ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, quien hace unos días había asegurado que contemplaban la importación de gas para consumo residencial; respondió que las cifras demuestran claramente la necesidad que hay y es “la realidad”. Insistió en que esta situación “obliga” a importar.En cuanto a la cantidad de gas natural importado actualmente, Murgas aseveró que se hace, desde 2016, exclusivamente para respaldar la generación eléctrica en casos de fenómeno de El Niño. Esta importación está destinada exclusivamente a tres plantas térmicas en la costa, según aclaró. El resto de la demanda nacional de gas, incluyendo la residencial, vehicular, comercial e industrial, “nunca ha dependido de gas importado”.La capacidad adicional de estas plantas térmicas podría cubrir aproximadamente el 13 % de la demanda nacional, añadió. En este punto, dijo que es necesario que el Ministerio expida un decreto que “ajuste las reglas de comercialización de este gas importado” para que pueda ser utilizado en el marcado.Fracking en ColombiaMurgas también habló de las alternativas presentadas hasta por el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, sobre la posibilidad de importar gas de otros países, como Estados Unidos, donde se están utilizando técnicas de fracking para extraer gas. Señaló que es irónico que Colombia haya cerrado la puerta al fracking en el país y ahora esté considerando importar gas extraído con esta misma técnica."Es una paradoja porque, de hecho, lo que nos tiene justamente en esta situación es no haber desarrollado los proyectos de fracking o de yacimientos no convencionales, como lo conocemos, en el momento en el que teníamos los contratos asignados, la selección de compañías como Conoco Phillips y Exxon Móvil, que tienen altos estándares técnicos, ambientales, músculos financieros, experiencia. Tampoco desarrollamos los proyectos piloto de investigación, que fue una idea que surgió para poder evaluar los riesgos que se avizora en términos de uso de agua y demás y, no se realizaron porque no se expidieron las licencias ambientales para poderlos desarrollar. Y llegamos a un Gobierno en el que se le puso la lápida al desarrollo de estos proyectos", puntualizó.A pesar de las dificultades y los desafíos que implica el fracking, Murgas consideró que evaluar esta opción nuevamente podría ser una alternativa para recuperar la autosuficiencia en el corto plazo y evitar depender de importaciones de gas.
Los industriales del país están preocupados por el déficit de gas nacional para el 2025 y temen que la situación termine siendo crítica, tanto para sus costos como para el suministro de la industria al interior del país.De acuerdo con cálculos de Ecopetrol, para el año entrante hacen falta 121 GBTU (12 % del consumo anual) y tendrán que ser importados para cubrir la demanda del país o dejar de consumirse al interior del país.“Esto es alarmante porque aún si se importara aún más gas, este sería más caro y gran parte de la demanda de gas del interior no podría recibirlo el todo caso porque la infraestructura de gas bidireccional no se ha construido. Esto a pesar de que se contempla desde hace más de 5 años en el plan de expansión de gas de la Upme. Finalemente, mucha industria no tiene sustitutos. Es decir, tendrá que bajar producción”, dijo a Blu Radio la presidente de Asoenergía, Sandra Fonseca.Y es que la infraestructura colombiana se construyó con un mercado en el interior y otro en la costa, pero hoy el gasoducto Ballena-Barranca, que conecta a los dos mercados, opera en dirección a la costa. Hacer que ese gasoducto pueda operar en ambas direcciones (bidireccional) es un proyecto que acaba de ser aprobado por el Gobierno, pero que tomará dos años en ser una realidad.Eso quiere decir que será todo un desafío logístico traer las suficientes cantidades de gas importado al interior del país y la industria es la última en la fila. Por ley el sistema le da prioridad al abastecimiento de los hogares.“Esperamos que los precios se controlen para que no haya una subida de precios escalada debido al déficit. Por otro lado, se deben garantizar todos los sustitutos a precio y disponibilidad adecuada para que la industria pueda seguir produciendo de manera competitiva”, dijo Fonseca.Fonseca cree que algunas industrias podrían verse forzadas a operar con otros tipos de combustibles, pero algunas no tienen como reemplazar el gas natural y tendrían que bajar el ritmo de producción. Un tema especialmente grave para la industria de alimentos.
Las alertas que se han emitido desde diferentes sectores económicos por las bajas reservas de gas mantienen altamente preocupados a senadores como David Luna, quien desde Barranquilla responsabilizó al Gobierno Nacional por el aumento hasta en un 28% que tendrá, en el corto plazo, la tarifa del servicio de gas en Colombia. Así lo dejó saber desde el Simposio Nacional de Jueces y Fiscales desarrollado durante ésta semana en la capital del Atlántico, catalogando como incompetente al Gobierno del presidente Gustavo Petro por no permitir más contratos de exploración, dado el supuesto acuerdo con el recién reelegido presidente Nicolás Maduro para comprarle gas a Venezuela.En este sentido, reiteró que lo que se encontraría en juego, entre otras cosas, es la soberanía energética. "Hay que tomar medidas para que la demanda nacional no se vea afectada. Pues los que vamos a terminar sufriendo somos los ciudadanos que tendremos que pagar una tarifa más cara por la utilización del gas". Así mismo, señaló que "esto es producto de la incompetencia del Gobierno del presidente Gustavo Petro que, desde el día uno, no permitió más exploración y que, desde el día uno, tenía construido el interés de hacer un acuerdo con Maduro para comprarle gas, siendo nosotros un país productor de gas". Finalmente, el senador volvió a pedirle “más acción y menos discurso” al presidente Gustavo Petro, indicando que el “verdadero cambio es hacer, no retroceder” ya que, no solo sería necesario reactivar las operaciones, sino además, fortalecer la producción.A este llamado se sumó el senador Mauricio Gómez, quien le pidió al presidente Gustavo Petro "pensar en la ciudadanía", teniendo en cuenta los aumentos en peajes, diésel y productos de la canasta básica familiar. "¿Presidente Petro, dónde quedó la promesa del cambio? ¿Dónde quedó la promesa de la vicepresidenta Francia Márquez de que Colombia iba a vivir sabroso? La canasta familiar también ha subido, presidente. Siendo así, le pedimos que gobierne para la gente más necesitada, gobierne para que el colombiano tenga una mejor calidad de vida".
Las facturas del gas natural para los hogares en Colombia subirán al menos un 28 % en los próximos años en medio de la reducción de las reservas del país, advirtió el Centro de Estudios Regionales en Energía (CREE).El próximo año, Colombia tendrá que importar gas natural para atender la demanda de hogares e industrias. A mediano plazo, la esperanza del gobierno es sacar adelante descubrimientos de Ecopetrol en el mar Caribe, como Gorgon y Uchuva. El problema es que cualquiera de las dos opciones estará bien por encima de los 10 dólares por unidad, según los análisis del centro de estudios.“El panorama no es que no haya gas, lo que no hay es gas barato. El gas barato es el que se está acabando y el gas más caro es el que viene, con el que vamos a tener que convivir y ver cómo manejamos este tema”, aseguró Tomás González, director del CREE, durante el foro que realiza en conjunto con ANIF sobre política energética.Al costo del gas hay que sumarle inversiones por al menos dos mil millones de dólares en nueva infraestructura. Si Colombia quiere usar el gas del mar, tendrá que construir nuevos gasoductos y plantas de tratamiento. Además, según la UPME, tendremos que construir como mínimo una nueva planta de regasificación de gas en el Pacífico. Las inversiones necesarias superan los 2.000 millones de dólares, que serían cobrados en las facturas de los usuarios.Por otro lado, González criticó la decisión del Gobierno de prohibir el fracking en el país sin haber concluido los proyectos piloto de investigación. En la actualidad, el gobierno tiene varios contratos de fracking suspendidos, pero el Consejo de Estado ya le dio su aval a la regulación del país sobre el tema, por lo que al menos desde el punto de vista legal no hay ningún impedimento para desplegar operaciones de yacimientos no convencionales en Colombia.¿Qué dice el Gobierno sobre los precios del gas?El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, admitió que, tras la crisis política en Venezuela, es difícil creer que los Estados Unidos le darán licencia al acuerdo entre PDVSA y Ecopetrol para traer gas desde ese país, por lo cual Colombia tendrá que importar gas el año entrante “con los precios del Golfo de México”. En otras palabras: un gas más caro.Por otro lado, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, reconoció que el país “seguramente” pagará más por el gas importado que por el gas nacional. Sin embargo, aseguró que su equipo está haciendo lo posible para mitigar el incremento, pero también para ahorrar en consumo y “liberar” gas para los demás consumidores.Actualmente, el Gobierno subsidia una parte de las tarifas del gas natural para los estratos 1, 2 y 3.