Un centenar de personas permanecen detenidas el martes en Cuba y el internet móvil sigue cortado dos días después de las históricas manifestaciones contra el gobierno, que llevaron a Raúl Castro a salir de manera provisional de su retiro.De acuerdo con una lista publicada en Twitter por el contestatario Movimiento San Isidro, al mediodía del martes 130 personas permanecían detenidas o desaparecidas, entre ella José Daniel Ferrer y Manuel Cuesta Morua, dos de los principales disidentes del país.Las cifras oficiales sobre las detenciones no se han hecho públicas.Julie Chung, secretaria de Estado adjunta para las Américas de Estados Unidos, también denunció vía Twitter la "violencia y detenciones de manifestantes cubanos y desapariciones de activistas – incluidos @cocofarinas (Guillermo Fariñas), @jdanielferrer de UNPACU, @Mov_sanisidro , @LMOAlcantara" (Luis Manuel Otero Alcántara)."Pedimos su liberación inmediata", añadió.Por su parte, Luis Almagro, secretario general de la OEA, exigió "a la dictadura de #Cuba que libere inmediatamente a tod@s l@s detenid@s y la aparición con vida de las personas desaparecidas en la isla".La organización opositora Damas de Blanco denunció el arresto de su líder Berta Soler y de su esposo, el expreso político Angel Moya, "al salir de la Sede Nacional de las #DDB", en La Habana, dijo el martes en Twitter la agrupación.Entre los arrestados se encuentra también Camila Acosta, una periodista cubana de 28 años arrestada el lunes, según Alexis Rodríguez, jefe de la sección internacional del periódico madrileño ABC, con el que había trabajado durante seis meses.El ministro de Relaciones Exteriores español pidió el martes a las autoridades cubanas que respeten el derecho de manifestación y exigió la liberación "inmediata" de Camila Acosta.Una youtuber, Dina Stars, fue arrestada en su casa por la policía cubana cuando hablaba en vivo con un programa de la televisión española, según esta última."Elementos contrarevolucionarios"En la capital el martes reinaba una aparente calma, aunque con gran presencia militar y agentes vestidos de civil, aunque el internet móvil, motor de las manifestaciones del domingo, seguía suspendido en la isla.Estas inéditas manifestaciones, generadas por la crisis económica que sacude al país y que degeneraron en enfrentamientos con las fuerzas del orden, irritaron al gobierno comunista que acusó a Estados Unidos de estar detrás de ellas."La #RevoluciónCubana no va a poner la otra mejilla a quienes la atacan en espacios virtuales y reales", tuiteó el lunes el presidente Miguel Díaz-Canel."Evitaremos la violencia revolucionaria, pero reprimiremos la violencia contrarrevolucionaria", advirtió.Dada la gravedad de la situación, Raúl Castro debió salir de su retiro.Castro, de 90 años y autor de la revolución con su hermano Fidel, se jubiló y heredó en abril el máximo poder como líder del Partido Comunista a Díaz-Canel, presidente de Cuba desde 2018.Pese a su retiro, asistió el domingo a un encuentro del Buró Político del Comité Central del PCC, en el que se "analizaron las provocaciones orquestadas por elementos contrarrevolucionarios, organizados y financiados desde Estados Unidos con propósitos desestabilizadores", dijo el diario Granma, órgano informativo del partido.Los 14 miembros del Buró Político, corazón del poder en la isla, "abordaron además la ejemplar respuesta del pueblo al llamado del compañero Díaz-Canel a defender la Revolución en las calles lo que permitió derrotar las acciones subversivas", agregó."Como sacos de escombro"Luego de las manifestaciones el domingo al grito de "tenemos hambre", "libertad" y "abajo la dictadura", Díaz-Canel dio a sus simpatizantes la "orden de combate"."Estamos convocando a todos los revolucionarios del país, a los comunistas, a que salgan a las calles donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones, desde ahora y en todos estos días. Y enfrentarlas con decisión, con firmeza, con valentía", llamó.El domingo por la tarde y el lunes se produjeron varias manifestaciones de partidarios del régimen, que dieron lugar a enfrentamientos a veces violentos entre ambos bandos.También denunció su detención el dramaturgo Yunior García, uno de los iniciadores del movimiento 27N surgido tras una manifestación el 27 de noviembre de artista e intelectuales para pedir mayor libertad de expresión.García narró que acudió el domingo con otros compañeros al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) para pedir 15 minutos ante las cámaras.Pero "fuimos golpeados, arrastrados a la fuerza y lanzados sobre un camión de carga, como sacos de escombro", denunció, al señalar que el lunes fueron liberados "bajo una medida cautelar".Canciller cubano niega que protestas en la isla sean un "estallido social"El canciller cubano, Bruno Rodríguez, negó este martes que las protestas registradas domingo y lunes en el país sean "un estallido social", luego de que dejaran un muerto y un centenar de detenidos."El 11 de julio no hubo en Cuba un estallido social, no lo hubo por la voluntad de nuestro pueblo y el apoyo de nuestro pueblo a la revolución y a su gobierno", afirmó Rodríguez en una conferencia de prensa, en la que culpó a Washington de instigar esas protestas.
Quebrados en llanto o en silencio, cientos de miles de cubanos desfilaron el lunes por la Plaza de la Revolución, la tribuna que más amó Fidel Castro y desde donde retó muchas veces a Estados Unidos, para rendir homenaje póstumo a su líder. La peregrinación al corazón político de La Habana donde Castro sedujo a multitudes con sus maratónicos discursos -casi siempre cargados contra el "imperio"-, abrió una semana de tributo al padre de la Revolución cubana, que falleció el viernes a los 90 años. Para este martes está prevista una ceremonia de masas a la que ya confirmaron su asistencia 25 líderes extranjeros, entre ellos 15 presidentes de América Latina y África. Mientras los cubanos despedían a Fidel Castro, el mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con poner fin al histórico acercamiento entre Washington y La Habana, adversarios en La Guerra Fría, si no obtenía concesiones de la isla en materia económica y en derechos humanos. "El pueblo cubano nunca va a ceder un paso atrás. La guía de Fidel es histórica. ¡Trump es un estúpido!, con declarar esas cosas en estos momentos que el pueblo está de luto", dijo furioso Mauricio Paz, un exguerrillero urbano de 76 años. El malestar con Trump se coló en las largas filas que pacientemente hacían los cubanos de todas las edades, para entrar al memorial José Martí, donde se levantó un sobrio altar de flores blancas con la imagen de un Fidel de barba negra, erguido, con fusil y morral de guerrillero. "Vengo con toda mi familia al mismo lugar que vine de niño a escucharlo muchas veces y traigo a mis hijos que algún día comprenderán y sabrán que estuvieron aquí a rendirle homenaje a su comandante", dijo Amílcar Ramos, de 33 años. Este trabajador de una firma extranjera llegó con sus pequeños de 7 y 3 años. Junto a él había médicos, militares y gente del común. Los cubanos esperaban poder rendir tributo a las cenizas del hombre que gobernó sin concesiones durante 48 años, antes de que una enfermedad lo obligara a ceder el poder en 2006 a su hermano Raúl. Pero el gobierno, que mantiene en reserva los detalles de la muerte de Fidel Castro, no exhibió los restos. Hacia el final de la noche, la televisión estatal mostró por primera vez la urna con los restos en el salón Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas. Allí, el presidente Castro rindió homenaje a su hermano en una ceremonia privada junto con los máximos dirigentes del Partido Comunista de Cuba.
Miles de cubanos comenzaron a rendir homenaje este lunes a Fidel Castro, líder de la revolución fallecido el viernes a los 90 años, en una serie de actos que se extenderán hasta el próximo 4 de diciembre, cuando será inhumado en Santiago de Cuba. Los cubanos ingresaban uno a uno en la Plaza de la Revolución, en La Habana, donde desfilan ante un retrato adornado con flores de esta figura que marcó la Guerra Fría, cuyas cenizas no fueron exhibidas. Las honras fúnebres iniciaron con 21 salvas de cañón. Los cubanos ingresaban uno a uno al memorial José Martí, donde se levanta un sobrio altar de flores con la imagen de un Fidel de barba negra, erguido, con morral de guerrillero. "Vengo con toda mi familia al mismo lugar que vine de niño a escucharlo muchas veces y traigo a mis hijos que algún día comprenderán y sabrán que estuvieron aquí a rendirle homenaje a su comandante", dijo Amílcar Ramos, de 33 años. Este trabajador de una firma extranjera llegó con sus pequeños de 7 y 3 años. Junto a él había médicos, militares y gente del común. Muchos con flores en las manos, aguardaban su momento de pasar frente al retrato de Castro custodiado por una guardia de honor. Los cubanos esperaban poder rendir tributo a las cenizas del hombre que gobernó sin concesiones durante 48 años, antes de que una enfermedad lo obligara a ceder el poder en 2006 a su hermano Raúl. Pero el gobierno, que mantiene en reserva los detalles de la muerte de Raúl Castro, no exhibió los restos, como había sugerido. "No sabía que no estaban las cenizas, me enteraré cuando llegué allí. Aun así lo importante es estar aquí y rendirle homenaje", sostuvo emocionado Alberto González, un médico de 63 años que vestía su bata blanca.
Antes de depositar la corona de flores a los pies de la escultura de mármol, se vio ondear la bandera y se escuchó el himno de Estados Unidos en la Plaza de la Revolución, donde se pudo ver a Obama con la icónica efigie del revolucionario Ernesto "Che" Guevara de fondo.