El papa visitó este domingo Vánimo, una localidad a unos 1.000 kilómetros de Port Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea, de 11.000 habitantes y enclavada entre el mar y la selva, para animar a los misioneros que trabajan estas tierras remotas y los llevó casi una tonelada de material entre medicinas, ropa y juguetes para los niños.El papa llegó a esta misión en la selva con un avión militar de las Fuerzas Aéreas australianas tras un viaje de cerca de dos horas y fue recibido por cantos de baile y cerca de 20.000 personas frente a la explanada de la catedral de la Santa Cruz."Estoy contento de encontrarme en esta tierra maravillosa, joven y misionera", dijo el papa en su discurso."Ustedes aquí son 'expertos' en belleza porque están rodeados de ella. Viven en una tierra magnífica, rica en una gran variedad de plantas y aves, donde uno se queda con la boca abierta ante los colores, sonidos y olores, y el grandioso espectáculo de una naturaleza rebosante de vida, que evoca la imagen del Edén", añadió.El papa elogió la labor de los catequistas "que afrontan largos viajes, para llegar incluso a las comunidades más lejanas, a veces dejando sus casas". "Llevan a cabo algo muy lindo, y es importante que no se queden solos, sino que toda la comunidad los apoye, para que puedan cumplir su mandato con serenidad, sobre todo cuando tienen que conciliar las exigencias de la misión con las responsabilidades familiares", valoró.E instó a ayudarles también promoviendo "el anuncio misionero allí donde vive, es decir, en la casa, en la escuela, en los ambientes de trabajo; para que esté, en todas partes, en la selva, en las aldeas o en los pueblos".Francisco invitó a los fieles "a acabar con las rivalidades, a vencer las divisiones ―personales, familiares y tribales―, a expulsar del corazón de las personas el miedo, la superstición y la magia; a terminar con los comportamientos destructivos como la violencia, la infidelidad, la explotación, el consumo de alcohol y drogas, males que aprisionan y hacen infelices a tantos hermanos y hermanas".Y es que la brujería es un grave problema en el país. Papúa Nueva Guinea derogó en 2013 la Ley de Brujería, vigente desde 1971, que prohibía practicar “magia negra o hechizos para causar daño” y permitía ajusticiar a las personas acusadas de brujería.El ajusticiamiento por brujería se ha cobrado la vida de unas 3.000 personas, especialmente mujeres, entre 2000 y 2020, pese a que estas acusaciones, muchas veces vinculadas a muertes súbitas o enfermedades desconocidas en una tribu, son difíciles de probar."Queridos amigos: muchos turistas, después de haber visitado vuestro país, regresan a sus casas diciendo que han visto el paraíso. Se refieren, sobre todo, a los atractivos paisajísticos y medioambientales de los que han disfrutado. Sin embargo, sabemos, como hemos dicho, que el mayor tesoro aquí no es ese. Hay otro, más bello y fascinante, que se encuentra en vuestros corazones y que se manifiesta en la caridad con la que se aman", agregó Francisco.Y concluyó animando a los misioneros "a embellecer cada vez más esta tierra venturosa con vuestra presencia de Iglesia que ama".Francisco también visitará la Escuela Humanística de la Santísima Trinidad en Baro, a unos 12 kilómetros, una escuela católica gestionada por la parroquia de la Santísima Trinidad y el Instituto del Verbo Encarnado de la diócesis de Vánimo, presente en la zona desde 1997, y donde trabajan cinco argentinos y que el papa financió su construcción.
Más de 2.000 personas han quedado enterradas por la gran avalancha que asoló el una remota localidad del norte de Papúa Nueva Guinea, según el Centro Nacional de Desastres, mientras las tareas de rescate se complican por la inestabilidad del terreno y el difícil acceso a la zona.Según una carta del centro fechada el domingo y enviada este lunes al coordinador de la ONU en el país, a la que tuvo acceso EFE, "más de 2.000 personas quedaron enterradas vivas" por la "masiva avalancha" ocurrida cerca de la mina de oro Porgera, en la provincia de Enga, al norte del país.El alud, que ocurrió el viernes a las 3 de la madrugada, "provocó una gran destrucción de edificios, jardines y ha generado un gran impacto en el sustento económico del país", señala la misiva, que añade que la principal carretera de acceso a la mina de Porgera "está completamente bloqueada".El derrumbe de parte de una montaña por causas aún desconocidas impactó sobre el poblado de Kaokalam, a unos 600 kilómetros de la capital del país, Port Moresby."La situación sigue siendo inestable, pues el deslizamiento de tierra continúa lentamente, lo que supone aún un peligro para los equipos de rescate y los supervivientes", subraya la carta del organismo papú.Pese a las dificultades, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala hoy en un comunicado que se ha provisto de asistencia médica a "seis supervivientes, incluido un niño", y que prosiguen los esfuerzos "para encontrar a los desaparecidos".Entre ellos, indica que hay "tanto residentes como individuos desplazados por los recientes conflictos".El Ministerio de Defensa del país, que lidera el operativo de rescate con apoyo de las autoridades locales y provinciales, el Centro Nacional de Desastres y organizaciones internacionales, señala hoy en un comunicado que el deslizamiento afectó a una zona en la que habitan más de 4.000 personas.No obstante, las autoridades locales estiman que el número de afectados puede ser mayor, pues la zona acogía a desplazados por los conflictos y enfrentamientos tribales de aldeas cercanas.Unicef calcula que del total de impactados, que también establece en unos 4.000, 1.550 son niños, con un colegio de la zona "completamente dañado" por el alud, "9 niños huérfanos y más de 20 mujeres y menores heridos".Dificultad de acceso y comunicaciónFuentes de la ONU subrayan la dificultad de determinar con exactitud el número de víctimas mortales y desaparecidos debido en parte al trabajoso operativo de rescate por la inestabilidad del terreno, el difícil acceso a la zona y los problemas de comunicación."Han pasado tres días y medio y las posibilidades de salvar vidas a entre seis y ocho metros de profundidad no son muy altas, por desgracia", dijo un portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).Cifras del domingo de la OIM, que tiene a seis trabajadores en el área de la catástrofe, estimaban en 670 los enterrados bajo la avalancha, si bien según el Centro Nacional de Desastres esta cifra asciende a 2.000, aunque las fuentes consultadas insisten en mantener la cautela dadas las circunstancias.La avalancha también ha desplazado a unas 1.000 personas, según esta agencia.La Oficina de Coordinación de la ONU en Papúa Nueva Guinea señala en un comunicado este lunes que asiste al país en el establecimiento de "centros de evacuación" para aquellos afectados por la tragedia.El área afectada suele padecer de lluvias intensas e inundaciones, y los desprendimientos no son inusuales en el país, en el que, pese a la riqueza en recursos naturales, una gran parte de sus más de nueve millones de habitantes vive en extrema pobreza y se encuentra aislada por déficit de comunicaciones e infraestructura.La tragedia coincide con una crisis del gobierno del primer ministro, James Marape, que podría enfrentarse a una moción de confianza después de que este fin de semana al menos 18 diputados vinculados a su formación, incluyendo cinco ministros, se unieran a la oposición por desavenencias con las políticas gubernamentales.Papúa Nueva Guinea se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida al año por unos 7.000 temblores, la mayoría de ellos moderados.
Este lunes, 15 de abril, el noreste de Papúa Nueva Guinea fue sacudido por un terremoto de magnitud 6,5, generando preocupación pero, hasta el momento, no se han reportado víctimas ni daños materiales significativos. Tampoco se ha emitido una alerta de tsunami como resultado del evento.Según los datos preliminares proporcionados por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro del temblor se ubicó a una profundidad de 64 kilómetros y ocurrió a las 6:56 hora local (20:56 GMT del domingo).La ciudad más cercana al epicentro, Kimbe, se encuentra a unos 109 kilómetros de distancia, en el norte de la isla de Nueva Bretaña, que es la mayor del archipiélago Bismarck, situado en la parte oriental del país.Papúa Nueva Guinea se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico, una región conocida por su alta actividad sísmica y volcánica, experimentando alrededor de 7.000 temblores al año, la mayoría de los cuales son de magnitud moderada.Este evento sísmico trae a la mente el devastador terremoto de magnitud 7,5 que golpeó la región de Tierras Altas de Papúa Nueva Guinea el 26 de febrero de 2018, cobrando la vida de más de cien personas y dejando a más de medio millón de personas damnificadas.
Una desconocida criatura marina en avanzado estado de descomposición dejó a los expertos perplejos, desatando un debate sobre su verdadera identidad. El 20 de septiembre de este año, los habitantes de la isla de Simberi, en Papúa Nueva Guinea, tropezaron con una masa orgánica no identificada que yacía en la costa. Hasta la fecha, los científicos no han llegado a una conclusión definitiva sobre qué representa esta misteriosa criatura marina. La dificultad en determinar la naturaleza exacta de este ser enigmático se debe en gran medida al estado avanzado de descomposición en el que fue encontrado. Además, partes significativas de su cuerpo parecen haberse desprendido en el mar, lo que complica aún más la identificación. Para complicar la situación, no se realizaron mediciones precisas del tamaño y peso de los restos antes de que los lugareños los enterraran, según informó New Irelanders Only a Live Science.Expertos entrevistados por Live Science sugirieron que lo más probable es que esta desconocida criatura marina sea un mamífero. Sascha Hooker, especialista en mamíferos marinos de la Universidad de St Andrews, planteó la hipótesis de que podría tratarse de un cetáceo en un avanzado estado de descomposición. Esta teoría se basa, en parte, en el cambio de color de la criatura, que es consistente con la pérdida de la piel observada en cetáceos, como ballenas y delfines.Sin embargo, el debate entre los científicos aún no ha llegado a un consenso. Gavin Naylor, biólogo marino de la Universidad de Florida y director de los International Shark Attack Files, propuso la posibilidad de que los restos pertenezcan a un gran tiburón. Sin embargo, la presencia de una estructura similar a una tráquea cerca de la cabeza del animal hace que esta teoría sea menos convincente.Vea también
El vídeo en TikTok del lujoso viaje de la hija del ministro de Exteriores papuano que acompañó a su padre a la coronación del rey Carlos III de Inglaterra el pasado fin de semana ha causado indignación en Papúa Nueva Guinea.Savannah Tkachenko, hija del ministro de Exteriores papuano, colgó un vídeo de unos 45 segundos en el que muestra el menú en primera clase del avión, las tiendas de bolsos de lujo en el aeropuerto y un hotel caro en Londres, lo que desató las críticas de quienes comparan los gastos del viaje con la pobreza en su país.Según la prensa papuana, el viaje costó 6 millones de kinas papuanas (1,69 millones de dólares o 1,55 millones de euros) para una delegación de 18 personas, mientras que el 40 por ciento de los papuanos vive bajo el umbral de la pobreza."Fuimos de compras en las tiendas de Hermes y Louis Vuitton en el aeropuerto de Singapur. Para aquellos que no lo saben, las tiendas de Singapur son muy elitistas", dice en el vídeo Tkachenko, quien ha cerrado su cuenta en la red social.No obstante, algunos internautas han subido el vídeo en sus redes sociales, por lo que han continuado las críticas, mientras que el padre de la joven y ministro de Exteriores, Justin Tkachenko, afirmó que su hija está "desolada" y llamó "animales primitivos" a quienes las criticaron en las redes."Está traumatizada por algunos de los comentarios más ridículos e inútiles que he visto nunca", señaló el ministro a la cadena australiana ABC, donde precisó que su hija no compró nada de las tiendas que mostró y que lo acompañó en sustitución de su madre.La activista papuana Tani Bale indicó que el vídeo es "completamente ofensivo" para los papuanos."Hay una gran desconexión entre lo que veo en este vídeo de superlujo y como tiene que vivir nuestro pueblo", precisó Bale. No es la primera vez que la ostentación de lujo provoca polémica en Papúa, que en 2018 importó unos 40 vehículos de lujo de las marcas Maseratis y Bentleys para la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (AEPC) en Port Moresby, lo que causó protestas. Video de Savannah Tkachenko