La Corte Suprema de Justicia revivió una condena en su contra y sentenció a alias 'Iván Márquez' a 25 años de prisión por el asesinato de Monseñor Isaías Duarte Cancino, Arzobispo de Cali, en un hecho registrado en marzo del 2002.Uno de los primeros en reaccionar a esta medida fue el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina Gómez, quién en su momento, en el año 2002, era el secretario de Gobierno de la ciudad, según explicó el mandatario."Por supuesto que estamos contentos de que se conozca la verdad y que exista sanción ejemplar con quién pagó y orientó, de manera vil y canalla, el asesinato de Monseñor Isaías Duarte Cancino", afirmó el médico Ospina Gómez."Estoy de acuerdo con la sanción de la Corte Suprema. Tarde o temprano alias 'Iván Márquez' tendrá que pagar por el asesinato del Arzobispo", agregó el mandatario de los caleños.La Iglesia Católica también fijó postura. El sacerdote Gersaín Paz, actual párroco de la iglesia de Llano Verde, en el oriente de Cali y quien fuera el jefe de prensa de Monseñor Isaías Duarte Cancino, también se pronunció."Muy bueno tener esta noticia. Ignoro si este señor vive o muere pero si vive desde su guarida, debería reconfirmar este asesinato cobarde, y dar cuenta a la justicia, ya que se voló de manera miserable", dijo.Luciano Marín Arango, alias 'Iván Márquez', renunció a su curul en el congreso tras los acuerdos de Paz firmados en 2016 y regresó a la clandestinidad.Escuche el podcast Emprender, fallar y triunfar:
El padre Gersaín Paz habló en Mañanas Blu acerca del asesinato de monseñor Isaías Duarte Cancino, perpetrado en Cali el 16 de marzo de 2002, por el cual la Corte Suprema de Justicia condenó a Luciano Marín Arango, alias 'Iván Márquez' a 25 años de cárcel. De acuerdo con el sacerdote, en el magnicidio no solo estuvo la mano criminal de la guerrilla de las Farc, sino además narcopolíticos cuyos nombres prefiere no revelar. "Está bien decir que las Farc fueron los directos ordenadores del crimen, pero todavía seguimos, aunque sea de refilón, con uno que otro narcopolítico que sigue pendiente de ser expuesto a la luz pública como segundos autores intelectuales. Siempre han estado mezclados narcos y guerrilla", afirmó Paz. El sacerdote aseguró que en el asesinato de monseñor Duarte Cancino pudo darse una gran conspiración, por situaciones como un apagón de gran dimensión en la región Pacífica a esa misma hora, que habría impedido que de cualquier forma el arzobispo de Cali saliera vivo del atentado, ya que sin importar a qué centro asistencial fuera trasladado no se hubiese podido contar con los servicios para que pudieran salvarlo los médicos. "El solo hecho de haber quitado la electricidad en un cuarto del suroccidente colombiano, de tal manera, que si el arzobispo llegaba vivo a cualquier quirófano, de cualquier manera muriera. No hubo necesidad, porque los tiros fueron certeros. A él lo mataron de una vez", contó Paz. "Monseñor llegó muerto al hospital regional del oriente de la ciudad. Él murió instantáneamente. Hubo intereses de algunos narcopolíticos, que también granjearon su muerte; a mí no me quedan dudas. No tengo las evidencias para decir fulano o sutano, tengo sospechas, pero, por favor no me jalen la lengua para decir que les dé nombre porque hoy no lo voy a hacer", declaró Paz. El sacerdote, que acompañó a monseñor Duarte en el momento de su muerte, aseguró que el arzobispo era consciente de que lo iban a matar y que sacrificó su vida por sostenerse en sus posiciones en contra de la guerra. "Era santandereano, de un temperamento muy fuerte. Convocó una rueda de prensa para denunciar casos de parapolítica, le dije que no era muy saludable, porque era demasiado riesgoso. Se enojó, me dijo que obedeciera. Hizo las denuncias con relación a una conferencia con varios obispos del Valle. Eso fue como el golpe final, porque ya salió después el presidente Pastrana que, por favor, sacara la lista de los narcopolíticos y la cosa se comenzó a calentar", contó el padre Gersaín Paz. De acuerdo con el presbítero, posteriormente vio a monseñor Duarte Cancino caminando en círculos por cerca de una hora, presuntamente cavilando por las amenazas. Al parecer, el jerarca católico había tomado la decisión de sacrificar su vida por la verdad. "Son hipótesis que nosotros tenemos, que a él en una llamada le dijeron que lo iban a matar y tomó la decisión de morir. En adelante ordenó que mis asistentes, de televisión y radio, no se subieran más en el carro. Él mismo lo manejaba, después despachó al chofer. Dijo, si me van a matar, que me maten solo, pero no tienen por qué matar a otras personas", narró