La Casa Blanca hizo oficial este martes la derogación del beneficio migratorio, que ha permitido a unos 530.000 inmigrantes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua residir y trabajar temporalmente en el país, tras ser avalados por un patrocinador.
Abrego subrayó que, a partir de ahora, todos aquellos que intenten cruzar de manera clandestina serán deportados a su país de origen, destacando un acuerdo vigente con Colombia y Ecuador para coordinar estas deportaciones.
Mientras la fecha límite del 7 de abril se acerca, miles de venezolanos en Doral permanecen en vilo, esperando que una decisión de último minuto pueda cambiar el destino de su comunidad.
Parte de la decepción de la comunidad venezolana en EE.UU. proviene de las promesas no cumplidas, especialmente con el estatus de los que tienen el TPS (Temporary Protected Status).