Se toca la oreja y marca cuatro dedos de su mano al cruzar la meta de Belleville-en-Beaujolais. Ion Izaguirre tiene en su mente a su hija Iraia, que cumplía cuatro años el mismo día que su padre conseguía su segundo triunfo en el Tour de Francia."La emoción ha sido mucha en los últimos kilómetros. Me he acordado de que esta mañana hablaba con ella. Por mi cabeza pasaban muchas cosas, son muchos los días que estamos fuera de casa y te pierdes muchas pequeñas cosas bonitas de la familia", comentó el ganador.Su hija le inspiró para apuntarse una victoria que llega dos días después de la que consiguió Pello Bilbao en Issoire, que pudo fin a cinco años de sequía española y tras la que su compañero del Cofidis Victor Lafay había logrado en San Sebastián, tras 15 años en los que la formación francesa no conseguía un triunfo.Suscríbase a nuestro canal de WhatsApp aquí:👉🏻 bit.ly/42ZQznF"Con la victoria de Victor en Donosti, para un equipo pequeño como Cofidis, tras 15 años, nos quitó peso y nos dio moral. Con la de Pello, otro corredor de casa, también nos llevamos otra alegría. Llevábamos demasiados años sin ganar. Ahora que siga la fiesta", indicó el corredor.El pequeño de los Izaguirre, su hermano Gorka corre en el Movistar, llegaba con muchas ganas de hacer algo importante en su novena participación en el Tour, un año especial porque la ronda gala arrancaba cerca de donde ellos habían dado sus primeras pedaladas."ME HUBIERA GUSTADO GANAR EN CASA""Me hubiera gustado ganar en casa y seguro que a Pello también. Yo llegaba a este Tour en buena condición y las etapas se adaptaban bien a mis características. Pero fueron muy difíciles, no hay más que ver quienes las ganaron", señaló.El triunfo llegó en una etapa "rompepiernas", con tres puertos de tercera y dos de segunda, después de que el ciclista vasco no pudiera meterse en las buenas fugas en las jornadas de Pirineos."Sentía mucha rabia por no poder ir a buscar una victoria pese a que estaba bien", indicó el corredor, ahora liberado de ese gran peso.Izaguirre aseguró que con su triunfo "el trabajo ya está hecho", pero avisó que no tira la toalla en un Tour que se le está dando bien a él y a su equipo.En dos días el pelotón afrontará una etapa con final en Morizne, antes de escalar los puertos Ramaz y Joux Plane, un final similar al que había en la jornada de 2016 en la que consiguió su primer triunfo en la ronda gala, también en una larga escapada en la que superó al colombiano Jarilson Pantano y al italiano Vincezo Nibali."El Tour no ha terminado y seguiremos intentando entrar en las fugas. Si recupero bien, puedo intentarlo, aunque este fin de semana será muy duro y no sabemos si los corredores de la general buscarán la victoria (...) Tuvimos muchos años sin victorias y ahora dos seguidas, esperemos seguir en esta línea", afirmó.Izaguirre aseguró que ha encontrado un lugar cómodo en el Cofidis, al que llegó en 2022 tras haber pasado por el Astana, Bahrain, Movistar y Euskaltel.El español tuvo muchas palabras de agradecimiento para su compañero francés Guillaume Martin, que estuvo con él en la fuga y junto al que enlazó con el grupo de cabeza tras haberse descolgado en el penúltimo puerto.Luego, cuando Izaguirre atacó en el último, Martin hizo su labor de desgaste entre los perseguidores. "La verdad es que me dio mucha tranquilidad saber que iba detrás", indicó.El español ocultaba mal la emoción por la derrota y la alegría por sumar un nuevo triunfo a su nutrido palmarés. Izaguirre tiene triunfos en las tres grandes vueltas y ha sido campeón de España en ruta y dos veces en contrarreloj. Puede ver:
El belga Jasper Philipsen ganó al esprint la séptima etapa del Tour de Francia, este viernes en Burdeos, su tercera victoria en esta 110ª edición de la Grande Boucle, en una jornada en la que Jonas Vingegaard guardó sin problemas el maillot amarillo que consiguió el jueves.Vencedor en Bayona y en Nogaro, Philipsen logró su tercer triunfo en solo siete etapas, rey indiscutible de las llegadas masivas en el presente Tour. Contando el cierre del año pasado en los Campos Elíseos, el belga ha ganado los cinco últimos esprint disputados en la gran carrera.Su éxito privó a Mark Cavendish de un triunfo histórico al remontarle en los últimos metros. El británico, vencedor en Burdeos en 2010, en el último paso del Tour por la ciudad, busca romper el récord de victorias que ahora comparte con la leyenda Eddy Merckx (34).El veterano ciclista de 38 años buscó su momento en los últimos 100 metros, pero se topó con un Philipsen intratable.Tras dos etapas espectaculares en los Pirineos, el pelotón se tomó su tiempo este viernes, dejando al francés Simon Guglielmi protagonizar la escapada del día.Alcanzado por Nans Peters y Pierre Latour, el corredor del Arkéa-Samsic, que ganó el premio a la combatividad de la etapa, fue finalmente atrapado por el pelotón a 37 kilómetros de la meta.Los dos otros franceses continuaron su esfuerzo y Latour fue el último en ser alcanzado por los equipos de los esprinters, a 3,5 de la meta.Le puede interesar
La edición 110 del Tour de Francia ya arrancó y las emociones están a flor de piel en cada etapa. Con participación de colombianos y grandes figuras del ciclismo mundial, esta gran carrera promete pasar a la historia, como lo han hecho las demás.En el marco de esta gran competencia, la más importante de las tres grandes (Giro de Italia, Vuelta a España y Tour), Blu Radio ha diseñado una trivia para que los aficionados a este deporte se reten y pongas a prueba sus conocimientos.Con preguntas sobre historia, nombres de leyendas, hechos memorables, datos únicos y más, usted podrá aprender mucho más sobre el Tour y, especialmente, sobre los colombianos que han vestido el maillot amarillo y que han tocado el cielo al ganar etapas.¿Qué tanto sabe del Tour de Francia?Le puede interesar:
“No hagan esto en casa”, fue el corto mensaje, con tono humorístico, que publicó el Tour de Francia en sus redes sociales oficiales al compartir una curiosa hazaña de un aficionado, quien estaba a un lado de la carretera por donde pasaba el pelotón en la etapa número cuatro, este martes 4 de julio. Las cámaras oficiales de esta máxima carrera ciclística lograron captar el momento exacto en que un hombre, vistiendo los colores del Tour, imitó el ascenso de los corredores con su propia bicicleta, pero colgando de una grúa.Fue todo un ingenio, pues el hombre amarró su bicicleta con unos arneses de la torre de la grúa, mientras el operario, que estaba dentro de la grúa, hacía el movimiento con los controles.Este video es uno de los tantos que ha logrado quedar registrado durante el Tour de Francia, pues son cientos los aficionados al ciclismo que se hacen a un lado de la carretera mostrando sus cultivos con diseños enormes relacionados al maillot amarillo, construcciones artesanales, pancartas gigantes, coloridos letreros y mucho más; todo, en apoyo a los deportistas.Etapa 4, este martesPor segundo día consecutivo, los esprínters de cada escuadra tendrán la oportunidad de brillar en el Tour de Francia, con una cuarta etapa llana entre Dax y Nogaro, de 181,8 kilómetros, pero que promete una emocionante llegada a meta.Un día después de la llegada agrupada de Bayona, el pelotón se dispondrá a vivir una segunda, que solo cuenta con la pequeña cota de Demu, de cuarta categoría, a 27 kilómetros para la meta.Le puede interesar:
Casi 600.000 aficionados salieron a la calle el sábado y el domingo para presenciar junto a la carretera las dos primeras etapas del Tour de Francia y más de 106.000 se han acercado estos días a la "fan-zone" de Bilbao, récord de asistentes a la zona de juegos de esta carrera fuera de la fronteras gala.Son datos aportados por el portavoz del Ejecutivo vasco, Bingen Zupiria, que junto con el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha hecho un balance del desarrollo del "Grand Départ" de la ronda gala en Euskadi, que ha acogido las tres primeras etapas.En las dos primeras (de la tercera aún no hay datos) "casi 600.000 vascos salieron a la calle" a ver la carrera. Estas cifras han convertido al "Grand Départ" en el "evento social que más adhesión ha tenido en Euskadi en las últimas décadas", se ha felicitado Zupiria, que ha considerado que para los vascos el paso del Tour ha sido "una gran celebración".Además, casi 7 millones de televidentes en Francia vieron la prueba los dos primeros días (con picos de más espectadores), un millón vio cada etapa a través de RTVE, otro millón en la televisión alemana, 800.000 en Bélgica, 772.000 en Italia y 6000.000 en Dinamarca, ha precisado el portavoz.Por su parte, el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha considerado que el operativo organizado con motivo del paso del Tour de Francia, que ha definido como "un reto sin precedentes", Euskadi lo "ha aprobado con nota", por lo que se puede hablar de "éxito".Le puede interesar:
"Se habla de la afición flamenca o de la danesa, que nos sorprendió el año pasado, pero todos sabemos que la mejor afición es la vasca". Las palabras del director del Tour, Christian Prudhomme, en el diario bilbaíno El Correo, resumen un pensamiento extendido en muchas esferas del ciclismo.Después de que San Sebastián, la otra gran ciudad vasca, acogiera la salida de la primera etapa del Tour en 1992, Bilbao recoge el testigo en 2023 como sede del 'Grand Départ' de la ronda francesa, el sábado."Euskadi llevaba 30 años pidiendo el regreso de la carrera, un récord de insistencia", añadió Prudhomme.Durante décadas, las ikurriñas (banderas vascas) han sembrado las carreteras galas durante la Grande Boucle, ahora con el Tour en tierras vascas de sábado a lunes, recorriendo Bilbao, Vitoria y San Sebastián, además de Bayona, la ciudad más importante de la parte francesa de Euskadi, las telas blancas, verdes y rojas se multiplicarán."Es el logro de un anhelo largamente deseado. Un sueño cumplido, una satisfacción para todo lo que es la afición ciclista y también un compromiso en lo que es una organización que nos proyecte en el mundo, diciendo qué es lo que somos y qué es lo que queremos ser", afirmó a finales de 2022 el presidente del gobierno regional vasco, Iñigo Urkullu, a la AFP.El Tour de Francia de 2023 comenzará en Bilbao el sábado, con una etapa con inicio y final en la capital vizcaína."Se trata de un proyecto trabajado durante seis años. La primera reunión con Prudhomme (director del Tour) fue en 2016, confluía que nosotros queríamos tener el Tour y el Tour venir a Bilbao. Ha habido una conjunción de intereses", afirmó aquel mismo día de 2022, durante la presentación en París del Tour, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto.Una muestra de la gran afición que existe en el París Vasco por el ciclismo son los 21 ciclistas vascos ganadores de etapa y los 256 clubes federados en la comunidad autónoma.Una larga tradiciónEl ciclismo en el País Vasco tiene una larga tradición. Y su relación el Tour de Francia es extensa.Solo un ciclista vasco ha ganado el Tour, aunque se trataba de un ciclista vascofrancés, Roger Lapebie, que se impuso en la ronda francesa en 1937.En 1936, año del inicio de la guerra civil española, Federico Ezquerra fue el primer ciclista vasco en ganar una etapa, entre Niza y Cannes.El primer gran mito del ciclismo vasco fue Jesús Loroño, que ganó el premio de mejor escalador en 1953.En los años sesenta, José María Errandonea ganaría el primer prólogo de la historia del Tour de Francia, en Angers.En los años ochenta, Marino Lejarreta fue uno de los grandes animadores del pelotón y la afición al ciclismo haría que San Sebastián acogiera el 'Grand Départ' en 1992, con victoria del vecino navarro, Miguel Indurain, que ganó cinco Tours.Ya en el siglo XXI, el guipuzcoano Joseba Beloki acabó en el podio en tres ediciones consecutivas (de 2000 a 2002); en 2016, Ion Izagirre logró la victoria en solitario en el mítico Morzine y en 2018, el santurzano Omar Fraile logra en Mende la última victoria española en el Tour.Además, solo dos formaciones lograron ganar la clasificación general por equipos en las tres grandes rondas, Vuelta a España, Tour de Francia y Giro de Italia el cuadro vasco Kas, en 1974, y su vecino navarro Movistar, en 2019.La salida desde Bilbao del Tour no está acompañada en este momento de una gran estrella ciclista vasca, por lo que difícilmente un ciclista de región se llevará el Tour.Pero el fervor y la afición que existe en el País Vasco, es un éxito en sí mismo.Le puede interesar:
El director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, afirmó este viernes estar "en contacto continuo con los servicios del Estado" respecto a los altercados que sacuden desde hace tres días varias ciudades francesas."Estamos en contacto continuo con los servicios del Estado, como cada año, y seguimos la situación con una gran atención", dijo la víspera de la salida del Tour en Bilbao, en el norte de España.Tras dos etapas en el País Vasco español, el Tour volverá a territorio francés el lunes con una llegada en Bayona.Unos 28.000 gendarmes, policías y bomberos han sido movilizados este año para garantizar la seguridad del Tour de Francia.Preguntado por si los altercados en Francia pueden poner en peligro este dispositivo, Prudhomme declaró que "seguimos con atención la evolución. La situación hoy no es la de ayer y no será la de mañana".Le puede interesar:
El Tour de Francia comenzará este sábado con los vatios muy elevados, una ruta en el País Vasco con inicio y final en Bilbao, un terreno muy escarpado y tres cotas en el tramo final que darán picante en busca del primer maillot amarillo.La primera jornada, que partirá junto al estadio de San Mamés, donde juega el Athletic de Bilbao, permitirá descubrir el magnífico paisaje vasco, con joyas como San Juan de Gaztelugatxe, pero los corredores tendrá que estar atentos, porque el terreno es propicio para ataques.Sobre todo los 40 últimos kilómetros, cuando camino de nuevo de Bilbao se encadenan tres ascensiones.Morga, con sus 3,9 kilómetros al 4,1 % de desnivel medio, Vivero, 4,2 kilómetros al 7,3 %, y sobre todo Pike, un muro de 2 kilómetros al 10 % cuya cima se sitúa a 10 kilómetros de la meta junto al parque Etxeberría.Una aventura en ese ascenso permitirá al valiente que lo intente llegar en solitario, porque tras subir Pika ya solo hay terreno de bajada.Suscríbase a nuestro canal de WhatsApp aquí:👉🏻 bit.ly/42ZQznFLa etapa es propicia para corredores explosivos como el francés Julian Alaphilippe que buscará, de nuevo, vestirse de amarillo.Etapa 1: Bilbao - Bilbao, 182 kilómetrosSalida: 12.55 horas (10.55 GMT)Llegada prevista: 17.28 horas (15.28 GMT)Montaña:Cota de Laukiz (3a, 2,2 km al 6,9)Cota de San Juan de Gaztelugatxe (3a,3,5 km al 7,6)Cota de Morga (4a, 3,9 km al 4,1)Cota de Vivero (2a, 4,2 km al 7,3)Cota de Pike (3a, 2 km al 10).Le puede interesar:
"Somos de los últimos que todavía lo hacemos". El microcosmos del ciclismo se resigna a vivir un nuevo Tour de Francia bajo el protocolo sanitario, a diferencia de la gran parte de los deportes, en los que el COVID-19 es un lejano recuerdo.Cuando casi el mundo entero ha olvidado las mascarillas, en Bilbao, donde el sábado comienza el Tour de Francia, habrá que sacarlas del cajón... Como en las tres últimas ediciones, periodistas e invitados deberán llevarlas cuando estén en contacto con los corredores.Expresiones que ya parecen de otra época, como "distancia social", regresan con la Grande Boucle: Los ciclistas tienen como consigna evitar selfies y autógrafos."Por el contrario, no llevarán mascarillas en el podio. No queremos un contraste total entre la vida normal y nosotros", subraya el director del Tour, Christian Prudhomme, a la AFP, lamentando no poder "dar la mano a los corredores" por cuarta edición consecutiva.El reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) no obliga a los organizadores de las carreras a imponer este protocolo, ni a los equipos a hacer tests a los corredores, tampoco a excluirlos en caso de dar positivo, como sí era la norma en los tiempos duros de la pandemia.Pero Amaury Sport Organisation (ASO), la empresa que organiza la prueba, quiere evitar lo que ocurrió en el Giro de Italia, con varios abandonos por el covid-19, entre ellos el de Remco Evenepoel cuando lucía el maillot de líder."Pero, ¿por qué hacen eso?" Por esta razón se ha impuesto el principio de precaución, lo que ofrecerá la impresión de que el Tour vive en un mundo paralelo, con escenas difíciles de comprender como los ciclistas llevando la mascarilla para hablar con los periodistas y quitándola para besar o abrazar a familia y amigos.Cuando toman la palabra, los deportistas dicen aceptar sin problemas las medidas sanitarias. En ocasiones, incluso se adelantan, como la estrella francesa Julian Alaphilippe que en el avión que lo llevó a la Dauphiné constató que era "uno de los únicos en llevar una mascarilla" porque tenía "demasiadas ganas" de estar en el Tour, tras perderse por lesión la pasada edición."Vemos que los equipos apretan según se acerca el Tour. Los Jumbo-Visma (la formación del vencedor saliente Jonas Vingegaard) llevan todo el tiempo la mascarilla. Tienen mucho cuidado", subraya Prudhomme, que reconoce el desconcierto en el mundo deportivo. "Recientemente jugadores de rugby me dijeron, 'por qué hacen eso?'", recordó.Positivo, para casa"Somos los últimos que lo hacemos, pero una vez que el COVID está en el pelotón, lo hemos visto en el Giro, es muy difícil de pararlo porque pasamos toda la jornada respirando el aire del otro", explicó el ciclista francés Thibaut Pinot.Philippe Mauduit, director del equipo Groupama-FDJ, dice tener una opinión "dividida" sobre las medidas que su deporte impone, recordando que por ejemplo los jugadores de rugby también están muy juntos en los partidos y luego "se abrazan bebiendo cervezas".En caso de test positivo, el principio que mantienen la mayor parte de los equipos es el de de enviar al ciclista a casa. "No quiero tener la muerte de un joven de 23 años siendo consciente", dijo con dureza el patrón del equipo Soudal-Quick Step, Patrick Lefevere, para justificar la retirada de Evenepoel del Giro.Le puede interesar:
Julio de 1998. A tres días de la salida del Tour de Francia desde Dublín, un coche del equipo Festina es interceptado en la frontera franco-belga con un cargamento de productos dopantes. Fue el primer acto de un culebrón que significó un punto y aparte en el ciclismo.El arresto del conductor, el fisioterapeuta belga Willy Voet, supuso la apertura de una investigación judicial en Lille, que rápidamente conllevará detenciones y registros en cascada.El 11 de julio el pelotón arranca desde Irlanda. A la llegada al continente, el Tour avanza al ritmo que marca la policía, convirtiéndose en un calvario y estando a punto de no poder terminar.Supuso un antes y un después en la lucha contra el dopaje. Provocó el nacimiento en 1999 de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y el escándalo quedó simbolizado por el escalador francés Richard Virenque, líder del mediático equipo Festina y estrella del pelotón.En un primer momento, Virenque se obstina en negar el dopaje con EPO, hormona estimulante de la formación de glóbulos rojos y por lo tanto el transporte de oxígeno a los músculos.Un estatus de "víctima" autoproclamada que evidentemente alimenta el interés del público por este caso inédito.Su negación duró hasta el juicio, en el año 2000, cuando el ciclista reconoció por primera vez públicamente que se había dopado.Antes de este episodio ante el juzgado de Lille, el verano (boreal) de 1998 y los siguientes dos años de instrucción fueron una sucesión de momentos "extraordinarios", según explican dos testigos a la AFP, un abogado y un periodista."Mentiroso" Un ejemplo: la confrontación en el despacho del juez Patrick Keil en el que Virenque y Voet llegaron a las manos."Virenque trató de mentiroso a Voet, que no lo aguantó. Los policías tuvieron que separarlos", recuerda el abogado Thibault de Montbrial.Este letrado estaba presente aquel día para asistir a Bruno Roussel, director deportivo del Festina. Un caso muy mediático que hizo despegar su carrera a los 29 años que tenía entonces.La cara de De Montbrial dio la vuelta al mundo el 17 de julio, cuando lee delante de un grupo de periodistas el comunicado en el que Roussel reconocía el dopaje organizado bajo estricto control médico en el Festina.El director deportivo confesó delante del juez y el texto leído a la salida del tribunal tuvo el efecto de una bomba.Stéphane Thirion, periodista belga especializado en ciclismo, rememora la etapa siguiente: la exclusión de los corredores del Festina, decidida la noche del mismo 17 de julio por Jean-Marie Leblanc, entonces director del Tour."Estaba en la sala de prensa y por fortuna escuché el intercambio telefónico en el que Leblanc pedía a Hein Verbruggen (entonces presidente de la Unión Ciclista Internacional) que apoyara su decisión".Leblanc calificó la exclusión de "saludable para el Tour y para el ciclismo". Dejaron la carrera Virenque, Alex Zulle, Laurent Brochard y otros seis ciclistas."Ley del silencio" Unos días más tarde, todos son detenidos en Lyon para someterse a análisis sanguíneos.En sus comparecencias amplían el campo de la investigación. El suizo Zulle señala a su antiguo equipo, el español Once, donde corren otras estrellas del pelotón. También prestan declaración antiguos ciclistas del Festina."La audiencia de Zulle nos permitió llegar al Once, la de Bouvard al Casino y la de Magnien a la Française des Jeux", señaló aquel 30 de julio a la AFP Gérald Vinsonneau, fiscal adjunto Lille.Sus declaraciones tienen repercusiones inmediatas en el pelotón, donde el enfado es creciente, hasta el punto de declarar una huelga a dos días del final en París.Virenque es el único ciclista enviado a juicio, por complicidad en la incitación al dopaje.En diciembre de 2000 se dictaron penas de prisión con condena condicional a Roussel, Voet, dos antiguos mandos del Festina y un fisioterapeuta del equipo La Française des Jeux. Los otros imputados, una pareja de farmacéuticos y un médico del equipo Once, fueron multados.Virenque será sancionado por las autoridades deportivas pero en el plano penal quedó en libertad. Una clemencia que el tribunal explicó por "el contexto" de un dopaje generalizado en el ciclismo profesional. El juez denunció la falta de acción de las instancias deportivas y "la ley del silencio" en el pelotón.El ciclismo estaba lejos entonces de haber cerrado su drama con el dopaje: en 1999 Lance Armstrong gana el primero de sus siete Tours. Serán retirados en 2012, algunos meses después de que el estadounidense reconociera que los consiguió bajo los efectos de sustancias prohibidas.Le puede interesar: