El médico Manuel Elkin Patarroyo, que falleció este jueves a los 78 años de edad en Bogotá, fue una de las caras más visibles de la ciencia colombiana y pionero en la investigación como descubridor de la primera vacuna sintética contra la malaria.El inmunólogo, vinculado a la Universidad Nacional durante toda su carrera, se dedicó durante más de cinco décadas a la investigación, publicó centenares de artículos y su trabajo fue reconocido con numerosos premios, incluido el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1994.Patarroyo nació el 3 de noviembre de 1946 en la localidad de Ataco, en el departamento de Tolima; estudió Medicina en la Universidad Nacional e hizo estudios de posgrado en la Universidad de Yale, Rockefeller University, Hershey Medical Center Penn, de Estados Unidos y en el Instituto Karolinska de Estocolmo.Sin embargo, su prestigio se vio empañado por las denuncias de ecologistas que le acusaron de tráfico y maltrato de monos de la Amazonía para sus experimentos científicos.Su gran legadoPatarroyo descubrió en 1987 la primera vacuna contra la malaria, que donó a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y desde entonces trabajó para perfeccionarla y ampliar su rango de protección.Sin embargo, este medicamento no logró reducir la enfermedad en los distintos lugares de América y África donde se aplicó.Patarroyo vio frenado su trabajo en 2001 por problemas de índole económico relacionados con el abandono obligado de las instalaciones del hospital bogotano de San Juan de Dios y recortes presupuestarios del Gobierno, por lo que trasladó parte de sus trabajos a España, a la Universidad Pública de Navarra.Con el apoyo financiero de la Universidad del Rosario de Bogotá, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y obra social de Caja Navarra, entre otras, el científico continuó trabajando en una nueva vacuna contra la malaria, denominada entonces Colfavac (Colombian Falciparum Vaccine).Así continuaron hasta el final de su vida los estudios para erradicar esta enfermedad de la que en 2020 fueron registrados 241 millones de casos a nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud.Otros aportes importantesEn la Rockefeller University de Nueva York trabajó con el prestigioso profesor Henry Kunkel, dándose a conocer en 1977 por el hallazgo de marcadores genéticos asociados con el desarrollo de la artritis y del lupus eritematoso.En 1978 identificó un marcador genético asociado a la fiebre reumática y, a pesar de las ofertas para trabajar en centros de investigación de varios lugares del mundo, decidió establecerse en su país.Además, en los 90 presentó un método para detectar la presencia de la tuberculosis en un período de 24 horas, y realizó investigaciones relacionadas con el sida y la lepra.Patarroyo desarrolló también un nuevo método de diagnóstico temprano del cáncer de útero y destacan sus trabajos contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), causante de esa enfermedad.Polémicas sobre uso de animalesLa sombra de su carrera fueron las denuncias de los ambientalistas, algo que él siempre ha defendido diciendo que los monos del Amazonas tienen un sistema inmunitario casi idéntico al humano.La investigación se realiza en estos animales porque "nos ayudan a descubrir nuevas moléculas que puedan utilizarse como futuras vacunas y a dilucidar los efectos secundarios", afirmó en una entrevista con EFE en 2022."Nunca se ha maltratado o matado a monos", expresó al recordar las acusaciones sobre tráfico ilegal de estos animales que recayeron sobre él hace años."Estuvimos cerca de cinco años luchando hasta que al final se demostró que no hicimos ningún daño ecológico. El único daño, uno catastrófico y morboso, fue para nuestros estudios y, con ello, para la ciencia", dijo entonces.Sin embargo, su legado más grande, la primera vacuna contra la malaria, fue reconocido no solo con el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 1994, sino también con Premio Robert Koch, el más prestigioso galardón científico de Alemania, y con el Premio León Bernard, de la OMS, entre otros.
La comunidad científica colombiana y mundial está de luto este jueves, 9 de enero, tras conocerse la noticia del fallecimiento de Manuel Elkin Patarroyo Murillo, el reconocido científico nacido en Ataco, Tolima, quien dejó un legado en la investigación biomédica. Manuel Elkin Patarroyo fue el descubridor de la primera vacuna sintética contra la malaria, logro alcanzado en 1987. Este importante avance científico fue donado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), gesto que subrayó su compromiso con la humanidad y la salud pública. En reconocimiento a su trabajo, recibió en 1994 el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, uno de los muchos galardones que obtuvo a lo largo de su carrera.La Universidad Nacional de Colombia, institución donde Patarroyo obtuvo su título de médico cirujano en 1971 y donde trabajó como profesor desde 1972, emitió un emotivo comunicado destacando su trayectoria y aportes: “En su larga trayectoria docente e investigativa obtuvo múltiples reconocimientos y distinciones entre los que se destacan el Premio Leon Bernard de la Organización Mundial de la Salud, el Premio Nacional de Ciencias Alejandro Ángel Escobar y el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Colombia. Resaltamos y agradecemos su aporte a la ciencia y la salud de nuestro país”.Una vida dedicada a la cienciaTras completar sus estudios en la Universidad Nacional, Patarroyo se especializó en Inmunología y Virología en Estados Unidos. En 1984 fundó y dirigió el Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios en Bogotá. A pesar de recibir ofertas para trabajar en prestigiosos centros de investigación internacionales, optó por desarrollar su labor en Colombia, liderando un equipo interdisciplinar que, con recursos limitados, logró importantes avances.El trabajo de Patarroyo también se destacó por su impacto formativo: bajo su tutela se formaron cientos de científicos. Fue conferencista en más de 500 simposios internacionales y autor de cerca de 200 publicaciones científicas internacionales. Además, fue profesor adjunto de la Rockefeller University de Nueva York y de la Universidad de Estocolmo, Suecia.Reconocimientos internacionalesA lo largo de su carrera, Patarroyo fue galardonado con importantes premios, como el Premio Nacional de Ciencias del Tercer Mundo (1990), el Premio Robert Koch (Alemania, 1994), el Leon Bernard (OMS, 1995), el Premio HazTuacción de la Fundación AISGE (2010) y el Premio Príncipe de Viana de la Solidaridad (2011). También fue reconocido como doctor honoris causa por varias universidades, incluidas la Complutense de Madrid, La Laguna de Tenerife y la Universidad Nacional de Atenas.Desde 1991, Patarroyo fue miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid y, desde 1996, Académico de Honor de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia.
Colombia se encuentra actualmente en una situación de brote de malaria, que comenzó en la semana epidemiológica 1 de 2024, con un incremento del 81 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. Aunque en las últimas semanas se ha observado una tendencia a la disminución de los casos, las cifras siguen siendo preocupantes. Este aumento podría estar relacionado con cambios en la dinámica de los criaderos de los mosquitos transmisores, influenciados por los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña que han afectado al país en los últimos tres años. Mientras que El Niño tiende a generar condiciones más cálidas y secas, favoreciendo la reproducción de los mosquitos, La Niña trae consigo lluvias intensas, lo que también puede afectar la proliferación del vector.¿Cuáles son los lugares de Colombia con más casos de Malaria?Las regiones más afectadas por la malaria en Colombia son las del sur y el occidente del país, donde se registra una mayor prevalencia de la enfermedad. En particular, los departamentos de Caquetá, Vaupés, Vichada, Guainía, Guaviare, Meta y Casanare, junto con la frontera colombo-venezolana, concentran el 15,4% y 1,4% de los casos, respectivamente. Dentro de estos macro-focos de transmisión, la región del Pacífico se caracteriza por una alta incidencia.En cuanto a la distribución geográfica de los casos, los departamentos que aportan la mayoría de los casos son Chocó, con el 35, 4 %; Antioquia (13,3 %); Córdoba (10,9 %); Vaupés (8,7 %); y Nariño (7,3 %). Esta distribución ha mostrado un aumento significativo respecto al mismo periodo de 2023, especialmente en Chocó, Antioquia y Córdoba. A nivel municipal, las localidades más afectadas son Mitú (Vaupés), con el 8,5 % de los casos; Pueblo Rico (Risaralda), con el 6,4 %; Tierralta (Córdoba), con el 6 %; y Quibdó (Chocó), con el 5,5 %. Estos municipios, entre otros, han sido identificados como focos de transmisión intensificada.Hasta la semana epidemiológica 44 de 2024 se han reportado 16 muertes por malaria en Colombia, lo que representa una tasa de mortalidad de 0,16 casos por cada 100.000 habitantes y una letalidad de 0,01 %. Las muertes provienen principalmente de los departamentos de Chocó (con cinco casos), Risaralda (tres casos), Vaupés (tres casos) y otros lugares como Bolívar, Cauca, Guainía y Valle del Cauca.
Autoridades departamentales aseguraron que ya adelantan acciones para mitigar la problemática de salud en el municipio de Necoclí, donde en los últimos días ha estado latente el riesgo de un colapso en los servicios de salud del hospital San Sebastián de Urabá.El alto número de personas contagiadas por dengue y malaria, especialmente población migrante, ha dificultado la prestación de servicios de salud en la institución donde se ha reportado dificultades para la recepción de pacientes, escasez de insumos y sobrecarga laboral para el personal.Ante el panorama la secretaria de Salud de Antioquia, Marta Cecilia Ramírez, manifestó que ya realizan una intervención en este lugar con jornadas de sensibilización, la entrega de toldillos, pruebas rápidas y fumigación."Ya estamos ahí con varias estrategias, desde pinturas especiales y todo el tema educativo que es el principal", indicó la secretaria.Autoridades locales confían en la efectividad y la pronta llegada de medicamentos, pues han advertido la incapacidad financiera que tendrían para afrontar una emergencia sanitaria por cuenta de esta problemática.
Esta comunidad, ubicada en el departamento del Chocó, no pudo recibir los tratamientos necesarios ni acceder a los medicamentos para tratar la enfermedad de malaria o paludismo, debido al paro armado del ELN que duró ocho días y finalizó este 19 de agosto a las 6:00 de la mañana.Así lo confirmó la Defensoría del Pueblo, que también anunció que alrededor de 600 personas han presentado síntomas de la enfermedad, pero solo se han practicado 200 pruebas. Lo que preocupa a la entidad es que la comunidad indígena no ha recibido la asistencia médica necesaria para tratar la enfermedad.“Preocupa que los diagnosticados no tuvieron acceso a medicamentos ni a servicios médicos por cuenta del paro armado, que duró ocho días. Por ello, es apremiante un trabajo conjunto de las instituciones, a fin de que se realicen jornadas de salud en La Lerma”, menciona la Defensoría del Pueblo.Uno de los efectos del paro armado fue el desabastecimiento de productos de la canasta familiar, medicinas y combustible. Por esta razón, la entidad pidió al Gobierno que implemente acciones que garanticen los derechos de las comunidades afectadas.“Preocupa a la entidad de derechos humanos que las cerca de paro armado por la medida del grupo rebelde en cinco municipios (Nóvita, Istmina, Medio San Juan, Sipí y El Litoral del San Juan) estén sufriendo la falta de productos indispensables”, señaló la Defensoría del Pueblo.La entidad hizo un llamado tanto al Gobierno para que agilicen acciones que garanticen los derechos de las comunidades afectadas, como a los grupos armados que se disputan el control territorial en la zona (ELN y el Clan del Golfo) para que cesen las afectaciones directas e indirectas a la comunidad civil del San Juan.Síntomas de la malariaEl paludismo o malaria es una enfermedad que, aunque presenta síntomas leves, si no es atendida a tiempo, puede tener graves consecuencias, incluso la muerte. Entre sus síntomas se encuentran escalofríos, fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dificultad para respirar y convulsiones.
Tras una posible exposición a enfermedades infecciosas mortales en el batallón fluvial de Inírida, se pidió informe y solución para los uniformados.La Procuraduría General de la Nación solicitó a Francisco Cubides Granados, Comandante General de las Fuerzas Militares, un informe de las condiciones de salud y habitabilidad en la base militar ubicada en Guainía.Al parecer, los integrantes del batallón fluvial No.50 en Inírida estarían expuestos a enfermedades infecciosas como la tuberculosis, lo que causaría afectaciones en los pulmones, y la malaria: enfermedad que podría ser mortal.Según el ente de control disciplinario, el batallón no contaría con una infraestructura física necesaria para contener y darle buenas condiciones a todos los uniformados de la base fluvial.Por tal motivo, la delegada de defensa de los Derechos Humanos le pidió al servidor público un informe detallado de lo sucedido para que, así también, adopte condiciones necesarias para la atención inmediata en salud a los uniformados, con el fin principal de garantizar su bienestar.Tras conocerse las graves denuncias, el Ministerio Público hará una visita este domingo 18 de agosto a las instalaciones del Batallón Fluvial de Inírida, Guainía, epicentro de este delicado caso.
En Ortega, Tolima, se han registrado 13 casos de malaria. Según las autoridades de salud en el departamento, se tomaron 47 muestras en un trabajo de tamización de 15 familias de la vereda Alto Sano, sin embargo, dichos casos deberán ser reconfirmados por el INS.La secretaria de Salud del Tolima, Katherine Rengifo, indicó que desde abril se adelanta un trabajo de campo, a través del programa de las enfermedades transmitidas por vectores, en la vereda Alto Sano de este municipio."Se han presentado 13 casos de la enfermedad, de 47 muestras tomadas y se está a la espera de la reconfirmación diagnóstica por parte del Instituto Nacional de Salud (INS)", dijo la funcionaria.Por su parte, desde la Gobernación del Tolima, a través de la Secretaría de Salud Departamental, se adelantan diferentes acciones en el municipio con el fin de prevenir la transmisión local de la malaria.“Estamos muy preocupados porque hace más de 20 años no se registra esa patología en el Tolima. Solicitamos el apoyo del Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de Salud para fortalecer la capacidad del hospital de Ortega”, agregó.¿Qué es la malaria?Entre los síntomas más comunes de la enfermedad que aparecen una semana después de adquirido el parásito están fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, vómito, fatiga, y dificultad al respirar.Una persona que presente los síntomas y haya estado en una zona con transmisión del vector debe acudir oportunamente a un centro de salud para que le practiquen las pruebas rápidas de diagnóstico para verificar si tiene o no malaria, y determinar el tipo de parásito para recibir así el tratamiento adecuado“Logramos concluir que la presencia de la malaria puede ser secundaria, es decir, que se haya traído el caso al departamento por alguien o una posible adaptación a los cambios climáticos que han favorecido al mosquito transmisor. Seguimos en estudio”, explicó la secretaria de salud.Regiones históricamente más afectadas en el paísHistóricamente, el departamento del Tolima no tiene antecedentes de presencia o incremento de los casos por malaria. Los principales focos de transmisión de malaria en el país se encuentran situados en la región Pacífica, seguida por la región Urabá – Bajo Cauca –Alto Sinú (Antioquia y Córdoba), Amazonia 5 al 10%, Orinoquia – Centro Oriente y Atlántica.Finalmente, Katherine Rengifo, secretaria de Salud del Tolima, apuntó lo siguiente:“Teniendo en cuenta lo anterior, en este mes, la labor en el territorio ha continuado para dar asistencia al equipo epidemiológico municipal junto a mesas técnicas de seguimiento. Indicó, igualmente, que ya se informó de la situación al Ministerio de Salud y Protección Social, Instituto Nacional de Salud y Organización Panamericana, como lo establece el protocolo”, dijo.Medidas generales para la prevención y control de la malaria- Usar toldillo, para evitar picaduras de zancudos mientras duerme.- Uso de ropa adecuada: manga larga y pantalones largos, en las áreas de transmisión.- En las zonas endémicas no exponerse a picaduras de zancudos, sobre todo en las primeras horas de mañana (5:00 a 8:00 de la mañana) y al entrar la noche (5:00 de la tarde a 8:00 de la noche)- Eliminar criaderos cercanos a la vivienda.- En caso de ser diagnosticado con malaria, ingerir el tratamiento completo y no auto medicarse.
Autoridades de salud en Antioquia están en alerta y monitoreo constante tras el incremento sustancial de casos de dengue y malaria que en lo corrido del año se han registrado en el departamento y que superan los 5 mil casos.Según recientes datos del Ministerio de Salud, de malaria se han reportado 2.322 casos, mientras que a 3.094 personas se les ha diagnosticado dengue. La secretaria de Salud de Antioquia, Martha Cecilia Ramírez, indicó que insisten desde la dependencia en la importancia de usar elementos de protección para prevenir estos episodios."Se ha capacitado las comunidades en torno al uso de toldillos individualmente, se deben adoptar unas medidas de prevención comoel uso de repelentes, el uso de prendas de vestir de manga larga y tratar de controlar todo lo que sean depósitos de agua", destacó la funcionaria.Las subregiones de Urabá, Bajo Cauca, Nordeste y Valle de Aburrá son algunas en las que se mantiene una vigilancia especial. Por ejemplo, en Medellín donde hay más de 400 personas afectadas por dengue, cada semana se están reportando 60 casos, cuando el año pasado se contaban sólo cinco o seis casos cada siete días.Katerine Marín, médica epidemióloga de la Universidad CES, explicó que el fenómeno de El Niño ha jugado un papel importante en la propagación de estas enfermedades tropicales."Podemos observar que por el calor y la humedad aumenta la velocidad de propagación de la infección, gracias a que disminuyen los periodos de incubación del virus y aumenta la tasa de reproducción de los mosquitos también por el aumento en la disponibilidad de los criaderos potenciales", explicó la experta.En lo corrido del año seis personas han muerto por dengue en Antioquia, mientras que las autoridades investigan solo un caso de posible muerte por malaria.
Hay preocupación en Antioquia por el aumento de casos de malaria, pues este año van cerca de 4.200 casos. Ante ese panorama, la Secretaría de Salud capacitó en pruebas rápidas a líderes de la comunidad indígena ubicada en Valle de Pérdidas, Urrao, tras confirmarse brote de 14 casos.Nueve personas de la comunidad indígena ubicada en Valle de Pérdidas, zona rural del municipio de Urrao, fueron capacitados para enfrentar el brote confirmado de malaria en esa zona, que ya tiene 14 casos.Después de una brigada de salud integrada por personal médico del municipio y un equipo de la Secretaría de Salud de Antioquia, se confirmó la cifra y se entrenó en pruebas de diagnóstico rápidas a líderes de la comunidad, ubicada a 13 horas del casco urbano, para que puedan confirmar o descartar casos de la enfermedad y proporcionar los cuidados necesarios.José Pablo Escobar Vasco, líder del proyecto de enfermedades transmitidas por vectores de la Secretaría de Salud de Antioquia, confirmó que la Gobernación de Antioquia está al frente de atender la situación y realizar los respectivos controles y tratamientos médicos requeridos.“En Urrao se ha incrementado el número de casos, un promedio de 50 por mes en este momento está viajando una brigada, también a otra localidad limítrofe con el Chocó, van con pruebas rápidas para diagnóstico con medicamentos para el tratamiento de malaria y también parte de personal de salud”, aseguró.Escobar confirmó que este año se han evidenciado brotes de malaria en diferentes lugares del país, donde ya se han registrado cerca de 32.000 casos y que para el caso de Antioquia son cerca de 4.200. En Urrao, con un promedio de 50 casos mensuales, se registra un aumento y ha tenido importancia el brote de la comunidad El Guau. Además, verifican si habría más casos en la vereda Puntas de Ocaidó en límites con Chocó.“Se confirmaron hasta el día de ayer que terminó la Brigada en el resguardo indígena, 11 casos que fueron debidamente tratados, se utilizó allí las pruebas rápidas de diagnóstico, hace dos semanas, serían confirmado en esta misma comunidad otros tres casos serían 14 en total y de esa manera está controlando el brote, donde además están trasladando toldillos e insecticidas de larga duración para proteger esta esta comunidad”, afirmó. En lo referente a los dos menores de edad trasladados el pasado fin de semana desde esta zona de Urrao, a centros asistenciales de Medellín, y tras una evaluación médica exhaustiva, se descartó que tuvieran malaria y se recuperan satisfactoriamente luego de tratarlos por una virosis y un nivel alto de deshidratación.
Aumenta el brote de malaria en comunidad indígena del municipio de Urrao. Ya son cerca de 30 casos los identificados en esa zona del Suroeste de Antioquia, a la que la Gobernación ya envió una brigada de salud.Luego de una travesía de más de 13 horas de camino, una nueva brigada especial de salud integrada por personal médico del municipio de Urrao llegó hasta la comunidad indígena de Guabinas en el resguardo Valle de Pérdidas donde en los últimos días se ha reportado un preocupante brote de malaria.Tras un total de 48 pruebas rápidas practicadas, 10 de ellas resultaron positivas con lo que asciende a cerca de 14 ya el número de afectados por esta enfermedad tropical transmitida por la picadura de mosquitos Anofeles.Néstor Aicarado Aguirre, secretario de Salud de esa localidad del Suroeste antioqueño, entregó un reporte de la reciente visita donde a pesar de la situación ninguna persona ha debido ser trasladada a centros asistenciales.“Se suministraron nueve tratamientos queda faltando uno que se enviará con la persona que en este momento está haciendo el curso para realizar pruebas rápidas, dentro de la comunidad de igual manera se valoraron 15 pacientes por médico a nivel virtual y se suministraron tratamientos para diagnósticos como cefalea, fiebre, lumbalgia diarreica, otitis y mastitis”, contó.A los pobladores de la zona les entregaron toldillos para mejorar la protección y el cuidado personal y se suministraron tratamientos para diagnósticos, además de actividades de carácter preventivo y de interacción con la medicina tradicional indígena.