Me impresionó leer apartes del informe dl Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) “Percepciones y bienestar subjetivo en Colombia: más allá de los indicadores tradicionales” y encontrar que para el equipo investigador la desconfianza entre las personas y las instituciones es la raíz de la desigualdad en Colombia.Entiendo la confianza como esa certeza de que la otra persona no me hará daño de manera deliberada y en el caso de las instituciones creer que ellas van a cumplir a cabalidad su función u oficio por lo que podré esperar de ellas siempre justicia, eficiencia, responsabilidad.El informe dice: “Se desconfía de instituciones distintas a la familia, así como del Gobierno, los políticos, la justicia y la eficacia de los servicios sociales. La desconfianza está en el centro del círculo vicioso entre altas desigualdades y baja productividad”. ¿Qué hacer? Lo más obvio es que tenemos que ser más creíbles como sujetos y como instituciones, lo cual no es posible si no somos capaces de transformar algunas prácticas diarias como el saltarnos las normas, buscar atajos para resolver los problemas, discriminar al otro porque creemos que lo único que importa es nuestro interés.Creo que se requiere una pedagogía para el desarrollo de las habilidades éticas. Entender que no hacemos las cosas correctamente porque otro lo diga, por alguna razón metafisica sino porque me conviene a mí como persona y a la sociedad.Es necesario que revisemos la manera como estamos enseñando ética, porque los discursos que hacemos al respecto son coherentes, lógicos y hasta hermosos pero no mueven realmente las actitudes cotidianas de las personas.Se requiere entender que la ética exige más un entrenamiento que una simple apropiación cognitiva unos conceptos. Si queremos recuperar la confianza tendremos que comenzar por ser confiables, por cumplir las promesas, por actuar desde las virtudes y valores que tanto exponemos, ser solidarios, cumplir la ley y cuidar a los otros con los que compartimos la vida. Somos los humanos individualmente los que formamos las instituciones y somos nosotros los que estamos llamados a hacerlas respetables, cumplidoras de su deber y defensoras de la buena vida.
Creo que lo más importante es aprender de las situaciones. Más allá de criticarlas y mostrar los errores cometidos, se hace necesario tener claras cuales son las lecciones para la vida. Por ejemplo, el caso del presbítero que en su homilia hizo comentarios sobre el ser paisas y que los antioqueños que estaban de peregrinación en la basílica de Chiquinquirá asumieron como una estigmatización, deja en evidencia que tenemos que aprender que no se puede generalizar, que no podemos etiquetar desde los prejuicios o los comportamientos individuales a un grupo social.Quien generaliza no solo distorsiona la realidad, sino que a la vez es injusto con algunas personas en su singularidad. Generalizar en más de una ocasión termina vilipendiando a los otros y haciendo que desde los prejuicios se establezcan las relaciones. No se trata de negar la realidad en sus fenómenos concretos, sino de entender que desde ellos no se puede definir a todos los seres que forman el grupo social.La generalización desconoce la complejidad de los grupos sociales y desde un reduccionismo establece falsos imaginarios. Las etiquetas justifican álgidos desprecios y ocasionan muchos conflictos, así como terminan generando relaciones falsas, porque no parten de la verdad de cada ser humano.Quizá uno de los más grandes errores en los que podemos caer, es pensar que generalizar está mal, pero al tiempo permitir actitudes en la cotidianidad que generalizan, por eso es bueno que cada uno revise la manera en la que está relacionándose con los demás, sobre todo con aquellos que son diferentes, con los que de alguna manera se sienten más lejanos.Sé que esa revisión nos llevará a cuidar la manera en la que nos referimos a los demás, entendiendo que hay que tratarlos a ellos como nosotros quisiéramos ser tratados, y seguro nadie quiere ser tratado mal.No tengo ninguna duda de que la rivalidad no nos llevará a ningún lado y menos en una sociedad como la nuestra tan violenta. En un país tan dividido geográficamente por cordilleras, en el que las regiones emergen como unidades culturales fuertes, las generalizaciones son un obstáculo para construir nación, que es una de las deudas que tenemos los colombianos.
Gandhi insistía en que si aplicamos el “ojo por ojo”, el mundo quedaría ciego, por eso rechazaba todo tipo de violencia, decía: “Me opongo a la violencia porque cuando parece causar el bien, este solo es temporal. El mal que causa es permanente”.Entiendo que en un ambiente bélico como en el que nos hemos criado, con un país que ha hecho de la violencia una forma de explicarlo, este tipo de afirmaciones suenen ingenuas y puedan ser hasta motivo de burlas.Comprendo que, desde las trincheras organizadas en cada bando, se pida más violencia y se confunda la justicia con la venganza, y se practique la estrecha y pobre lógica del “estás conmigo o estás contra mí”.Necesitamos vivir procesos claros de perdón, que no significa impunidad, ni ocultamiento de la verdad, ni afirmación de la injusticia. Perdón que significa entender el daño que hemos hecho, el que nos han causado y vivir en un proceso de recuperar la paz interior que nos permita palabras, actitudes y acciones para relacionarnos a pesar de las diferencias.Sin paz interior creeremos que el otro es siempre un enemigo al que hay que vencer o eliminar. Sin paz interior la violencia se presenta como la única posibilidad de solucionar nuestros conflictos.Necesitamos entender las causas de lo que estamos viviendo, comprendernos como seres insanos interiormente que requieren enderezar el corazón desde valores sublimes, pedir y dar perdón como el primer paso de un proceso de verdadera reconciliación. Por eso, celebro el acto de perdón de ayer en la plaza de Bolívar propuesto por la alcaldesa de Bogotá.No hago lecturas políticas de ese acontecimiento, me quiero centrar en el poder simbólico que tiene el que seamos capaces de reconocer los errores, arrepentirnos por hacerle daño al otro, asumir las consecuencias de la justicia y esforzarnos por no repetir esa acciones.No olvidemos que la venganza es un intento siempre fallido de equilibrar la balanza de las relaciones interpersonales, siempre queda dolor y tristeza, no soluciona nada.Les propongo que hagamos una pausa, reflexionemos en torno a nuestra manera de vivir por estos días y desde la serenidad, el equilibrio, la búsqueda de la justicia, el trabajo por la equidad, el respeto del otro y la solidaridad, intentemos vencer el mal a fuerza de bien.Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:
El padre Alberto Linero estuvo este viernes en el barrio Belén, centro de Bogotá, en donde relató la historia de un grupo de baile de salsa que ayuda a los jóvenes del sector a salir de situaciones vulnerables para así tener una vida mejor.Linero conversó con Senia Mosquera sobre las experiencias culturales que les permiten a más de 20 los jóvenes de zona de Bogotá salir adelante es sus proyectos.“Trabajamos con los jóvenes desde hace 9 años. Antiguamente, en la casa comunitaria, había una administradora que nos enseñó a las madres que debemos comprender a los muchachos para que no hubiera tanto conflicto en la casa. Con ella inició el grupo que se llamó ‘Cuatro al Choque’, pero actualmente es ‘Ayelén Dance’”, dijo.Vea aquí: Estudiantes apasionados por la robótica inspiran a los jóvenes en Bosa“Cuando uno baila se olvidan las penas. Esto para unir a los jóvenes y que busquen algo para hacer”, añadió.Escuche la entrevista completa aquí:
El padre Alberto Linero llegó hasta el barrio Patio Bonito, en el occidente de Bogotá, para conocer la historia de resiliencia de Ángel Rodríguez, quien padece desde hace 27 años paladar hendido, y que adelanta desde el año 2015 la labor de construir computadores con elementos reciclables, pese a las dificultades. Conozca su historia.Vea aquí: Estudiantes apasionados por la robótica inspiran a los jóvenes en BosaEscuche la historia completa en el siguiente audio:
El padre Alberto Linero visitó el barrio Simón Bolívar, en la localidad de Barrios Unidos en Bogotá, en donde habló con sus habitantes del hogar de paso San Mateo, en el que las personas de la tercera edad llegan a pasar sus horas.Además de almuerzo, media mañana y almuerzo, realizan una gran cantidad de actividades recreacionales que les permite a ellos estar activos todo el tiempo.Para sostenerse, tienen un almacén de ropa usada, la cual comercializan en un local.Del hogar se benefician unos 35 ancianos, que son atendidos por voluntarios.Vea aquí: Estudiantes apasionados por la robótica inspiran a los jóvenes en Bosa “Queremos ayudarles a estas personas dándoles alimentación y hacerles un pasar un rato alegre”, dijo Germán Echeverry, un voluntario.Escuche la entrevista completa aquí:
Los vecinos del barrio Barrancas Alto, en la localidad de Usaquén, denunciaron en Mañanas BLU que los recibos de servicios están llegando por las nubes.Una de las líderes del barrio llamada Luisa González le contó al padre Linero que los incrementos se registraron de manera sorpresiva desde hace tres meses y que los vecinos no han tenido más remedio que pagar. Las facturas, según la denuncia, se han triplicado en varios casos.Antonio Avendaño, subsecretario de Planeación de Bogotá, aseguró que el alto costo se debió a un error. “Fue una equivocación que se presentó cuando las empresas de servicios públicos cruzaron la información”, indicó el funcionario.Vea aquí: Estudiantes apasionados por la robótica inspiran a los jóvenes en Bosa“El error desde Planeación no existe”, aclaró Avendaño, quien aseguró que del tema de las devoluciones se encargarán las propias empresas de servicios a través de sus departamentos de atención al cliente.
Santiago Neuta y Sneider Contreras, creadores de un robot conocido como ‘Seguidor de línea’, se convirtieron en ejemplo para sus compañeros de colegio Fernando Mazuera y toda la localidad de Bosa.Conozca más: Urbanización El Llano de Bosa, donde la gente goza gracias a la unión El dispositivo tiene aplicación para la agricultura y los jóvenes lo están especializando para depositar semillas de fresa en Cauca. “Estamos adelantando un proceso con el Sena, el cual es un seguidor de línea geoposicionado mediante GPS el cual sirve para la agricultura”, contó Santiago Neuta.El rector del plantel, Félix Ángel, destacó el ejemplo de Santiago y Sneider. Vea también: Rosemberg Morales, el líder con capacidades diversas que inspira a Bosa “Gracias al trabajo que ellos tenían nos inspiramos el año pasado en crear un grupo de centro de interés llamado RoboTics, participamos también y ganamos unos recursos con la Secretaría de Educación”, dijo el rector.Escuche al padre Linero desde Bosa Piamonte, con esta historia inspiradora, en Mañanas BLU:
El padre Alberto Linero llegó este viernes a los barrios Concepción y Colombia para escuchar a la comunidad, que se queja por una obra que se adelanta en el sector y que ha ocasionado inundaciones cuando llueve.Escuche aquí el auido completo: Vea aquí: No creo que sea buena la eutanasia como una práctica común: Alberto Linero
Desde el barrio 20 de Julio, en el sur de Bogotá, el padre Linero contó en Mañanas BLU la historia de Creaciones Miquelina, fundación de la comunidad religiosa de las Adoratrices, en la que varias mujeres han transformado sus vidas.“A través de la pedagogía se les da a conocer que ellas son muy valiosas a los ojos de Dios y de la sociedad”, contó la hermana Diana, una de las religiosas al frente de la obra. Gracias al trabajo espiritual muchas mujeres que han pasado por difíciles condiciones como la droga o la prostitución han podido rehabilitarse e hilar un proyecto de vida.“Esa situación que las llevó en algún momento de sus vidas a verse inmersas en esa situación, no es para que se queden allí. Hay otras alternativas, hay otras personas”, indicó.Vea aquí: Denuncian robo continuo y masivo de tapas de contadores de agua en Álamos NorteSegún la hermana Diana, la forma de lograr el desenvolvimiento pleno de estas mujeres es a través de la pedagogía del amor, en contra de la cosificación de la que han sido víctimas.Escuche al padre Linero en Mañanas BLU: