Un periodista que trabaja ahora como corresponsal en Colombia de la cadena BBC decidió escribir un artículo sobre una frase colombiana muy conocida y que lo confundió desde el primer momento en que la escuchó: “Qué pena con usted”.En Colombia decir “qué pena con usted” es tan normal como decir un "hola", "adiós" o un "¿cómo estás?", está tan incrustado en nuestro lenguaje que pocos han caído en cuenta que la "pena" es más un término asociado con la tristeza que con la vergüenza."Tres semanas como nuevo corresponsal de BBC Mundo en Colombia y ya aprendí que para los extranjeros hay un bautizo ineludible en este país: recibir el primero de muchos "qué pena con usted" de un colombiano. ¿Cómo que qué pena? ¿En qué momento me volví causante de tal tristeza?", pensó el confundido periodista. Comenta además que hablando con otros extranjeros concuerdan en que la frase los confunde mucho, pero que al mismo tiempo cuando entienden su significado "les despierta ternura tanta cortesía". Es que Colombia tiende a usar muchísimas expresiones que funcionan para expresar cordialidad o respeto por otros. En Bogotá, por ejemplo, es usual que demos las gracias por cada acción que cometemos. Le decimos "veci" de vecinos a una persona que ni conocemos y que no es nuestro vecino. Frente al “qué pena con usted”, el corresponsal de la BBC quiso ir más allá y entender de dónde viene tanta cordialidad. "La particularidad en Colombia es que el uso de 'usted' es mucho más marcado, aunque en la regiones donde tuteamos decimos 'qué pena contigo', donde voseamos decimos 'qué pena con vos' e incluso seguimos usando 'qué pena con sumercé'", le explicó al periodista Gloria Viviana Nieto del Instituto Caro y Cuervo. Por su lado, la lingüista Adriana Ortiz de la Universidad de Antioquia cuenta que esta frase colombiana se usa para "acercarse, rebajar tensión o llamar la atención".Y agregó: "cuando uno llega a una oficina, habla con un funcionario y le dice 'joven, qué pena con usted, ¿pero me explica dónde debo entregar estos documentos?". Para Ortiz que seamos un país católico ayudó a formar esa cortesía verbal que nos caracteriza. "Los colombianos somos especialmente corteses. Si te fijas, muchas veces saludamos hasta con tres oraciones en la misma frase: 'Hola. ¿Cómo estás? ¿Qué has hecho?' Puede resultar muy extraño para un extranjero y éste puede dudar entre cuál de todas las preguntas responder".-
De acuerdo con la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC, en el país se hablan 69 lenguas maternas, de las cuales 65 son indígenas, dos son criollas (palenquero de San Basilio y la de las islas de San Andrés y Providencia), la romaní y la lengua de señas colombiana.Achagua, Andoque, Awapit, Bará, Barasano, Barí Ara, Bora, Cabiyari, Carapana, Carijona, Cocama, Cofán, Cuiba, Curripaco, Damana, Desano, Embera, Ette Naka, Hitnu, Guayabero, Ika, Inga, Kakua, Kamsá, Kichwa, Kogui, Koreguaje, Kubeo, Kuna Tule, Macuna, Miraña, Muinane, Namtrik, Nasa-Yuwe, Nonuya, Nukak, Ocaina, Piapoco, Piaroa, Piratapuyo, Pisamira, Puinave, Sáliba, Sikuani, Siona, Siriano, Taiwano, Tanimuca, Tariano, Tatuyo, Tikuna, Tinigua, Tucano, Tucuná, Tuyuca, Uitoto, Uwa, Wanano, Wayuunaiki, Wounaan, Yagua, Yaruro, Yuhup, Yukpa y Yuruti; son el listado de lenguas indígenas existentes.Según lo mencionado por la ONIC, para las comunidades indígenas, las lenguas maternas son más que un instrumento para la comunicación.“La lengua estructura el pensamiento, crea vínculos, articula relaciones sociales y con el cosmos, trasmite la esencia, tradición y sabiduría de generación en generación”, menciona la ONIC a través de su página web.Un estudio de la Universidad de los Andes y el Centro Colombiano de Estudios de la lengua Aborígenes, muchas de estas lenguas están en peligro de extinción.Wayú, paez y embera; tienen más de 50.000 hablantes.Sikuani, guambiano, arhuaco o ika, inga, piapoco, tucano, piaroa y ticuna; tienen entre 10.000 y 50.000 hablantes.Cuaiquer o awá, kogui, waunana, puinave, wuitoto, curripaco, yaruro y yuco; tienen entre 5.000 y 10.000 hablantes.Tunebo o u'wa, cubeo, camsá, wiwa, barí, cofán, cuiba, coreguaje, sáliba, guayabero, yagua; tienen entre 1.000 y 5.000 hablantes.Totoró, barasano, desano, wanano, piratapuyo, achagua, andoke, bará, bora, cabiyarí, carapana, carijona, chimila, cocama, hitnu, macuna, cacua, nukak, hupda, yuhup, miraña, muinane, nonuya, ocaina, pisamira, siona, siriano, tanimuka, tariano, tatuyo, tinigua, tuyuca, yucuna y yurutí; tienen menos de 1.000 hablantes.El Día Internacional de la Lengua Materna se proclamó por la Conferencia General de la Unesco en noviembre de 1999 y se conmemora cada 21 de febrero. Esta fecha especial tiene por objetivo promover la diversidad lingüística, cultural y el multilingüismo.
En diálogo con Blu Radio, el escritor y docente de la Universidad de Antioquia Selnich Vivas, explicó los factores que han desencadenado desde hace siglos en la desaparición paulatina de las lenguas nativas colombianas.Vivas recalcó la importancia de que el sistema educativo las apropie y enseñe para que logren preservarse y sobre todo, resaltó toda la riqueza cultural que pierde el país por tenerlas en el olvido.En Colombia se hablan 70 lenguas: el castellano y 69 lenguas maternas. Entre ellas, 65 son lenguas indígenas, 2 lenguas criollas (palenquero de San Basilio y la de las islas de San Andrés y Providencia – creole), la Romaní del pueblo Rom – Gitano y la lengua de señas colombiana. Escuche aquí la entrevista completa:
El representante a la Cámara por AICO, Germán Carlosama, le pidió al Gobierno Nacional transcribir en lenguas nativas el acuerdo de paz con la guerrilla, alegando que muchos indígenas no conocen lo acordado con las Farc. “Le hago una petición al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, para trascribir un resumen del acuerdo de paz a cada una de las lenguas y nuestra comunidad pueda coadyuvar en el proceso de la paz que tanto queremos”, agregó el congresista. Según la Organización Nacional Indígena, ONIC, sus comunidades registran más de 11 mil víctimas en el marco del conflicto en los recientes 40 años.
Entre la variedad de lenguas nativas esta la namtrik, hablada en el departamento del Cauca (suroeste) por los indígenas guambianos, que tiene la particularidad de manejar seis vocales, según explicó a Efe, la líder comunitaria, Diana Misak. Al igual que la lengua, los guambianos tienen en su atuendo un rasgo característico de su cultura toda vez que "el color azul simboliza el cielo, el rojo la sangre, el negro la tierra, el sombrero, en forma de espiral que se enrolla y desenrolla, traduce el ciclo de vida de la mujer", detalló Misak. Al igual que ella, otros líderes traerán a la Filbo, La VI Fiesta de Lenguas Nativas, donde harán talleres para enseñar sobre la diversidad lingüística de Colombia, jornadas de formación, franjas de lectura en voz alta, conversatorios, desfiles y muestra de expresiones culturales, entre otras actividades. Dentro de la fiesta de las lenguas también participan las criollas, como la vernácula creole, hablada por nativos del departamento insular de San Andrés y Providencia, y cuya base léxica es inglesa alimentada también de palabras de la familia de lenguas "kwa", comunes en el sudeste de la Costa de Marfil. Las acciones encaminadas a preservar las lenguas nativas del país también buscan otros espacios y es así como el Ministerio de Cultura apoya decididamente la fiesta de las lenguas o programas radiales como el de la periodista, Andreiza Anaya, directora del programa Afrocolombia en la Radio Nacional de Colombia. "Nos hemos venido articulando desde el programa Afrocolombia, para aportar lo que es el reconocimiento de las lenguas nativas contempladas en la ley, en donde básicamente lo que se hace es reconocer y desde un amparo jurídico, la diversidad lingüística de nuestro país", añadió Anaya. Hasta el 2 de mayo los visitantes de Filbo podrán disfrutar de la variada programación que trae la VI Fiesta de Lenguas Nativas con música, danza y artesanías. En Colombia existen unas 68 lenguas nativas habladas por cerca de 850.000 personas, aunque también se encuentra la lengua Rromaní hablada por el pueblo gitano presente en diferentes departamentos del país.